Prisión preventiva para Jara
El ex esposo de la bailarina asesinada dijo que es inocente
LA PLATA.- Ayer, a las 11, José Luis Jara profirió: "¡Mi hija está reloca! ¡Miente! ¡Soy inocente!" Después entró, custodiado, en el despacho del doctor Horacio Nardo, titular del Juzgado de Transición Nº 1, para prestar declaración indagatoria.
Según fuentes judiciales, el magistrado ya había resuelto dictar la prisión preventiva de Jara, acusado de matar a su ex esposa, la bailarina Liliana Tallarico, el 5 de febrero de 1994.
Héctor Granillo Fernández, uno de los defensores del imputado, dijo que presentarán un recurso de hábeas corpus porque su defendido había pedido declarar y la preventiva fue impuesta antes de que lo hiciera.
"Jara es inocente. Sospechamos que su hija (Valeria) es la verdadera culpable y no la testigo del homicidio", sostuvo el abogado.
Después se refirió a los informes que hace siete años realizó la psicóloga del Tribunal de Menores Nº 1, Graciela Maestri, y dijo que estos dicen que Valeria Jara "es maníaca y manejadora".
Valeria Jara tiene 18 años. Fue la única testigo del homicidio. Ella vivía con su madre, la víctima, en el 8º D de un edificio situado en la calle 29 entre 43 y 44. Y, ante el magistrado, afirmó, el 26 de enero último: "El asesino fue mi papá". También que Oscar Murillo estuvo aquella noche, pero que después se fue y llegó su padre. Este se había separado de Tallarico en 1991.
En una segunda declaración, Valeria Jara dijo que no recordaba si el 5 de febrero de 1994, después del homicidio, su padre había abusado sexualmente de ella y que luego de su primera relación sexual no tuvo ningún tipo de hemorragia vaginal.
La réplica
José Luis Jara declaró que su hija está loca, que nunca la vio "largar una lágrima por la madre", y que quería tomar el rol de su esposa: "Hablaba como una persona mayor y quería manejar como madre a sus hermanastros", dijo Jara. Y la calificó como un monstruo.
Admitió que estuvo en el edificio de la calle 29, pero que fue por la tarde, horas antes de que mataran a la bailarina, y que nadie contestó a la puerta.Y aseguró que en la madrugada del 5 de febrero de 1994, cuando ocurrió el crimen, estaba durmiendo en su casa.