Pity Álvarez fue a un boliche mientras era buscado por matar a un hombre a balazos
El músico Cristian Gabriel Álvarez Congiu, más conocido como Pity Álvarez , fue acusado de asesinar a balazos a un hombre de 36 años. La víctima y el sindicado asesino no eran amigos, pero sí tenían conocidos en común en el barrio Cardenal Samoré, un complejo de monoblocks situado en Villa Lugano.
Álvarez, de 46 años, era buscado anoche por detectives de la Policía de la Ciudad. La orden de detención la firmó el juez en lo criminal y correccional porteño Martín Yadarola, a cargo de la investigación.
El homicidio ocurrió ayer, cerca de la 1.20, en el pasillo que comunica las torres 11 y 12. La víctima fue identificada por fuentes policiales y judiciales como Cristian Díaz, de 36 años, apodado el Gringo. No vivía en el barrio Samoré, pero iba seguido a visitar a su hija.
"Mi hija me dijo: 'Me mataron a mi papá'. Cuatro balazos", sostuvo Gisela, la exmujer de la víctima, cuya hija tiene 16 años. Y agregó que Díaz y Álvarez no eran amigos. Solo conocidos del barrio.
Álvarez vive en un departamento del piso 5 de la torre 12. No es la primera causa que tiene la voz de Viejas Locas. Fue acusado de hurto automotor, tenencia de estupefacientes y amenazas coactivas con arma de fuego.
En la mayoría de los expedientes judiciales fue sobreseído, como en el caso de las amenazas, en el que lo declararon inimputable, pero en abril de 2016 la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal revocó el fallo y reenvió la causa al tribunal de origen, "a fin de que dicte pronunciamiento" (de lo que se informa aparte).
La presunta arma, una pistola calibre 6.35, utilizada en el homicidio fue hallada en una alcantarilla, adonde habría sido arrojada después del crimen.
"Nadie sabe el paradero de Álvarez. Ni yo ni su familia tuvimos contacto con él. Mi consejo sería que se presente. Es inminente su aparición y entrega", afirmó al canal de noticias TN el abogado del músico, Sebastián Queijeiro, cuando salía de la comisaría vecinal 8 de la Policía de la Ciudad, adonde había ido a tener acceso al sumario.
Después del homicidio, Pity se fue con una mujer al boliche Pinar de Rocha, en Ramos Mejía. Intentó entrar sin éxito en el camarín de Ulises Bueno, según confirmaron desde el entorno del cantante cuartetero, pero no lo dejaron ingresar por la alteración de comportamiento que exhibía. El auto en el que se habría escapado de la escena del crimen, un VW Polo verde, fue hallado anoche en Ramos Mejía, a tan solo 150 metros de Pinar de Rocha. Dentro del vehículo se habrían encontrado US$15.000.
"Escuché cuatro tiros desde mi cuarto y a los pocos segundos el grito de una mujer que pedía que alguien llamara al 911", dijo a LA NACION una vecina de Villa Lugano.
Un testigo, a cinco metros
El juez Yadarola incorporó en el expediente judicial el testimonio de un joven que presenció el crimen. El testigo, amigo de la víctima, en su declaración bajo juramento de decir la verdad no tuvo dudas en señalar al cantante de Viejas Locas como el autor de los disparos que terminaron con la vida de Díaz.
El testigo, cuya identidad se preserva, relató al juez Yadarola cómo sucedió el asesinato de Díaz, su amigo. El joven sostuvo, según informaron fuentes judiciales, que él y la víctima estaban sentados en un banco de un pasillo de las torres de monoblocks del barrio Samoré, en Villa Lugano, a la 1.20. Tomaban un fernet con gaseosa cola cuando vieron salir de uno de los edificios a Álvarez con una muchacha.
"Mi amigo lo saluda a Pity y se levanta del banco para ir a su encuentro. Poco después comienza una discusión que termina cuando Álvarez le dispara a Cristian [por Díaz]", resumió el testigo.
El amigo de la víctima sostuvo que no pudo saber por qué motivo comenzó la discusión, ya que él estaba a unos cinco metros de distancia. Según sus palabras, entendió que Díaz invitó a pelear al músico e intentó pegarle un cabezazo. "Fue en ese momento en que Pity sacó un arma y le disparó en la cara. Cuando Cristian estaba herido en el piso le disparó entre tres y cuatro tiros más", agregó el testigo, según reconstruyeron a LA NACION fuentes con acceso al expediente.
Siempre según la palabra del testigo clave, después de disparar, Pity Álvarez y su acompañante se subieron a un automóvil y se fueron del barrio Samoré. Antes, descartó la pistola en una alcantarilla.
No es el único testigo. Ahora, el juez Yadarola y la Policía de la Ciudad intentan determinar la marca y el modelo del automóvil en el que se fue Álvarez. El testigo, en ese sentido, no pudo aportar datos precisos.
Los investigadores judiciales y policiales intentan identificar a las personas que llamaron al 911 para verificar si tienen información para terminar de reconstruir el homicidio y la fuga del sospechoso.
El juez Yadarola ordenó un peritaje balístico para determinar si las cinco vainas servidas secuestradas por la Policía de la Ciudad fueron disparadas por el arma hallada en una alcantarilla.
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