Procesaron a un exjefe de contrainteligencia santafesina
El comisario Alejandro Druetta estaba a cargo de las investigaciones sobre bandas de narcomenudeo y se investiga su presunto apoyo a un traficante
ROSARIO.- A Ignacio Actis Caporales, un narco de Rosario que proveía de cocaína a todo el sur de Santa Fe, nadie lo podía atrapar. Estuvo prófugo desde el 26 de septiembre de 2012, cuando alguien le avisó que la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) estaba en su departamento en el centro de Rosario.
Ojito, como le dicen por sus ojos claros, estaba con su novia en Colombia y cuando el vuelo hizo una escala en Perú no volvió a embarcar. Su rastro se perdió desde ese momento. Sin embargo, regresó a Rosario. Caporale se escapaba inexplicablemente de la policía de Santa Fe hasta que a mediados de diciembre de 2016 fue capturado en un ambiente poco frecuente para alguien prófugo: el autódromo de Buenos Aires. Ojito era piloto de automovilismo, corría en la categoría Copa Fiesta, con el nombre falso de Alex Acqua. Y le iba bien. Estaba tercero en el ranking.
Después de su arresto, la Justicia comenzó a investigar la posible complicidad de la policía de Santa Fe. En la causa contra Caporale aparecieron escuchas telefónicas que aportaron pistas firmes y un investigador de la PSA detectó las conversaciones en las que Ojito recibía coordenadas sobre una supuesta zona liberada. Era la voz de un policía.
Se trataba según confirmaron los peritajes del jefe de contrainteligencia de la Policía de Investigaciones, Alejandro Druetta, quien fue procesado esta semana por "confabulación" con Caporale para la venta de drogas.
Desde hacía tiempo rondaban sospechas de que este oficial estaba involucrado en maniobras espurias con narcos santafesinos. Pero el tema era complejo. Druetta había sido uno de los policías que detuvo a dos narcos del sur provincial, Carlos Ascaíni y Aldo Orozco, alias Totola, a quienes según la acusación protegía un grupo de policías, entre ellos el exjefe de la fuerza Hugo Tognoli. La causa contra el jefe policial se sustentaba en parte en esas detenciones. En el juicio Druetta fue cuestionado por su desempeño. El defensor oficial Martín Gesino lo llamó "el hombre de las casualidades".
"Fue él quien nos informó que al asumir recibió instrucciones verbales de detener a Orozco y Ascaíni. Por suerte hay fiscales que escucharon eso y también la prensa, que está muy atenta. Qué pensar de la limpieza de zona para colocar en Venado Tuerto a determinada persona (Actis Caporale). El día de su asunción por casualidad detuvo a Ascaíni. Lo hizo valiéndose de cualquier instrumento. Incluido la Justicia Federal, que tuvo una histórica tolerancia con la increíble secuencia de casualidades que garantizan el éxito de Druetta", afirmó el abogado.
Una voz en el teléfono
Ascaíni fue detenido, como señaló el defensor, por Alejandro Druetta y su hermano Marcelo en la intersección de las rutas 90 y 94, cuando se trasladaba en un Audi A4 azul. Le secuestraron 1,2 kilos de cocaína, pero los peritajes establecieron que se trataba de 1162 gramos de azúcar impalpable, con solo el 4% de cocaína.
La caída de Ascaíni, que fue condenado a diez años de prisión, era según la investigación para introducir en esa geografía narco a Actis Caporale, que sería un protegido de Druetta, que en ese momento era jefe de la Brigada Operativa VIII de Drogas Peligrosas, que operaba en Venado Tuerto.
En la indagatoria ante el juez Marcelo Bailaque, Druetta declaró durante más de dos horas, y centró sus argumentos sobre la base de que los teléfonos analizados no estaban a su nombre. Se confirmó que su voz aparecía en las escuchas.
En la investigación que realizaron el fiscal Claudio Kishimoto y la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), una de las escuchas claves es la que se produjo el 14 de mayo de 2012, cuando Ojito habla con un tal Maxi, quien sería uno de los miembros de la banda que lideraba Caporale. "Lo de Venado (Tuerto) es seguro" y "ellos van y limpian todo primero", y después "arrancan a trabajar", dijo Ojito. Según el fiscal, esto implica que le facilitarían la liberación de esa zona, por lo que Caporale afirma: "Ellos estuvieron en Villa (Constitución) y a mí me habilitaron todo". Estos lugares que se apuntan en la conversación coinciden temporalmente con las zonas a las que fue destinado el jefe policial procesado. Druetta no está detenido, aunque la Justicia allanó cuatro de sus propiedades.
En el juicio a Los Monos, el nombre de Druetta también apareció en el testimonio del comisario Gustavo Pereyra, quien fue absuelto. Gula, como lo apodan a este jefe policial, contó que en la Secretaría de Delitos Complejos del Ministerio de Seguridad le habían ordenado investigar a Druetta. "Tenía que averiguar si Druetta recaudaba $200.000 de una banda de cordobeses para dejarlos operar en Venado Tuerto", relató a los jueces y agregó: "Y si después esa plata se la daban al ministro, que en ese momento era diputado (provincial)", dijo en relación al ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro.
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