Promoción automática, la otra cara de la moneda
Análisis crítico; el sistema en Italia
A los problemas derivados de la repitencia se suma en la escuela otro inconveniente no menos importante: la promoción automática. En eso coincidieron distintos especialistas consultados por La Nacion.
Erik D. Hirsch (profesor de la Universidad de Virginia Charlottesville y especialista en alfabetismo cultural): "La repitencia tiene un efecto muy indeseable en los chicos que no pasan de grado, porque los coloca en una situación humillante. Pero la promoción automática, con fines sociales, para evitar que el chico abandone la escuela, es igualmente devastadora. Conozco alumnos que egresan de la primaria sin saber leer. Tanto la repitencia como la promoción automática son dos males que pueden ser evitados a través de programas de estudio claros, precisos, en la primaria, y logrando que el chico pase más tiempo en la escuela.
Manuel Solanet (economista y especialista en educación): "La repitencia se debe al bajo nivel de la calidad educativa y a las fallas de un sistema que no puede atender las necesidades de los chicos. Pero también se origina en las características socioeconómicas de muchas familias, que enfrentan la pobreza, la carencia de transporte para acercarse a la escuela y otras necesidades básicas insatisfechas".
María Echart (responsable del Departamento de Economía de la Educación de FIEL): "En la Argentina existió la costumbre de hacer pasar a los chicos de grado para evitar que deserten y para que baje el nivel de repitencia. Se trata de políticas no escritas, promovidas por las propias autoridades educativas.
"Este criterio elástico lleva a que las provincias que no compran las directivas de ciertas autoridades educativas terminen cargando con los índices de repitencia más altos. Lo malo es que mientras tanto se hace pasar de grado a chicos ignorantes. Se le da al alumno un certificado de estudios que después no le sirve".
Jaime Barylko (pedagogo): "Antes, perder un año era una tragedia. Ahora ya no se lo ve así, porque no se respeta como un valor superior ser un chico culto y con buenas notas. Claro que si se mide toda una vida, un solo año no es nada. Pero, desde la perspectiva del estudio, repetir significa descarrilarse, salirse del camino que lleva a una meta".
Alfredo van Gelderen (miembro de la Academia Nacional de Educación): "Hay dos factores que llevan al azote de la repitencia en los primeros años del secundario. Por un lado, la cantidad de objetivos no logrados en la primaria, de la que egresan alumnos sin capacidad de leer en forma inteligente y reflexiva y sin una metodología de estudio. Y una vez en el nivel medio, las cosas se complican todavía más porque aparecen decenas de caras nuevas que reemplazan al maestro, junto con un número equivalente de materias que el chico debe aprobar, aunque todavía no sepa cómo organizarse".
El sistema en Italia
La comparación con otros países, señalada en una de las infografías, arroja datos para el análisis.
La Argentina, con un promedio del 5,2%, se ubica en un término medio entre los países con mayor índice de repitencia, cerca de Albania, Chile, Paraguay y Costa Rica.
El dato más sorprendente es que en las escuelas primarias italianas la repitencia es del 0 por ciento. ¿Por qué?
"La enseñanza primaria es de 5 años y prevalece el criterio de confiar en la capacidad de recuperación del alumno. A pesar de las dificultades se lo promueve porque en la etapa de crecimiento tendrá posibilidades para recuperarse", explicó Eustaquio Porsia, director del Instituto Italiano de Cultura de Buenos Aires.
Porsia aclaró que durante el año se dictan cursos de sostenimiento en cada materia. Dijo que el panorama es similar en los primeros tres años del secundario, pero se revierte en el tramo final, de cinco años, donde la repitencia causa estragos y a veces llega al 20 por ciento.
Cuánto se gasta
Un dato significativo es el dinero que gasta el Estado por la repitencia.
Según un estudio del Ministerio de Educación, el costo anual de los alumnos con sobreedad es de 650 millones de pesos. La solución de la repitencia en el país significaría, como mínimo, un ahorro anual de 350 millones. Los alumnos repetidores sobreocupan casi 19.000 aulas.
¿Y el costo para el alumno?
Hay opiniones encontradas. Algunos aseguran que hacer permanecer al chico en el mismo grado es estigmatizarlo. Otras investigaciones señalan que los alumnos repitientes tienen más probabilidades de abandonar la escuela que quienes no sufren ese problema.