¿Por qué se postergó la llegada de las vacunas bivalentes contra el Covid?
La fuerte caída de la vacunación durante el año combinado con el arribo de más dosis generó un exceso de stock; cuándo podrían llegar al país
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“¿Me vacuno ahora o espero a que llegue la vacuna bivalente?” Esta es, en este momento, la pregunta más recurrente frente a otra suba de contagios de Covid-19, aún sin información cierta de su alcance, y un repunte de la demanda, más concentrada en los vacunatorios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Pfizer y Moderna, los dos productores de esas dosis adaptadas para hacer frente a la variante ómicron, ya habían afirmado a este medio que tienen disponibilidad si el país las solicita. Pero la fuerte caída de la vacunación durante el año combinado con el arribo de más dosis generó un exceso de stock, que hoy sería de unos 12,3 millones de dosis para chicos y adultos, una cifra que el desorden en los registros de aplicaciones dificulta estimar aún para las autoridades sanitarias nacionales y provinciales. Todo esto obligó al Ministerio de Salud de la Nación a postergar “para algún momento del año que viene” la entrega de las vacunas bivalentes, según pudo conocer este medio de manera informal.
Al ritmo actual, que este mes podría ser de un millón de aplicaciones, el doble que el mes pasado cuando volvió a crecer la concurrencia a los vacunatorios, la reposición quedaría más atada a los vencimientos. El 94% de las dosis que se están administrando son de Moderna y un 5%, de Pfizer, de acuerdo con el seguimiento de la campaña de vacunación que hace LN Data. Hay un 1% de las otras marcas.
A diferencia de AstraZeneca, Laboratorios Richmond o Pfizer, que extendieron la fecha de vencimiento de sus productos entre dos y doce meses, de acuerdo con la marca, las dosis de Moderna se comercializan con un vencimiento inicial más prolongado, de nueve meses, que el laboratorio estadounidense había informado que no se puede modificar por las características de la formulación. Ni siquiera a pedido de funcionarios del Ministerio de Salud de la Nación, según trascendió desde la cartera que dirige Carla Vizzotti tras una reunión el mes pasado. Sobre la mesa, había una cifra en discusión: unos seis millones de dosis, entre pediátricas y de adultos, que podrían llegar al vencimiento sin aplicar y en el corto plazo (enero y marzo próximos).
En espera
La última actualización oficial de vacunas adquiridas es a agosto pasado, con el arribo de 537.900 sueros de Pfizer para adultos y pediátricas. Desde diciembre de 2020, llegaron al país 128,7 millones de dosis entre las seis marcas adquiridas. Con la donación declarada de un total de 5.083.000 unidades a otros países, la campaña nacional de vacunación para Covid-19 retuvo finalmente poco más de 123,6 millones de dosis, de las que 7,1 millones figuran en poder de las provincias sin aplicar –el número podría variar por demoras o falta de capacidad de carga de datos al registro federal de vacunación Nomivac– y 5,2 millones, de la Nación.
Con estos números, nadie arriesga una fecha de llegada de las vacunas bivalentes. El Ministerio de Salud no atendió la consulta de LA NACION.
En Pfizer se limitaron a expresar que “el acuerdo de compra vigente habilita a recibir las versiones adaptadas de las vacunas”. El Laboratorio Raffo, representante local de Moderna, respondió que podrán empezar a entregarlas “cuando lo solicite el Gobierno”. Como se había informado, una enmienda al acuerdo por la compra de 20 millones de dosis [no incluye los 3,5 millones de unidades de esa firma donados por Estados Unidos] contempla que se complete la entrega de un saldo equivalente a unos US$133 millones con dosis pediátricas y bivalentes.
Un repaso de cómo se llegó con un exceso de stock tan alto muestra que entre enero y febrero pasado las aplicaciones disminuyeron de 10,6 a 5,4 millones, cuando el Ministerio de Salud respondió que se avanzaba con el primer refuerzo o en iniciar o completar el esquema primario. En marzo y abril, con el inicio escolar y la vacunación pediátrica habilitada, las aplicaciones no superaron, respectivamente, los 2,9 y 2 millones en el país, repuntaron en mayo a más de 4,1 millones con el anuncio de la cuarta dosis (segundo refuerzo) y volvieron a descender hasta llegar al valor más bajo en un mes con 275.309 en octubre, cuando vuelven a subir los contagios sin que todavía lo reflejaran las cifras oficiales informadas.
A finales de ese mes, tras una reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa) se informó que a partir de noviembre se habilitaba el tercer refuerzo o quinta dosis. El mes pasado, las aplicaciones casi se duplicaron con respecto de octubre, con un salto de un 206% (319.354 aplicaciones) en la semana que va entre el 27 de noviembre y el 3 de diciembre. El 73% de las personas vacunadas desde ese momento son mayores de 50 años.
“Hay pocos países que están dando la quinta dosis, como Estados Unidos, Canadá e Inglaterra, donde se utiliza la vacuna bivalente, que incluye la cepa ancestral (Wuhan) más los sublinajes BA. 4 y BA. 5 de ómicron, que son los que evolucionaron y provocaron rebrotes. En estudios preliminares, además de ensayos en modelos animales, ya se había visto que con las dosis bivalentes aumenta la efectividad relativa de la vacunación en el corto y largo plazo”, explicó Eduardo López, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
“En la Argentina, estamos vacunando con una quinta dosis producida con la proteína S de la variante original del virus de Covid-19. Es lógico que la población se pregunte si es eficaz contra las subvariantes de ómicron –planteó el infectólogo–. Primero sería necesario completar la tercera y la cuarta dosis, que todavía hay mucha gente que no las recibió. No tenerlas es, hoy, no estar adecuadamente vacunados y, aunque sea una forma leve de la enfermedad, el virus sigue circulando y es lo que hay que controlar.”
En ese sentido, y ante la nueva suba de contagios, de la que se desconoce la magnitud epidemiológica por las limitaciones en los testeos y el subregistro de diagnósticos ambulatorios, López expresó: “Estamos vacunando con una buena vacuna, pero que ante la variante que predomina y los sublinajes en circulación, el impacto de protección es menor comparado con la bivalente. Ahora, en el escenario epidemiológico actual, la mejor recomendación es que principalmente los mayores de 50 y las personas inmunosuprimidas que hayan recibido la última dosis hace seis u ocho meses, se vacunen. En esos grupos, en ese tiempo, el nivel de anticuerpos contra la cepa original [del SARS-CoV-2] disminuyó y es necesario reforzarlo para superar esta curva más tranquilos”.
Con la colaboración de Gabriela Bouret, Natalia Louzau y Melanie Prokopiec
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