Pinamar: Por qué comerciantes y vecinos rechazan las nuevas bicisendas
PINAMAR.- Las bicisendas, una de las marcas registradas de las gestiones de Juntos por el Cambio en la ciudad de Buenos Aires, también llegaron a Pinamar. Muchos vecinos se quejan, dicen que son inútiles en una ciudad de 40.000 habitantes. También se hizo un camino para peatones y ciclistas sobre Avenida del Mar que, por el momento, tiene 700 metros de largo.
Para probar que tienen razón, invitan a LA NACION a quedarse y contar cuántos ciclistas las usan: en 20 minutos de un día de semana por la tarde pasaron cuatro personas en bicicleta.
Algunos vecinos y comerciantes dicen que Martín Yeza, el intendente de esta ciudad balnearia, es algo así como el mejor alumno del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y que por eso quiso instalar en las calles esos carriles amarillos. Pero también están aquellos que comulgan con la idea de quitarle espacio a los autos y lo ven como un cambio favorable en el largo plazo.
Aunque al caminar por las calles, está claro que se impone el enojo. Un clima similar al que se vivió en la ciudad de Buenos Aires cuando instalaron las primeras ciclovías.
"Ahí va uno", dice Martín Salari, de 45 años, mientras apunta a un ciclista con su dedo índice, casi como si fuera un evento extraño ver a alguien circular en bicicleta por la ciclovía. "No la usan. Mirá, ahí va otro, pero circula por la mitad de la calle, esto no se usa, esto es un pueblo, acá se camina o se usa el auto", agrega Salari.
Ramón Jueguen, de 88 años, dice que el uso denota la necesidad. Él también cree que la implementación de esta bicisenda es absurda porque en la práctica no se usa. "No se puede estacionar por ningún lado, complica la circulación, esto acá no tiene gollete", dice.
El municipio ya contaba con ciclovías que conectaban a Valeria del Mar con Ostende y Pinamar, pero ahora las bicisendas llegaron al casco céntrico y desataron la polémica. "Hay cerca de 2,8 kilómetros hechos y me generaron muchos problemas con los vecinos", dice Yeza.
Para hacer una comparación, el intendente señala que también tuvo ese nivel de oposición cuando renovó todo el frente marítimo. En ese momento demolieron a todos los paradores que eran de hormigón y los reconstruyeron con materiales más amigables con el entorno. Hoy todos están hechos de madera. Esa renovación le permitió a Pinamar ganar hasta 100 metros desde la línea balnearia.
"Me preguntaban dónde van a dejar los autos, 'esto es un delirio', me decían. Me consultaban dónde van a poner una pileta, también pensaban que los paradores iban a facturar menos, pasó de todo, pero hoy todos los vecinos y turistas que vienen a Pinamar disfrutan de playas más anchas y balnearios renovados", recuerda Yeza.
Ivana Sosa, la dueña de la panadería Sweet, que da a la bicisenda ubicada de mano izquierda sobre de la Avenida Constitución, dice que la ciclovía fue "un capricho millonario del intendente".
Miguel Buonocore, de 59 años, es dueño del local Buon & Lop, en la esquina de Shaw y Rivadavia, una de las zonas donde ahora hay una bicisenda del lado izquierdo. Como muchos otros comerciantes de la zona, se opone fervientemente a los carriles exclusivos para bicicletas y enumera las razones: "En primer lugar, nos sumó un problema más en medio de la pandemia. No era el momento para instalarla y agregar un motivo más para que la gente no compre, porque ahora no pueden estacionar. Otro punto importante es que las bicisendas están puestas justo en las cuadras donde están los únicos cuatro bancos que tiene Pinamar y cuando pasan los camiones de caudales, muchas veces, se arman embotellamientos. Por último, creo que esos millones de pesos se podrían haber invertido en respiradores y equipos de testeo para el Covid-19", dice Buonocore.
Ariel Galera, que está a cargo de la secretaría de Planeamiento de Pinamar, asegura que, en un principio, las bicisendas suelen ser rechazadas por los comerciantes y vecinos, pero luego todos se acostumbran y las empiezan a usar. "Hay que cambiar los hábitos, y eso es lo más difícil. En Pinamar siempre estuvo prohibido estacionar del lado izquierdo y los camiones de caudales a veces estacionaban sobre la vereda. Ahora tienen un espacio para estacionar y tratamos de que sea lo más cercano al banco posible. Lo que queremos hacer es ordenar el centro de Pinamar, generar hábitos saludables y desandar costumbres que iban en contra de las normas".
"El casco céntrico en cualquier mañana del año está lleno de vehículos. Hay que generar una alternativa para los que se quieren mover en bicicleta. Yo creo que Pinamar tiene que ser una ciudad de 15 minutos, es decir, que todo podamos acceder a todos los servicios con solo viajar 15 minutos sin usar el auto. Nosotros promocionamos Pinamar para que la gente venga a tener otro estilo de vida. Yo creo en este proceso, el auto es el cigarrillo del futuro", argumenta Yeza.
La visión del intendente, asegura, es a largo plazo. De hecho, se anima a decir que Avenida del Mar, que recorre buena parte de la costa pinamarense, será peatonal en algunos años. Y el proceso ya comenzó, ahora han hecho una rambla que le quitó cerca de dos metros de ancho a esa avenida. Por allí circulan bicicletas y peatones.
Galera describe a ese camino costero como una "costilla de madera con un piso de piedras partidas". Esa "costilla" comienza en el muelle y avanza hacia la Bunge. "La idea es generar un espacio que no solo sea de circulación, sino también para poder sentarse y descansar. Vamos a instalar bancos y en los tramos en donde Avenida del Mar es mucho más ancha, tenemos planificado hacer pequeños parques frente al mar".
"Si continúa el calentamiento global y sigue subiendo el nivel del mar, estoy seguro que de acá a 10 años los balnearios van a tener que estar donde hoy está la Avenida del Mar. Por lo que esa avenida va a tener que ser peatonal. Tenemos que acostumbrarnos a que vamos a tener que usar menos el auto. Esta agenda tiene 50 años, nosotros estamos llegando tarde, pero no es algo nuevo que se nos ocurrió a nosotros", concluye Yeza.