Por qué hay tantos mosquitos en la ciudad y qué cuidados hay que tomar
La especie que proliferó durante los últimos días es el Aedes albifasciatus, también conocido como “mosquito austral” o “de las pampas”
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Hubo un tiempo prolongado de sequías, luego lluvias copiosas en toda la región y, finalmente, temperaturas cálidas. Un caldo de cultivo perfecto para la proliferación de mosquitos silvestres como el Aedes albifasciatus, la especie que hoy invade la ciudad.
Los expertos lo vieron venir: “En las últimas semanas estamos observando que en los espacios verdes porteños hay charcos con grandes cantidades de larvas, lo que significa que probablemente muchos de los mosquitos adultos que estamos viendo hoy sean de producción local”, afirma la doctora Sylvia Fischer, investigadora principal de Conicet y directora del Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA (GEM).
Pero es tanta la cantidad de mosquitos que circulan desde mediados de la semana, que la docente de la UBA calcula que seguramente también se estén trasladando a la Ciudad ejemplares criados en zonas aledañas con grandes charqueríos, como, por ejemplo, los bosques de Ezeiza, Campo de Mayo y los alrededores de La Plata.
El mosquito que hoy predomina en la ciudad no transmite dengue. De todas formas, hay otra enfermedad que alerta a los especialistas: “Lo que nos preocupa un poco es el hecho de que este mosquito, el albifasciatus, está asociado con la transmisión del virus de la encefalitis equina del Oeste, justo habiendo en este momento, después de 40 años, un brote de la enfermedad en toda la zona del centro y norte del país. Este mosquito es el vector implicado”, suman desde el GEM.
La encefalitis equina es una enfermedad causada por un virus que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados que actúan como vectores, principalmente en áreas rurales. A partir de la detección viral en caballos, el mes pasado el Ministerio de Salud de la Nación activó la Alerta Epidemiológica en todo el país. La intención es poder localizar, a través de la vigilancia epidemiológica, posibles casos en humanos. Hasta ahora solo se ha detectado en el país un caso humano. Se trató de un hombre que vive en el departamento de General Obligado, en la provincia de Santa Fe, y que ya fue dado de alta.
Aunque el mosquito que hoy puede verse por toda la ciudad no es vector del dengue, como sí lo es el Aedes aegypti, de todas formas los especialistas aseguran que hoy se debe insistir más que nunca en la prevención contra esta infección, ya que los informes epidemiológicos de la ciudad muestran un leve aumento de los casos en las últimas semanas.
“El Aedes aegypti tiene una dinámica muy estacional y cada semana que pasa, ahora que nos estamos adentrando en el verano, su abundancia es mayor. Este es un fenómeno totalmente independiente a las grandes cantidades de albifasciatus que vemos hoy en la Ciudad”.
Lo que también distingue a los de tipos de mosquitos es que los Aedes aegypti se crían mayormente en recipientes de agua estancada, mientras que los Aedes Albifaciatus en anegamientos, por ejemplo, charcos de lluvia.
¿Cuánto durará la invasión del “mosquito austral”?
También a diferencia del Aedes aegypti, cuyo crecimiento y desarrollo está estrechamente ligado a las temperaturas cálidas, el mosquito que hoy vemos en abundancia en la Ciudad y en gran parte de la región húmeda del país, sobrevive durante todo el invierno. Es considerado el más austral de los presentes en la Argentina, de ahí su apodo: se lo suele llamar “mosquito austral” y a veces también “mosquito de las pampas”.
Su gran proliferación en los últimos días se debe, en gran parte, a la abundancia de lluvias. “Tuvimos mucha lluvia después de un período prolongado de sequía, y la lluvia fue a nivel regional. En general, si llueve después de una sequía pero no llueve tanto, el terreno chupa toda el agua y no se forman estos anegamientos. Estos anegamientos se forman cuando justamente llueve mucho, que es lo que estuvo pasando”, dice Fisher.
Importa también el hecho de que haya llovido en toda la región al mismo tiempo. “Se crearon millones y millones de larvas en forma simultánea en la región, entonces emergieron millones de adultos mosquitos a la vez, y cuando las hembras empiezan a picar para buscar sangre para completar la maduración de los huevos, sentimos la molestia de las picaduras”, sigue.
El calor de los últimos días tampoco contribuyó: “A los mosquitos, como a todos los insectos, el calor les favorece porque acelera todos los procesos de su ciclo de vida. Si esto mismo hubiera ocurrido en invierno, las larvas tardarían un mes en desarrollarse. Pero con temperaturas como las de ahora, tardan solo una semana”, explica Fisher.
Sin embargo, aclara que la abundancia actual de mosquitos no debería durar más de una semana o, como máximo 10 días: “Así como están todos sincronizados cuando emergen, y pican todos al mismo tiempo, después todos se empiezan a morir rápidamente”, concluye la especialista.
Operativos en la ciudad
Desde el Gobierno porteño dijeron a LA NACION que está intensificando los operativos de desinsectación en grandes parques de la ciudad, como es el caso por ejemplo del Rosedal de Palermo ante el aumento de la cantidad de mosquitos.
Sobre las posibles causas, señalaron: “Los cambios en la temperatura, la humedad y en las precipitaciones pueden influir en la reproducción y maduración de estos insectos. El cambio climático está produciendo modificaciones en la temperatura y eso podría generar un incremento en el número de mosquitos, debido a que a mayor temperatura aumenta la velocidad del ciclo de vida”.
Precauciones hogareñas para evitar el aumento del dengue:
Debido a la curva epidemiológica ascendente, en la última semana el Ministerio de Salud de la Nación emitió una alerta sanitaria y pidió a los argentinos que extremaran las medidas de prevención y los cuidados para evitar una mayor propagación del mosquito Aedes aegypti. Eso incluye el descacharrado en las viviendas, el uso de repelente, de acuerdo con la edad y la forma de uso indicada; vestir ropa clara que cubra brazos y piernas, sobre todo durante actividades al aire libre; colocar en los ambientes espirales, tabletas o aerosoles, según las indicaciones de cada producto; colocar mosquiteros en puertas y ventanas; y proteger con tules camas, cunas y cochecitos de bebés.
Los síntomas más comunes de la infección suelen ser fiebre, cansancio y malestar general, náuseas y vómitos, erupción en la piel, diarrea, dolor detrás de los ojos, dolor muscular, articular o corporal para poder moverse. Dado que hay una proporción de población que ya pudo estar expuesta a una primera infección por el virus del dengue, de contraer una segunda infección por otro serotipo viral, aumenta el riesgo de desarrollar una forma grave de la enfermedad (hemorrágica, como se la conocía antes). En estos casos, hay que tener en cuenta también como síntomas la menstruación fuera de tiempo en las mujeres, el sangrado de encías o por nariz, o la aparición de sangre en materia fecal o al orinar.
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