Porteños en el Egipto de hace 3000 años
Una expedición arqueológica argentina excavó durante más de dos meses en el norte del Sinaí Egipto y llenó 80 canastos con cerámicas collares y utensilios de los siglos XI a VII antes de Cristo.
"El primer día a 10 centímetros de la superficie encontramos una estatuilla del dios Bes" comenta con entusiasmo a La Nación la licenciada Violeta Pereyra de Fidanza vicedirectora de la misión.
La directora doctora Perla Fuscaldo -como la anterior de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA- se muestra contentísima por los resultados de esta campaña en Tell el-Ghaba un sitio hoy desértico donde milenios atrás hubo un asentamiento del imperio egipcio.
Por su estratégica posición Tell el-Ghaba fue usado como sede de blindados durante la ocupación del Sinaí por Israel y no fue incluido entre los sitios excavados entre 1972 y 1982 por la Universidad Ben Gurion.
Pero un hecho nuevo hizo urgente relevar esa zona deshabitada. Se está abriendo un canal de agua dulce paralelo a la costa del Mediterráneo que permitirá irrigar miles de hectáreas y producirá un aumento de población en la región lo que representa una amenaza para la preservación de las riquezas del Sinaí. Esto llevó al Servicio de Antigüedades un organismo oficial de Egipto a comprar estas tierras de valor arqueológico para garantizar su protección futura y encomendar su estudio a misiones de distintos países.
Grandes buques en el desierto
La misión argentina fue establecida en Qantara Shark una población ubicada sobre el canal de Suez a 16 kilómetros del sitio de la excavación.
"Es algo absolutamente irreal" comenta el licenciado Eduardo Crivelli director del trabajo de campo al recordar cuando estaba al borde del desierto y veía aparecer la silueta de buques gigantescos por encima de los techos de casas bajas y pobres.
Desde allí salían cada mañana al despuntar el sol para estar a las 6 en el sitio de la excavación. Diez obreros fueron contratados para esa tarea y dos guardias beduinos se quedaban a dormir en una tienda de campaña para cuidar el lugar..
Aunque la zona parece totalmente desierta -hay silencio apenas alterado por el revoloteo de pájaros muy mansos- dice Crivelli no es raro de vez en cuando ver a lo lejos un rebaño de camellos o una persona caminando. Puede ser un cazador de halcones para cetrería que los jeques árabes pagan muy bien.
También hay perros cimarrones; si uno se descuida pueden arrancar los hitos e indicaciones puestos en el lugar de la excavación
Medir describir fotografiar
La misión argentina documentaba la marcha del trabajo mediante un diario un plano que se actualizaba dos veces por día y un juego de formularios para recoger información. Al mismo tiempo tomaba muchas fografías como documentos objetivos.
"El material hay que registrarlo medirlo describirlo dibujarlo fotografiarlo para su estudio" explica Perla Fuscaldo. Los objetos quedan allá en Egipto; los datos se traen a la Argentina en una computadora.
"El ritmo de trabajo era muy bueno pero volvimos destruidos -confiesa la licenciada Pereyra-. Trabajábamos todo el día. Una arqueóloga polaca que hizo de supervisora de campo Maryla Kapica decía que los argentinos somos gente muy loca que come tarde y no duerme."
Jarritas y una cuenta de oro
¿Qué cosas encontró esta misión argentina en su excavación en un terreno de apenas 80 metros cuadrados? Muchas muestras de cerámica tanto de uso doméstico como de culto religioso. Cuencos platos jarras etcétera. Reflejan una técnica propia de la zona donde se usaba un torno rapido para moldear la arcilla del Nilo según un modo específico de la época. Eso permite datar las piezas.
También hallaron objetos importados de Palestina Siria Chipre y otros lugares: pequeños perfumeros y jarritas para ungüentos así como ánforas para el transporte de vinos y aceite. Son piezas muy finas de paredes delgadas y pulidas.
Otros objetos: un sello que conserva restos de lacre escarabajos de piedra collares de materiales de la zona -alabastro caliza- muy bien armados (sólo falta el cordel que unía las cuentas) un cuenco con un pigmento en el fondo (cosméticos de la época).
Quizás el mayor hallazgo fue el de una cuenta de oro de 1 3 cm de largo formada por dos hileras de pequeñas bolitas de un milímetro de diámetro. Revela el alto nivel social que alcanzaron los habitantes de esa zona. Esa pieza está ya en el Museo de El Cairo.
Para los investigadores argentinos es una experiencia fascinante. Ahora se dedicarán a analizar lo encontrado. Pero ya están deseosos de iniciar una segunda etapa. Esperan volver en septiembre próximo.
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