Plasma rico en plaquetas. Cuáles son sus aplicaciones y qué hay que tener en cuenta antes de avanzar con el tratamiento
Se usa con fines estéticos para mejorar la calidad de la piel y del pelo; también, se lo utiliza con un objetivo terapéutico en enfermedades como la artrosis
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El Plasma Rico en Plaquetas (PRP) es uno de los tratamientos más usados para regenerar tejidos, articulaciones y, en los últimos años, su aplicación con fines estéticos ha tenido, según los especialistas consultados por LA NACION, un enorme crecimiento. Para este último objetivo, el PRP se puede aplicar en casi cualquier parte del cuerpo para rejuvenecer la piel o evitar la caída del pelo. Mientras que con fines terapéuticos, es muy frecuente para tratar enfermedades como la artrosis. Sin embargo, si bien esta técnica es muy recomendada para ambas metas, tiene sus límites y también es importante conocer los potenciales riesgos al momento de utilizarlo, sobre todo en el caso de las aplicaciones intraarticulares.
“Empecé el tratamiento porque perdía mucho pelo. La realidad es que tiene un efecto, al menos en mi caso, muy potente. No solo se me cae mucho menos el pelo, sino que mejoró la calidad del cabello en general. Obviamente esto lo acompaño, en paralelo, con otros tratamientos, pero a mí me dio muy buenos resultados y es un tratamiento que, de alguna manera, es natural o propio del cuerpo”, describe Juan Malek, de 33 años, que hace un año y medio comenzó a aplicarse PRP en el cuero cabelludo.
“Es un tratamiento mediante el cual se utiliza un concentrado de las plaquetas de la sangre del paciente en una zona específica. En primer lugar, hay que extraer una muestra de sangre que se procesa delante del paciente con una máquina que la centrifuga. De ese modo, se juntan todas las plaquetas de la sangre y al romperlas se aprovecha ese contenido para mejorar la piel o evitar la caída del pelo”, describe Augusto Barrera, médico especialista en cirugía plástica y reparadora.
El especialista explica que la aplicación del PRP se puede hacer con pequeñas inyecciones, sobre todo para su uso en el cuerpo cabelludo, o con un dermapen, que es “como una pequeña lapicera con microagujas en la punta”. Esta última técnica se usa para aplicar el PRP en otra zona de la piel.
“En estética se usa con el objetivo de mejorar la piel porque es un tratamiento bioestimulador. Estimula la producción de colágeno y elastina, que son las proteínas específicas que le dan buena calidad a la piel, esto es importante porque a medida que envejecemos perdemos calidad y cantidad de colágeno y elastina. En el caso del pelo lo que hace es estimular su crecimiento y logra que crezca de mejor calidad y más fuerte. En cuanto a la frecuencia con la que se puede hacer, por lo general es de hasta tres o cuatro veces por año. De ese modo le damos tiempo a los tejidos a generar la respuesta adecuada. Esto, además, se suele complementar con mesoterapia u otras terapias”, indica Barrera.
Para tratar lesiones
Otro uso frecuente del PRP es su aplicación para tratar lesiones y enfermedades crónicas como la artrosis. Javier Furman, kinesiólogo y fisioterapeuta, describe que el PRP es muy efectivo para combatir el desgaste articular. Además, en la actualidad, indica, hay distintos métodos para que su aplicación sea más efectiva.
“Nosotros trabajamos mucho con el plasma para las articulaciones, sobre todo en artrosis, que es el desgaste de las articulaciones o el deterioro del cartílago que recubre los huesos en las articulaciones. En este último caso se utiliza la aplicación del plasma con un método guiado por ecografía y lo que hace es acelerar el proceso de regeneración de la articulación”, detalla.
Furman agrega que el PRP también se utiliza para tratar lesiones con el objetivo de regenerar los tejidos. “Los límites de esta técnica tienen que ver con la estructura anatómica. Es decir, si hay una artrosis muy avanzada el plasma no va a hacer que el tiempo vaya para atrás, aunque sí le generará algunos beneficios al paciente. O en una lesión, si un tendón tiene una distensión va a hacer que se generen más y mejores fibras tendinosas, pero si está cortado el tendón no va a hacer que los dos puntas se vuelvan a unir”, aclara Furman.
Riesgos
El PRP no solo tiene sus límites, sino que también hay ciertos riesgos al momento de aplicarlo, sobre todo cuando, mediante una aguja, se realiza directamente dentro de la articulación. Esos riesgos no están vinculados, según el especialista, con el PRP, sino con la posibilidad de que se arrastre una bacteria hacia el interior de la articulación.
“Los efectos adversos tienen que ver con las infecciones. Cuando nosotros nos metemos con una aguja dentro de una articulación se corre el riesgo de que se arrastre una bacteria y eso sería un gran problema. Tenemos mucho cuidado en esterilizar en profundidad la región porque si se infecta corre riesgo de vida la persona. Es decir, los problemas podrían surgir con las aplicaciones intraarticulares. Pero en cuanto a su aplicación con fines estéticos, por ejemplo en la piel, el PRP no tiene muchos efectos adversos”, concluye Furman.
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