Por qué los milenials y la generación X tienen más riesgo de cáncer que las generaciones mayores
La incidencia de 17 de los 34 tipos de cáncer más comunes están aumentando en las generaciones progresivamente más jóvenes, según un nuevo estudio de gran alcance
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WASHINGTON.– Según un nuevo estudio de amplio alcance, la generación X y los milenials tienen más riesgo que las generaciones mayores de desarrollar ciertos tipos de cáncer, probablemente debido a cambios generacionales en la dieta, el estilo de vida y la exposición a factores ambientales.
El nuevo estudio fue publicado el miércoles en la revista científica Lancet Public Health Journal, donde los investigadores de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer informan que la incidencia de 17 de los 34 tipos de cáncer más comunes está aumentando en las generaciones progresivamente más jóvenes.
Según esos hallazgos, el incremento de riesgo más significativo se da en los cánceres de riñón, páncreas e intestino delgado, que para los hombres y mujeres milenials es entre tres y cuatro veces mayor que para los miembros de la generación del baby boom, o sea los nacidos entre 1945 y 1967.
Las mujeres milenials también tienen mayor riesgo de desarrollar cáncer de hígado y de las vías biliares que la generación del baby boom.
Aunque el riesgo de desarrollar cáncer está aumentando, entre los más jóvenes el riesgo de morir como consecuencia de la mayoría de los tipos de cáncer se ha estabilizado o disminuido. Pero los índices de mortalidad si aumentaron para los cánceres de vejiga, colorrectal, testicular y de útero, así como por cáncer de hígado en el caso de las mujeres más jóvenes.
“Es preocupante”, dice Ahmedin Jemal, vicepresidente del departamento de vigilancia y salud equitativa de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer, autor principal del estudio.
De mantenerse la actual tendencia, el aumento de los casos y mortalidad por cáncer entre los más jóvenes “puede frenar o incluso revertir el progreso que hemos logrado en la reducción de la mortalidad por cáncer en las últimas décadas”, agrega Jemal.
Si bien no hay una explicación clara para este aumento, los investigadores sugieren que varios factores coadyuvantes, como el aumento de las tasas de obesidad, la alteración del microbioma por dietas poco saludables con alto contenido de grasas saturadas, carne roja y alimentos ultraprocesados, el abuso de antibióticos, poco sueño, sedentarismo, y factores ambientales, como la exposición a contaminantes y sustancias químicas cancerígenas.
Dos décadas de datos sobre el cáncer
Los investigadores analizaron datos de más de 23,5 millones de pacientes diagnosticados con 34 tipos de cáncer entre 2000 y 2019. También estudiaron datos de mortalidad que incluían 7 millones de muertes por 25 tipos de cáncer entre norteamericanos de 25 a 84 años de edad.
Ampliando su investigación anterior, que había identificado ocho tipos de cáncer cuyas tasas de incidencia aumentaron en las generaciones más jóvenes, los investigadores ahora encontraron nueve más, incluidos algunos que previamente habían disminuido entre las camadas de mayor edad, antes de luego aumentar en los grupos más jóvenes.
El estudio no analizó factores como los ingresos familiares, tipo de cobertura médica, raza o etnia.
Las personas más jóvenes —los menores de 50 años— representan una minoría de la población general de quienes desarrollan cáncer, “pero la preocupación es que el cáncer se está presentando a edades cada vez más tempranas, por lo que este aumento de la incidencia planteará problemas muy concretos a medida que esa población envejezca”, apunta Ernest Hawk, vicepresidente y director de la división de prevención del cáncer y ciencias poblacionales del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas.
Al mismo tiempo, entre las mujeres más jóvenes los investigadores también observaron una disminución de las tasas de cáncer de cuello de útero, lo que atribuyen a la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH). Los cánceres relacionados con el tabaquismo, como el carcinoma de células escamosas de pulmón, laringe y esófago, también disminuyeron, aunque los investigadores dicen que ese avance se ha ralentizado en los grupos más jóvenes.
Dificultades para la detección
Se recomiendan pruebas de detección de rutina solo para cuatro tipos de cáncer: de colon, de cuello uterino, de mama, y en el caso de algunas personas, también de pulmón, pero muchas personas jóvenes que tienen un riesgo promedio no cumplen los requisitos de edad o, por diversas razones, no se realizan las pruebas de detección.
Algunos expertos señalan los posibles daños que puede generar la generalización de las pruebas de detección, como los falsos positivos, que pueden tener un costo psicológico y dar lugar a estudios y procedimientos de seguimiento que terminan siendo innecesarios. “Para empezar, el problema es que los pacientes son cada vez más jóvenes y no siempre contamos buenos mecanismos de detección, así que no podemos realizar exámenes de detección en grupos poblacionales tan grandes”, señala Andrea Cercek, oncóloga gastrointestinal y codirectora del Centro de Cánceres Colorrectales y Gastrointestinales de Aparición Temprana en el Centro contra el Cáncer del Sloan Kettering Memorial.
