Para el especialista en educación, Alejandro Piscitelli, los nuevos profesionales deberán ser generalistas en varias disciplinas para lograr adaptarse a un escenario volátil
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Que el avance de tecnologías como la inteligencia artificial y la automatización tenderán a reemplazar algunas tareas y perfiles laborales parece encaminarse como una tendencia difícil de frenar. De acuerdo a especialistas, el 60% de los trabajos que existirán en el corto y mediano plazo aún no han sido creados, por lo que repensar la intersección entre empleo y educación teniendo en cuenta las nuevas tecnologías surge como una tarea urgente.
En este contexto, el XV Foro Latinoamericano de Educación, creado por Fundación Santillana con el patrocinio de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), que desde ayer y hasta hoy se realiza en el auditorio de esta institución (Paraguay 1510), se enfocó en reflexionar sobre la situación del sistema educativo, sus políticas y desafíos pedagógicos y, como en cada edición, contó con un documento que guió las jornadas.
Este año, el informe se tituló “Polímatas: el perfil antidisciplinario del trabajador del futuro” y fue escrito y presentado por Alejandro Piscitelli, filósofo argentino especializado en nuevos medios. El estudio afirmó que el avance de tecnologías como las inteligencias artificiales generativas y la automatización tenderán a reemplazar tareas rutinarias y perfiles laborales parcial o totalmente y postuló algunas de las profesiones que serán más demandadas en el futuro cercano: expertos en inteligencia artificial y aprendizaje automático, analistas en seguridad de la información, ingenieros fintech o en robótica, científicos de datos, arquitectos en la nube, expertos en ciberseguridad y especialistas en transformación digital.
Un polímata es, según la Real Academia Española (RAE), una persona con grandes conocimientos en diversas materias científicas o humanísticas. De acuerdo a Piscitelli, eso es precisamente lo que se necesitará en el futuro: profesionales con las herramientas teóricas y prácticas lo suficientemente amplias como para desempeñarse en diversas áreas.
“Los polímatas como Gregory Bateson, Bruno Latour, Neri Oxman, John Berger, John Cage, Xul Solar y tantos otros nos enseñaron por qué es tan importante teorizar como experimentar; romper las fronteras disciplinarias como abroquelarse en su seno con altas competencias; ser anfibios y bifrontes, y organizar la experiencia y nuestros entrenamientos, no en términos de árboles, sino de matrices de múltiples entradas (rizomas), utilizando nuevos grafismos y metodologías para saltar de una órbita conceptual a la otra según lo consideremos necesario”, dijo en el extenso documento —de 138 páginas—presentado en el foro.
“¿Qué tipo de funcionarios, alumnos, docentes, profesionales, exploradores, tenemos que formar? ¿Generalistas o especialistas?”, fue una de las preguntas disparadoras que planteó Piscitelli.
“El futuro espera y necesita profesionales con amplitud, a los que aquí hemos denominado polímatas (generalistas profundos). En tanto los sistemas de inteligencia artificial desplacen cada vez más a los trabajos mecánicos, pero también a los especializados, la capacidad de aprendizaje transversal será el diferencial que separe a los profesionales que puedan reinventarse de aquellos que no. En un entorno de cambios acelerados por la tecnología y la automatización, los polímatas serán los perfiles más demandados”, expuso.
¿Y qué significa que el perfil de estos profesionales del futuro sea “antidisciplinario”? Según explicó Piscitelli en el informe, se trata de un enfoque holístico antirreduccionista que no se aferra a una sola disciplina, sino que combine varias.
“Este nuevo perfil de trabajador requiere de las antidisciplinas, de una combinación inédita que va desde las ciencias biológicas a las del comportamiento, de las lógicas no-binarias a las teorías del caos y la complejidad y contempla una creciente apreciación e integración de los sistemas de conocimiento indígenas y no occidentales”, aportó.
Además, señaló: “Pensar contra el excepcionalismo humano requiere ir más allá del homo sapiens. En la naturaleza se resume la filosofía detrás de la frase madre de este informe: el mundo es más que humano”.
“Un polímata es alguien que sabe mucho de muchos campos y que es capaz de hacerse preguntas interesantes sobre aquello que hoy no existe. Este es el perfil del trabajador que vamos a necesitar en el futuro próximo porque es quien puede pensar en los problemas macro del mundo”, dijo Piscitelli a LA NACIÓN.
De acuerdo al filósofo, estos grandes problemas, como el hambre, la paz, el agua, entre otros, no pueden atacarse desde una sola disciplina porque implicaría una matriz conceptual muy rígida. En cambio, sostuvo que se necesita una visión holística que pueda “saltar el muro que separa al científico del humanista, por ejemplo”.
La pregunta que surge entonces es: ¿La Argentina está formando este perfil de trabajador? Según Piscitelli “existen nichos”, como la carrera de Diseño en la Universidad de San Andrés (Udesa), en donde proponen una visión integral del diseño, o ciertas unidades de la facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), pero que “no son significativos” en comparación a la cantidad de estudiantes universitarios argentinos.
“La idea es formar desde el nivel primario y secundario en estas matrices mas flexibles. En el nivel universitario, por ejemplo, hay que romper con la idea de que cada facultad es un gueto”, dijo.
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