“Preparate que el agua viene de nuevo”: el drama de los vecinos de San Justo que viven en alerta cada vez que llueve
“Pasa siempre lo mismo”, dicen resignados; ayer por la tarde, se desbordó un arroyo que agravó la situación
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“¿Ya sacaste el agua?”, le gritó Graciela, de 68 años, a su vecina de enfrente. “Si terminaste, preparate que ahora viene de nuevo”, insistió. Eran poco más de las 15 cuando la tormenta se intensificó y, en poco más de 10 minutos, la calle Ombú al 3500, en San Justo, partido de La Matanza, se inundó.
En la casa frente a la de Graciela, tres chicos y un hombre hacían una cadena y sacaban el agua del interior con baldes. “Yo siempre me quise ir, pero querés vender y tampoco podés”, contó ella. Hace 40 años que vive en esta vivienda amarilla. “Pasa siempre lo mismo”, dijo con resignación.
Su marido Aníbal, de 72, mientras tanto acomodaba las puertas de madera en la escalera. Las sacan cada vez que llueve. Suben todos los muebles sobre bases de hierro y hace un tiempo remodelaron la cocina para elevarla. Tienen, además, como todos los vecinos de la cuadra, una compuerta delante de la puerta del frente. “Cuando nos vamos de vacaciones la dejamos puesta. Es un problema también porque es una alerta de que no hay nadie dentro”, agregó.
Uno de sus vecinos salió a la calle con una cinta de precaución y se ocupó de bloquear la calle por la cual ya no se podía circular para que ningún auto se quede atrapado.
“Ya no nos inundamos. Antes llovían 100 milímetros y teníamos 25.000 evacuados. Ahora llueven 200 milímetros y por las obras hidráulicas que hicimos La Matanza no tiene un solo evacuado”, dijo ayer el intendente kirchnerista Fernando Espinoza al inaugurar las sesiones del Concejo Deliberante de La Matanza.
“El intendente se refiere a evacuados. No hay evacuados gracias a las obras hidráulicas de gran porte que se hicieron en las zonas en las que antes, por una lluvia como la de hoy, habría tenido miles”, contestaron a LA NACIÓN desde la municipalidad al ser consultados y citaron a modo de ejemplo una inundación en 2019 cuando en el distrito debieron reforzar los operativos de asistencia cuando una combinación de lluvias y sudestada dejó más de 5000 evacuados.
Y agregaron: “En los casos de los pasos bajo nivel está trabajando Obras Públicas, y la estación de bombeo está actuando para terminar de drenar el agua que queda. La cantidad de agua extraordinaria que cayó en la tormenta provocó el desborde del arroyo Don Mario y eso es lo que dificultó estos trabajos. Pero en todo el distrito ya está bajando el agua. Se espera que los anegamientos terminen una vez que paren las lluvias”, indicaron.
Reclamos
Los vecinos de esta zona se quejan por la construcción de un túnel en la calle Zapiola. La obra en el paso bajo a nivel empezó en 2022 y, según coinciden los vecinos, con este iniciativa se evitarían las inundaciones. “Todos los vecinos firmamos para que se haga esa obra. Y está sin terminar y no sirve para nada, porque nosotros siempre estamos así. Ahora dicen que no hay plata”, dijo Gladys Robito, que hace 30 años vive en San Justo.
“Las obras del paso bajo nivel de la avenida Zapiola se paralizaron hace tres meses, cuando el gobierno nacional detuvo el financiamiento”, indicó un vocero de la municipalidad de La Matanza. Hasta el cierre de esta nota, voceros de la Secretaría de Infraestructura de la Nación no habían dado una respuesta sobre el destino de la obra.
“Ya se inundó otra vez, arrancamos de nuevo”, dijo Leandro Gómez. Hace un mes que se mudó a la casa en la que vivía su abuela. Hoy el agua había ingresado a la vivienda. “Cuando llegué estábamos sin luz y estaba todo flotando”, contó. Graciela le recomendó que tape la rejilla del patio para evitar que ingrese más agua. “Ya está saliendo por el baño de vuelta, sale por el piso de la cocina también, por todos lados”, dijo él.
“Ya cuando bajé los pies de la cama estaba con agua”, cuenta Lola, de 91 años. “Hicieron tantos departamentos y no han hecho nada para agrandar. Entra por las cloacas el agua también”, señaló.
Caminaba y saca baldes con agua del patio de su casa. “Mi hija vive en Casanova y se quería venir en colectivo, pero le dije que no con esta lluvia. Y mi otro hijo se quedó con el coche”, explicó. A pesar de las compuertas, el agua volvió a ingresar a su casa. “Ahora es inútil que trabaje tengo que esperar a que baje”, concluyó resignada.