Habrá retrasos durante el verano en un puente clave para cruzar a Brasil en auto
Los trabajos de reparación en el enlace une Paso de los Libres, en Corrientes, con la localidad brasileña de Uruguayana demandarán por lo menos seis meses
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CORRIENTES.— El 16 de este mes se canceló el paso de vehículos de carga por el puente que une Paso de los Libres, en Corrientes, con Uruguayana, en Brasil, debido a un desprendimiento del pavimento del lado brasileño. Tres días después se habilitó el tránsito, pero con restricciones. Vialidad Nacional convocó a una licitación para hacer trabajos de reparación. Su contraparte brasileña está haciendo lo propio, pero ya avisó que las tareas demandarán por lo menos seis meses, lo que encendió luces de alerta entre transportistas, importadores y exportadores, Cámaras de Comercio y entre los operadores turísticos.
Al día siguiente, Vialidad Nacional sorprendió con una decisión: informó que el tránsito sobre el puente internacional Agustín P. Justo-Getulio Vargas, que conecta las dos ciudades quedaba interrumpido por la constatación de que una zona de la calzada tenía un avanzado estado de deterioro. Desde ese momento, todas las luces de alerta se encendieron, porque el puente no solo es un nexo importante para el comercio de todo el Mercosur sino que además es uno de los pasos más utilizados por los turistas argentinos que eligen descansar en las playas de Brasil durante todo el año, pero sobre todo en verano. Es también, por razones económicas, un punto de paso para muchos brasileños que cada vez más pescan, pasean y compran en la Argentina.
Paso de los Libres es el punto más cercanos para correntinos, entrerrianos e incluso bonaerenses que quieren cruzar directo a Brasil, sin pasar por Uruguay, y llegar a las playas del sur, desde Porto Alegre hasta Camboriú, pasando por las paradisíacas “praias” de Florianópolis. Pero además, esa frontera es una de las más importantes para el flujo comercial entre Argentina y Brasil. Fue la única que se mantuvo abierta para el transporte de cargas durante la pandemia, y hay allí razones de la política económica y de las balanzas comerciales que se pusieron en juego a la hora de decidir un cierre, aunque solo fue de tres días.
Ahora, después de varias jornadas de zozobra, pero también de trabajo rápido y articulado entre los técnicos de ambos países, además de fuertes reclamos de las cámaras empresarias de ambos lados del río Uruguay, el puente sigue en funcionamiento, pero con restricciones.
El tránsito de vehículos livianos y de carga se encuentra habilitado de lunes a sábado. El transporte particular, de pasajeros y de carga fue habilitado de 8 a 22.30, alternando cada media hora el envío de una cabecera a la otra. Los domingos se liberan camiones en lotes de 8 a 12 alternando cada media hora de una cabecera a la otra. Todos los vehículos, de lunes a sábados, transitan en mano única de 8 a 22.30 y luego de ese horario queda establecida la circulación de vehículos livianos en ambas manos.
Dadas las demoras y pérdidas que genera esta situación, se están apurando los trabajos de reparación, que según informaron fuentes oficiales, pero podrían demandar entre seis meses a un año. La situación es preocupante para los jugadores del comercio internacional, para los empresarios del transporte e incluso genera incertidumbre entre los camioneros. Lo mismo pasa con los vecinos de ambas márgenes del río, que ya vieron perjudicada su relación vincular, social, educativa y cultural durante toda la pandemia.
A estos se sumarán en breve los turistas nacionales y extranjeros que estén planeando usar ese paso para veranear en las playas del sur de Brasil, pues deberán tomar previsiones. El paso continuará abierto mientras se realicen los trabajos, pero la demora en el cruce podría multiplicarse varias horas.
Solo en el último verano, en el recambio turístico del mes de enero de 2022, todavía con la acechanza del Covid 19, más de 15.000 personas colapsaron un día la atención en la frontera. Se cree que ese número puede crecer en función de la normalidad imperante tras la pandemia. De esta manera, será una variable que los veraneantes deben tener en cuenta, incluso si la decisión es la de cruzar por las otras fronteras correntinas o misioneras. Las demoras en los trámites y después en el cruce propiamente, puede alargar el viaje y como consecuencia, la necesidad de pagar un alojamiento intermedio de un día, más allá de la estancia contratada para el destino. Lo mismo para la vuelta.
