El GPS de Juan Pablo Sarjanovich marca 8610 metros sobre el nivel del mar (MSNM). Segundos antes, había dado el último paso para llegar a la parte más alta de Kanchenjunga (8658 MSNM), la tercera montaña más alta del mundo, sólo superada por el Everest y la K2.
Meses de preparación y una pasión que surgió en los últimos cinco años llevaron a que este santafesino de 43 años fuera el primero en llevar a la cumbre de la segunda montaña más alta de Nepal la bandera argentina. "De chico nomas le agarré el gusto a los senderos y ya no pude parar. De a poco se fue haciendo una bola que aún sigo empujando hacia arriba como Sisifo", recordó el licenciado en Administración Agraria.
En una entrevista con LA NACION, desde Bangkok, Sarjanovich contó: "Mi motivación desde un comienzo este proyecto fue subir las montañas de más de 8000 metros que aún no subió ningún argentino".
"Cuando comencé con esto de las cumbres en el Himalaya, hace cinco años, había cuatro montañas sin subir en la lista de los 14 que tienen más de 8 mil metros de altura. Me llevó dos temporadas subir el Manaslu y fue el tercero en 2016 de una lista de cinco que hicimos cumbre ese año", detalló el hombre y agregó: "Ahora fue el turno del Kanchenjunga, por lo que quedan solo dos cumbres sin ser conquistadas por un argentino, estas son Annapurna (8.091 MSNM) y Nanga Parbat (8126 MSNM)".
Ante la consulta de cuándo le surgió la idea de ir por otro de los 8000 MSNM, contó: "Me decido a intentarlo en febrero. Ya venía preparando la temporada sin saber siquiera a donde iba a ir. Estaba en el sur y recibí una llamada de Dawa Sherpa el dueño de la compañía que me prestó servicios alla y me habló del Kanchenjunga y algo dentro mío me dijo que ya estaba listo para ir. Sentí una buena vibra que me acompaña todavía ahora".
"Ya venía estudiando la montaña desde 2016 y sabía que no iba a ser fácil. Le tenía mucho respeto. Eso fue lo más duro de vencer. "Estoy preparado todo el año. Lo que si cada temporada tiene algo distinto. La particularidad de este año es que me fui al sur a entrenar. Me quede mucho en la Patagonia. En el Chaltén sobre todo", dijo.
Para graficar la preparación, recordó: "Hice una pretemporada de ocho semanas consecutivas de caña y llevo cinco meses sin volver a casa. De hecho, no vuelvo a casa desde noviembre".
¿Cuál es tu siguiente desafío? Fue la pregunta a Sarjanovich que aún intenta terminar de procesar lo alcanzado. "Mi próximo objetivo seguramente llegará el año que viene, pero aún falta mucho como para saber a dónde iré. Mi desafío tiene nombre ‘proyecto ochomil’ y el objetivo es subir o ayudar a completar la lista de 14 montañas".
"No me apuro. Me gusta ir paso a paso. Sin quemar la cabeza. Podría intentar los otros dos este mismo año. Pero no me quiero apurar. Voy haciendo lo que va apareciendo. Quizás el año que viene salga otro ocho mil en el medio como paso con el Broad Peak el año pasado. Las montañas siguen ahí. Si alguien las hace antes, genial. No se trata como dijo alguien ‘de avivar giles’ sino de motivar o despertar voluntades para terminar con esto de una vez como país", dijo el licenciado en Administración Agraria, que recordó que de América son menos de cinco los países que lograron esa hazaña y en todo el mundo no superan los 30.
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