Pinamar vivió un enero histórico

PINAMAR.- Ayer fue bueno o malo, todo depende de en qué sentido de la ruta se circulara. Para los que llegaron, el día fue inmejorable: cielo despejado, 35 grados, casi nada de viento? y todas las vacaciones por delante. Qué decir de los que tenían que dejar Pinamar y volver a los pagos: fue el peor día de la temporada. Tenían que dejar la playa en el día más radiante del verano y enfrentar un camino a casa atestado de vehículos.

Así podría resumirse el adelantado recambio de turistas que arrancó ayer en esta ciudad y que se extenderá hasta el miércoles.

Mientras tanto, estos días que quedan hasta el comienzo de febrero, Pinamar está más que desbordada. La Secretaría de Turismo volvió a pedir a los vecinos que tuvieran habitaciones disponibles que las alquilaran a aquellos paracaidistas que llegan sin reserva y cuando todavía no se fue el grueso de la gente de enero.

Por estos días, conseguir lugar en un hotel es todo un desafío. Según estiman en la Secretaría de Turismo, en lo que va de enero se calcula que pasaron por Pinamar 130 mil turistas. Los operadores hoteleros e inmobiliarios lo dicen sin titubeos: ésta fue la mejor temporada de los últimos años: sólo si se la compara con el verano 2005, vino un 15% más de gente, acompañando el crecimiento de plazas de alojamiento.

Es más, las perspectivas para febrero son las más alentadoras de los últimos tiempos. En el segundo mes del año, los precios de alquileres de viviendas, tarifas de hoteles y de carpas es de entre un 20 y un 30 por ciento más económico que enero. Sin embargo, la afluencia de turistas desciende en promedio un 40 por ciento.

"En enero se trabajó con un nivel de ocupación del 85 por ciento, con algunos picos en fines de semana, cuando llegan unos 50.000 visitantes, con ocupación casi total. El turista de febrero en general no reserva sino que llega con las valijas directo para alquilar", define el secretario de Turismo de Pinamar, Juan José Rodríguez.

Esta vez, en cambio, según aseguraron a LA NACION los responsables de las cámaras que agrupan a los hoteleros, a las inmobiliarias y a los concesionarios de playa, para febrero ya están tomadas en promedio el 40 por ciento de las reservas.

"Este año se reservó con mayor anticipación y cerca del 40% de las casas ya están tomadas. Este va a ser un buen mes también", asegura Silvia Valente, presidenta de la Cámara de Inmobiliarias de Pinamar.

Para darse una idea de los valores. Un chalet con tres dormitorios que en enero se alquiló a 10.000 pesos el mes, en febrero vale 7000. Y un departamento de un ambiente en el centro costó durante enero 1900 pesos y en febrero 1200. "En enero se alquilaron casi todas las casas. Pero también hubo muchas consultas para alquilar por día y por fin de semana, modalidad que todavía no se instrumenta en Pinamar, aunque las estadías son cada vez más cortas", asegura Valente.

También en los hoteles se incrementó la reserva anticipada para febrero, según relató Roberto Mataus, presidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros y Gastronómicos de Pinamar. Sobre todo en alojamientos de mayor categoría.

El 50 por ciento de las carpas de los balnearios para el próximo mes ya está reservada, según dijo a LA NACION Carlos Bastons, presidente de la Asociación de Concesionarios de Balnearios. "Este es un año atípico. Es la mejor temporada de Pinamar que tuvimos. Algunos balnearios ya tienen el 60 por ciento de reservas para febrero. Este año va a ser histórico", aseguró Bastons.

Es indudable que Pinamar vive su mejor momento, con un lleno total. Y además que la gente gastó más que otros años. Los números de la Secretaría de Turismo indican que un turista en enero gastó unos 85 pesos diarios en comidas, movilidad y paseos. Para febrero se estima que serán $ 95. "Siempre el turista de febrero gasta más", explicó Rodríguez.

Para comprobarlo, basta con recorrer los restaurantes durante la última semana a la hora de cenar: desde los locales del centro hasta los más alejados, como en Valeria del Mar, había que esperar entre media y una hora para sentarse a comer.