Por lo pronto, las previsiones hechas por los técnicos no son de las mejores. Los trabajos podrían demandar hasta un año, o una mínima de seis meses, como creen los más optimistas, si es que las obras empiezan en octubre. Si es así, habrá trabajo hasta marzo, y hasta entonces la frontera estará restringida. El paso fronterizo podría volver a la normalidad recién para la época de Semana Santa de 2023, que suele ser una fecha elegida por los argentinos para el cruce. Pero la situación podría resultar un tanto más compleja porque del mismo modo son muchos los brasileños que vienen a la Argentina, atraídos en los últimos años por el cambio muy favorable del real en relación al peso.
El puente internacional Paso de los Libre-Uruguayana comenzó a construirse en 1942 y se habilitó al público el 12 de octubre de 1945, pero fue inaugurado oficialmente el 21 de mayo de 1947 por los presidentes Juan Domingo Perón (de la Argentina) y Eurico Gaspar Dutra (de Brasil). La piedra fundamental de su construcción fue colocada en 1938 por los presidentes Justo y Vargas. De allí viene su nombre.
Licitaciones y obras
Así, mientras los técnicos vecinos preparan los trabajos de reparación de la calzada, directivos de Vialidad Nacional abrieron ayer los sobres del llamado a licitación para obras de refacción y mantenimiento del lado argentino, que incluyen unos 750 metros, una inversión de más de 39 millones de pesos y un plazo de ejecución de tres meses para renovar a nuevo la capa superior de la calzada, luminarias y los desagües del puente.
El jefe del Distrito 10 de la Dirección de Vialidad Nacional, Daniel Flores, detalló a LA NACION que el deterioro actual se da en la superficie, en la losa superior. “No estamos hablando de daños estructurales importantes. Junto con los ingenieros de Brasil estamos trabajando en la evaluación de los deterioros para avanzar en una reparación integral”, pero “eso no implica un cierre total del puente”, aclaró, más allá de que habrá restricciones de paso.
No es un dato menor. De hecho, el cónsul general argentino en Uruguayana, Ricardo Di Lelle, comentó en declaraciones a LT12 que hay una “preocupación muy grande porque evidentemente del lado argentino existe el temor de que el tránsito de camiones se desvíe hacia otros pasos fronterizos, como Santo Tomé-San Borja, o en el futuro por San Javier-Porto Xavier, y que eso redunde en la pérdida de puestos de trabajo”, además de las mermas económicas en la actividad de Paso de los Libres y de Uruguayana.
Cruce lento
Fue el viernes 16 cuando usuarios del puente del puente internacional advirtieron la rotura de una viga que provocó las grietas en la calzada del lado brasileño. Al día siguiente, se decidió cerrar el paso mientras comenzaron las tareas de relevamiento y reparación, con el apuntalamiento de la loza.
Una vez resuelto ese problema y dado los reclamos que empezaron a multiplicarse, las autoridades binacionales liberaron el tráfico de camiones de manera parcial por el puente, mientras se esperaba la firma de un decreto del Ministerio de Infraestructura de Brasil para autorizar el inicio de reparaciones en la ruptura de la viga.
Según la directora ejecutiva de la Asociación Brasileña de Transportistas Internacionales (ABTI), Gladys Vinci, “el objetivo es agilizar los trámites para la contratación de los servicios de restauración, que debe realizar el Departamento Nacional de Infraestructura del Transporte (DNIT), en caso de emergencia”.
Mientras tanto, las acciones de contingencia que se mantendrán son las siguientes: tránsito en medio carril, velocidad máxima de 20 km/h, distancia de 100 metros entre vehículos que cruzan y relevos de dirección (Brasil/Argentina), cada media hora.
Por su parte, el vicepresidente de la Unión de Despachantes de Aduana de Rio Grande do Sul y presidente de la Cámara Empresarial Argentino-Brasileña del Estado, Fábio Ciocca, no descartó en los últimos días solicitar la ampliación de las operaciones aduaneras por 24 horas (actualmente de 8 a 22.30), mientras se realiza la renovación, para habilitar también de noche el tráfico de importación y exportación.
Si esto ocurre, para Ciocca se elimina la necesidad de desviar el flujo para otras alternativas de transporte, como el puente Santo Tomé - San Borja, a unos 200 kilómetros al norte de Paso de los Libres y Uruguayana, pero que opera en un perfil de carga diferente y es gestionado por una concesión privada.
“La intención es mitigar en lo posible las pérdidas derivadas del deterioro del flujo regular de mercancías, que representa, en promedio, 250.000 camiones anuales, el equivalente a casi 700 por día”, remarcó. Fuentes de la aduana consultadas por LA NACION dicen que el tráfico diario de vehículos por ese paso es de entre 1500 y 2000 vehículos totales.
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