Según lo datos relevados por el nuevo estudio, las tasas de cáncer de mama, vesícula biliar y otros cánceres biliares, y cáncer de útero aumentaron en casi todos los grupos etarios, con un crecimiento más acelerado en las generaciones más jóvenes. Si bien la incidencia del cáncer de mama en mujeres menores de 40 años sigue siendo baja, según otro estudio, el cáncer de mama sigue representando la mayor cantidad de casos de cáncer de aparición temprana.
Bajar la edad de detección
En año pasado, la creciente evidencia reciente de que cada vez hay más mujeres de 40 años que desarrollan cáncer de mama impulsó al Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de Estados Unidos a modificar su guía de lineamientos anterior, bajando de 50 a 40 años la edad de inicio de las mamografías mamarias de rutina.
Sin embargo, las mamografías de rutina no son tan efectivas para las mujeres con senos densos, algo más común entre las más jóvenes, señala Elizabeth Comen, oncóloga mamaria y profesora adjunta del Centro Perlmutter contra el Cáncer de la Universidad de Nueva York.
“La gran deuda pendiente es encontrar una mejor forma de detectar los cánceres en pacientes jóvenes”, dice Comen, y agrega que muchas de sus pacientes más jóvenes descubren ellas mismas su propio cáncer de mama.
En los últimos años, la edad recomendada para la detección del cáncer colorrectal también se redujo de los 50 a los 45 años, ya que las investigaciones demuestran que la enfermedad tiende a aparecer a edades más tempranas. El nuevo estudio descubrió que el aumento en las tasas de cáncer de estómago y colorrectal se limita a los grupos más jóvenes, o sea que si bien las tasas de cáncer colorrectal están disminuyendo en la población en general, hay un aumento de su incidencia en las poblaciones más jóvenes.
Pero muchas personas en edad de hacerse las pruebas de detección de cáncer colorrectal no se la realizan. Un estudio de 2021 reveló que de los 19 millones de norteamericanos de entre 45 y 49 años, menos de 4 millones estaban al día con las pruebas de detección de cáncer colorrectal, que puede hacerse con un análisis de sangre recientemente aprobado, con un análisis de las heces, o con una prueba visual como una colonoscopia o una colonografía por tomografía computarizada, también llamada “colonoscopía virtual”.
“Creo que muchas personas jóvenes hacen caso omiso a los síntomas incluso cuando aparecen, pensando que no pueden tener cáncer porque todavía son demasiado jóvenes”, señala Rashmi Verma, oncóloga especializada en cánceres gastrointestinales del Centro Integral contra el Cáncer de la Universidad de California en Davis, y agrega que ha tratado a pacientes de apenas 20 años.
Diagnósticos erróneos
Cuando algunos jóvenes van al médico por la aparición de síntomas gastrointestinales, muchas veces les diagnostican erróneamente otra afección, como hemorroides o síndrome del colón irritable, por lo que es importante consultar a un gastroenterólogo, dice Verma.
Pero para la mayoría de los cánceres, incluido el cáncer de páncreas, no existen pruebas de detección a ninguna edad, lo que puede llevar a diagnósticos tardíos, y por lo tanto, a opciones de tratamiento más limitadas, según explican los expertos. Si bien ha habido avances en el diagnóstico y tratamiento del cáncer, muchas veces los tumores malignos de páncreas —y algunos otros— se descubren de manera accidental durante la realización de estudios de diagnóstico por imágenes por otras afecciones, apunta Charles J. Yeo, profesor y director del departamento de cirugía de la Escuela Médica Sidney Kimmel de la Universidad Thomas Jefferson.
El crecimiento de la incidencia del cáncer en las generaciones más jóvenes subraya la necesidad de realizar más estudios para identificar una causa, planificar la prevención y desarrollar mejores pruebas de detección, y así para ayudar a detectar el cáncer en jóvenes en una etapa más temprana del curso de la enfermedad, cuando el tratamiento suele ser más eficaz, señalan los expertos.
Pero el aumento del cáncer entre los jóvenes también plantean interrogantes sobre la sobrevida de esos pacientes.
“Habrá jóvenes que sobrevivan al cáncer que sufrirán profundos efectos biológicos, físicos y psicológicos a causa de ese diagnósticos”, advierte Comen. “Y la comunidad médica debe estar preparada para abordar el efecto dominó que eso tendrá en toda la sociedad”.
Por Lindsey Bever
(Traducción de Jaime Arrambide)
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