¿Por qué la palabra “señorita” dejará de usarse en la lengua española?
Naciones Unidas, en sus instrucciones sobre lenguaje inclusivo, pidió prescindir del término para no perpetrar estereotipos de género
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Fernando Ávila, experto en español, resuelve esta duda en su columna “El lenguaje en el tiempo”. Cita: “Han pasado once años desde su debut en la televisión, y ella ya es toda una señorita. Tiene 19 años de edad y está brillando con luz propia” (Kienyke).
Comentario: la palabra señorita (”mujer soltera”) es una de las más gratas del idioma. En la cita, correspondiente al perfil de Rafaella Chávez, hija de Marbell, se usa para dar una idea del crecimiento físico, emocional e intelectual de la persona. Papás y mamás lo dicen de sus hijas con orgullo, “ya es toda una señorita”.
A su vez, las señoritas se precian de serlo, y exigen el reconocimiento que se debe a quien dejó de ser niña y está acercándose a mujer madura. Dicen, para ponerlo de manifiesto, “Ya no soy una niña”.
Mujeres mayores y no tan mayores también reivindican su condición de señoritas para destacar su soltería, y el correspondiente trato de especial condescendencia. Se supone que una señorita espera respeto y/o galanteo.
La distinción de señorita está presente en los concursos de belleza, que fueron perdiendo su importancia en los últimos años. Ser señorita Valle, señorita Bogotá o señorita Colombia era importante, e incluso lo era ser reina, para estos efectos, sinónimo de señorita, del Café, del Petróleo o del Bambuco.
Si la señorita que alcanzaba el título de señorita Colombia llegaba al concurso de Miss Universo, más puntos. Y si lograba, como lo han logrado Luz Marina Zuluaga y Paulina Vega, el título de miss Universo, ni se diga.
En el Club Campestre de Cali, Colombia, aparte del espacio destinado a baño turco para señores y el correspondiente para señoras, había un tercer espacio separado para señoritas.
En los colegios más distinguidos los estudiantes llaman miss (señorita) a las profesoras, miss Claudia, miss Gabriela, en señal de respeto, aunque la profesora no sea soltera. En establecimientos públicos es común que a recepcionistas, meseras, guías, azafatas y cajeras se les diga señorita, independiente de su estado civil, “¡Buenos días, señorita!”, “Señorita, ¡la cuenta, por favor!”.
Pero la mala noticia es que la palabra señorita dejará de usarse por recomendación de Naciones Unidas. En sus instrucciones sobre lenguaje inclusivo se pide prescindir de ella, precisamente para no explicitar el estado civil. Así como no se dice señorito, tampoco se le debe decir señorita a una mujer.
¿Tendrá éxito esta recomendación del organismo creado para que haya paz en el mundo? ¿Se armará una guerra de ideas entre defensores y enemigos de la palabra señorita? ¿Renunciarán las señoritas a llamarse señoritas?
¿Será suficiente señor@s y todes en un mundo en el que todo lo demás exige distinciones cada vez más minuciosas?
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