Pospandemia: debate y cruces entre Nicolás Trotta y Soledad Acuña en una charla sobre el futuro de la educación
Los ministros compartieron un panel en la Universidad Austral; la presencialidad y la terminalidad del secundario, los temas principales que se discutieron
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Expusieron sus ideas, y cada uno respetó el tiempo del otro. Sin interrupciones ni sobresaltos. Pero también hubo debate, y momentos más elevados en los que cruzaron sus opiniones y miradas sobre cómo se gestionó la política y las decisiones en materia educativa durante la pandemia. Los ministros de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, y su par de la ciudad, Soledad Acuña, participaron de la III Jornada de Políticas Públicas, que organizó la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral y donde todos los expositores –un panel que incluyó economistas, políticos y académicos– hicieron su aporte para pensar en las oportunidades que tiene la Argentina ante el nuevo escenario pospandemia.
Temas como la presencialidad; la inversión; el sostenimiento de los dispositivos nacionales de evaluación de los aprendizajes, como las pruebas Aprender; la conectividad y otros desafíos como la terminalidad de la secundaria, en un país donde la mitad de los estudiantes no concluye en tiempo y forma el nivel medio, fueron algunas de las cuestiones que se discutieron durante la charla. No hubo polémicas subidas de tono ni choques combativos. Pero sí algunos pases de factura, demandas sustantivas donde cada uno intentó fijar posición sobre las decisiones tomadas.
¿Cuáles son las tres cosas urgentes que hay que hacer para salir de esta situación de crisis en materia educativa?, preguntó el moderador de la jornada, el periodista Gonzalo Aziz, a Acuña. “Lo primero es tener claro que la presencialidad es lo que garantiza el derecho a la educación. Hay que recuperar la máxima presencialidad posible en todos los niveles. Con presencialidad se recuperan y se sanan muchos de los daños de aprendizaje, de desigualdad y del daño emocional que atravesaron los chicos durante la cuarentena. Lo segundo, es que conociendo el punto de partida, es decir con las evaluaciones, vamos a poder armar y planificar los proyectos específicos para que incorporen lo que no se pudo aprender. Tercero, pensar que necesitamos por lo menos tres años más para saldar, en términos de aprendizaje, algunas de las dificultades centrales. Hay que extender los calendarios escolares, hay que generar más tiempo. Incorporar otros momentos más allá de lunes a viernes. Hay que ganarle con tiempo a lo perdido. Y hay que ejecutar, llevar las convicciones a la acción”, remató la ministra.
Invitado a exponer su punto de vista y a evaluar las declaraciones de su par porteña, Trotta asumió como prioritario la necesidad de dejar en claro “la excepcionalidad por la que estamos transitando”, y abordó los desafíos de la educación desde dos dimensiones: los que ya existían previo a la pandemia, y los que se ocasionaron como consecuencia de esta situación. “Todos coincidimos en la necesidad de priorizar la presencialidad, y creo que hay una mirada más optimista para esta segunda mitad de año. Pero hay ciertas decisiones que van más allá del campo escolar y se vinculan con la salud. El principal desafío que tiene nuestro sistema es enfrentar la profunda desigualdad, algo que la pandemia ha iluminado como nunca antes. Son desafíos estructurales, y trabajamos en diálogo con todos los actores. Hay proyectos de ley en los que venimos trabajando, como la de Justicia Educativa, que apunta entre otras cuestiones al desafío de la escolarización temprana, con la obligatoriedad de la sala de 3 y la universalización de la sala de 4. Luego, el desafío de repensar algunos aspectos vinculados a la propia secundaria, a la terminalidad, al acompañamiento y a fortalecer el vínculo con el mundo del trabajo”.
Trotta se refirió a los proyectos vinculados a la tecnología, con la recomposición del plan Conectar Igualdad y la necesidad de vincular al 55% de las escuelas que no tienen conexión a internet. Gustavo Iaies, de la Fundación Centro de Estudios en Políticas Públicas, que ofició como el intermediario de la charla, aportó su mirada, hizo foco en la deserción escolar y la necesidad de impulsar cambios en la escuela secundaria, como revisar la cantidad de materias en cada año, entre otras cuestiones. También destacó las acciones de algunas jurisdicciones en medio de este contexto excepcional, y ponderó las medidas tomadas en provincias como Mendoza, Córdoba y también la Ciudad de Buenos Aires; todos distritos que, en materia de presencialidad, por ejemplo, fueron más allá de las decisiones impartidas en el resto de las provincias.
Contrapunto
¿Tienen vocación de ponerse de acuerdo?, preguntó Aziz. “Nosotros hacemos un esfuerzo por poner a la Argentina por encima de todo. Priorizamos el diálogo, y cada resolución aprobada fue por unanimidad del Consejo Federal de Educación (CFE). Cada una de esas decisiones implicó la construcción de una mirada común de todas las jurisdicciones, y la pandemia como hecho inédito ha generado una conciencia colectiva de lo que son los acuerdos”, señaló Trotta, y advirtió: “Hubo consensos que se quebraron, hay que decirlo. Nosotros estamos convencidos de que hay que construir una mirada federal, y enfrentar las desigualdades. Hay que priorizar la inversión, que se quebró en 2016, cuando el Gobierno al frente en ese momento hizo caer la inversión en educación en un 33%. Sin inversión es imposible tener una escuela que transforme la realidad”.
A su turno, Acuña prefirió evadir el reclamo de la desinversión durante el gobierno de Mauricio Macri al que hacía referencia Trotta, y eligió hablar de los espacios de diálogo y de consenso. “Más allá de lo que se hace público y aparece en los medios, hay muchas decisiones y temas que se debaten en el Consejo que se toman en consenso. Quizá son cuestiones más de todos los días, pero que son muy importantes para la gestión de todos los días. Tal vez el año pasado quedó en evidencia que había diferencias con la vuelta a la presencialidad, pero mientras prevalecía esa discrepancia había acuerdo en otros aspectos. Lo que tenemos que resignificar es el concepto de federalismo. El federalismo sin concertación no existe. Si el gobierno nacional tiene el control remoto no es federalismo. Está bien tener miradas distintas, yo creo en las diferencias porque se crece y se construye. Por eso tenemos que construir un sentido de federalismo en materia educativa, con las necesidades de cada jurisdicción. El federalismo de las mayorías que se imponen no es federalismo”, cerró Acuña. A lo que Trotta respondió: “No sé a qué se refiere Soledad [Acuña] cuando dice las mayorías, porque todas las decisiones se tomaron en el CFE de manera unánime”.
En otro apartado del debate, el ministro de Educación se refirió a ese 50% de estudiantes que no termina la escuela secundaria en tiempo y forma, y si bien reconoció que es un problema que desde hace décadas no se puede solucionar, sí advirtió que desde la sanción de la ley de Educación, en 2006, hubo una leve mejoría, consecuencia en parte del masivo acceso al nivel medio, que desde entonces es obligatorio. Luego mencionó algunas de las políticas actuales como el plan Progresar, que acompaña este año a unos 100.000 jóvenes para que rindan las materias pendientes del secundario y obtengan su título.
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