Poema de un padre a su pequeña hija
El siguiente es un fragmento del poema que escribió Carlos Sánchez, que reclama la muerte digna para Camila, su hija de dos años.
Camila no habla, pero dice.
Camila no mira, pero hace ver.
Camila no llora, pero esparce lágrimas.
Camila no ríe, pero valora la alegría.
Camila no piensa, pero enseña.
Camila no suspira, pero nos alienta.
Camila no ama, pero enamora.
Camila no se mueve, pero moviliza.
No reclama, pero sabe resistir.
Camila no saborea, pero es dulce.
Camila no parpadea, pero nos abre los ojos.
Camila no oye, pero nos escucha.
Camila no trabaja, pero dignifica.
Camila no anda, pero abre caminos.
Camila no escribe, pero educa.
Camila no juega, pero es una niña.
Camila no agita, pero conmueve.
No duerme, pero nos despierta.
No respira, pero purifica el aire.
Camila no condena, pero hará justicia.
Camila no come, pero alimenta almas.
Camila no grita, pero derrota sorderas.
No recuerda, pero tiene un futuro.
Camila no acusa, pero los perdona.
Camila no bebe, pero calma la sed.
Camila no reza, pero predica.
Camila no canta, pero es música.
Camila no calla, pero silencia.
Camila no besa, pero acepta todos los besos; no abraza, pero nos contiene.
Camila no puede ser juzgada, porque es un ángel.
Y los ángeles pertenecen a Dios.
(Ella puso albas donde aún hoy habita la oscuridad, mañana lo seguirá haciendo, enarbolando la bandera de los inocentes.)