Potrero Digital: cómo funciona el proyecto que enseña tecnología en las villas
Alumnos que aprenden programación, marketing digital, inglés, emprendedorismo y robótica. El escenario no es un aula universitaria, ni tampoco una moderna escuela de innovación digital. Todo ocurre en los barrios vulnerables de la ciudad y el conurbano bonaerense. En la Villa 31, Ciudad Oculta, La Matanza o Morón, el proyecto Potrero Digital se encarga de capacitar a los mayores de 16 años en distintos oficios tecnológicos, para que puedan insertarse laboralmente en el ámbito empresarial, crear su propio emprendimiento o transmitir sus conocimientos a través de la docencia.
El primer "nodo" o centro de capacitación nació a fines de 2018 en la cooperativa La Juanita, ubicada en Gregorio de Laferrere, partido de La Matanza. En ese entonces, se inscribieron 178 alumnos. Hoy, el proyecto ya cuenta con más de 500 alumnos en nueve centros de capacitación localizados en la región metropolitana. Se brindan cursos cuatrimestrales de programación y marketing digital. Los alumnos, provenientes de los barrios vulnerables, pueden optar por tomar solo algunos módulos o hacer la carrera completa, que dura dos años en total.
"La misión de Potrero es la integración social a través del trabajo en la economía digital. Buscamos hacerlo a gran escala para poder llegar a mucha gente, articulando con el Estado, las ONGs y las empresas. En el primer año tuvimos 178 alumnos, de los cuales el 75% terminó la cursada y más del 40% está trabajando", explicó Carolina Biquard, socia fundadora del proyecto y directora de la Fundación Compromiso, organización a cargo del emprendimiento solidario junto a la cooperativa La Juanita y la productora del cineasta Juan José Campanella.
Esperan continuar creciendo para crear nuevos centros o "nodos" en otras partes del país. Pronto se inaugurarán dos nodos en Mendoza. Incluso, hubo propuestas para expandirse al exterior, en Brasil, México o Ecuador. "Este año esperamos llegar a los 1500 o 2000 alumnos. Ya lo pensábamos desde un principio como una red de muchas escuelas", agregó Biquard. "Algunos de nuestros alumnos no habían ni terminado el secundario, o eran Ni-Ni. Muchos lo retomaron, y otros incluso ahora quieren estudiar carreras universitarias", observó.
Una vez terminados los cursos, los alumnos se insertan en el mercado laboral a través de pasantías y becas en empresas. Sin embargo, por la pandemia de coronavirus, tuvieron que suspender temporalmente ese programa y optar por enseñarles a los alumnos a presentarse, armar un buen CV o utilizar herramientas como LinkedIn. También hay quienes crean su propio emprendimiento o trabajan en forma independiente. Otros alumnos, se convierten en docentes para enseñar el mismo programa que aprendieron.
Ese fue el caso de Leandro Garrido, de 23 años. Es analista en sistemas, fue alumno del nodo de La Juanita y hoy es docente de programación front end y back end. "Antes no tenía casi experiencia laboral, excepto por reparar algunas computadoras. Con Potrero tuve la primera experiencia como docente, y además estoy trabajando en una empresa distribuidora de tecnología", afirmó Garrido. Todos los docentes del programa tuvieron que pasar a dar clases 100% virtuales por el aislamiento obligatorio contra el Covid-19.
Los aportes de las empresas son fundamentales para el desarrollo de Potrero Digital. "Por suerte como las empresas necesitan mucho de estos recursos, son inversiones que están dispuestas a hacer. Necesitan programadores, necesitan quienes gestionen contenido", sostuvo Biquard. Empresas como JP Morgan, Google, Santander Río, Banco Supervielle o Cisco colaboran asiduamente con el proyecto.
Otra clave del éxito del programa son los referente barriales, que trabajan en organizaciones presentes en el territorio. Funcionan como nexo entre la comunidad del barrio y el proyecto educativo. Atienden todas las necesidades y problemas de los alumnos, que van desde problemas de conectividad, o no poder bajarse las apps que necesitan usar por tener un celular muy viejo, hasta problemas familiares o personales.
Luis Guisbert, de la organización civil Social BA, realiza ese trabajo en la Villa 31, donde el mes pasado comenzó a funcionar el nodo más nuevo. "El proyecto fue muy bien recibido en el barrio. Esperamos que los chicos se puedan graduar y conseguir trabajo o hacer su propio emprendimiento. Esto va a generar motivación para que ellos puedan pensar en su futuro y armar un proyecto de vida. Cada vez veo más personas con ganas de surgir, de tener un crecimiento personal y profesional", concluyó. Las nuevas inscripciones para Potrero Digital serán en junio, para los cursos del segundo cuatrimestre de este año.
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