Pinamar: la calle, el nuevo “boliche” de los jóvenes
El coronavirus cambió la noche en uno de los balnearios elegidos por los adolescentes, que comenzaron a buscar alternativas para reunirse y escapar de los controles
- 5 minutos de lectura'
PINAMAR (ENVIADO ESPECIAL).- “Vamos para la Frontera, dicen que hoy se juntan por allá”, es la frase que un adolescente le dice a su grupo de amigos a pocos metros de Avenida Bunge y del Mar, en el centro de esta ciudad. La charla se da a la 1.30 de la madrugada del domingo cuando en esta neurálgica intersección se montó un dispositivo de control policial que los jóvenes intentan evitar para disfrutar de la noche como lo hicieron hasta la temporada anterior cuando la pandemia del coronavirus aún no estaba en la cabeza de nadie.
Las restricciones impuestas a la nocturnidad por la pandemia, que incluye la no apertura de boliches este 2021, el cierre de bares a la 1 de la mañana y la prohibición de reuniones en grupos mayores a 10 personas, dejaron a los jóvenes con la calle como última alternativa para interactuar entre ellos durante la noche.
“Recibimos unas 200 denuncias en la Dirección de Fiscalización esta semana a las que acudimos a todas. No todas resultan ser faltas, pero ese es el número de intervenciones que tuvimos que hacer en el arranque de la segunda quincena. En total, faltas había en 92 de los casos”, dijeron a LA NACION desde el organismo que depende de la secretaría de Gobierno municipal.
Todo este combo llevó a que las principales calles de la ciudad cabecera del partido se transformaran en una pasarela en la que desfilan grupos de jóvenes de cinco a 15 integrantes que se van juntando hasta que escuchan una sirena de patrullero o ven acercarse la luz azul de algún móvil policial. En ese momento, corren y se dispersan en todas direcciones tal como quedó registrado en videos que se volvieron virales.
Corren como si viniera un tsunami atrás. 🤪 pic.twitter.com/44huzZBody
— Majo 🍄 (@majogm) January 22, 2021
Una vez que “el peligro” pasó, la dinámica vuelve a comenzar: grupos pequeños que, poco a poco se van acercando y comienzan a intercambiar risas, música y algo de bebidas alcohólicas. En este nuevo “boliche a cielo abierto” no hay barras y moverse con conservadoras dificulta la huida.
Consultado por LA NACION, el intendente local, Martín Yeza dijo: “Sin los padres es dificilísimo, fueron los grandes ausentes. La pandemia puso una parte de nuestros hábitos en contra de lo necesario sanitariamente. Cuadruplicamos la fiscalización, trabajamos a fondo con el equipo de seguridad de la provincia. La cantidad de jóvenes que recibimos este verano no la habíamos recibido nunca”.
“A medida que aumentamos los controles, observamos una disminución progresiva de las fiestas y muchos empezaron a salir más temprano. Fue un electrocardiograma: empezó tranquilo, tuvo un momento álgido y luego de todos los operativos comenzó a disminuir”, analizó el mandatario de Juntos por el Cambio.
En tanto, durante una recorrida que hizo este medio por diferentes zonas de la ciudad durante la madrugada observó el constante movimiento de jóvenes en busca de lugares donde hacer “previas”. El lugar que más se repetía era la zona norte de la ciudad, donde el ingreso solo se puede hacer en vehículos de doble tracción y en los que hay menos viviendas, lo que implica menos denuncias.
Las redes sociales, los nuevos “tarjeteros”
Instagram y Tinder, entre otras redes sociales, se convirtieron en el nuevo lugar para difundir y acordar, casi en tiempo real, los sitios itinerantes para juntarse durante la madrugada, en una segunda quincena donde los controles se multiplicaron y el ingenio juvenil debió ponerse a prueba una vez más.
Los grandes parlantes que fueron protagonistas del arranque de la temporada con los afters playeros fueron reemplazados por pequeños equipos de música que se pueden guardar en un bolsillo y cuya potencia de sonido no tienen nada que envidiar a los demás.
El “hacer dedo” también se volvió una de las constantes de la madrugada una vez que se corre la voz de cuál es el lugar donde se están juntando los jóvenes y donde no hay mayores controles. Pero, cuando muchos logran llegar hasta el sitio marcado, muchas veces ya pasó algún patrullero y se dispersaron. Parece el juego del gato y el ratón, pero de madrugada.
Ante la consulta del balance que hacen del resultado de las medidas, Yeza respondió: “Cerramos un enero con una ocupación casi plena. La mayoría de la gente vino y la pasó bien, mucha gente que no venía hace años volvió y se encontró con una ciudad renovada, con un frente costero nuevo, mejor calidad gastronómica y más actividades de entretenimiento”.
“Trabajamos mucho junto al Gobernador, su equipo y los intendentes en lo institucional, y en mi caso trabajé muchísimo todo el año con los comerciantes y los trabajadores para tener esta temporada. El sistema sanitario respondió bien, fue la pregunta que me hicieron todo el año, y nunca tuvimos una ocupación que llegara al 50% siquiera, cuando otros veranos llegamos a tener ocupación casi plena de las camas de alta complejidad”, detalló el mandatario.
Otras noticias de Pinamar
- 1
Ya tiene fecha el comienzo del juicio a la enfermera acusada de asesinar a seis bebés
- 2
Un vuelo de Aerolíneas Argentinas tuvo problemas cuando pasaba por Río de Janeiro y debió regresar a Buenos Aires
- 3
La advertencia de un psicólogo sobre los festejos en Navidad: “No hay que forzar a nadie”
- 4
En la ciudad. Lanzan un programa para que los mayores de 25 terminen el secundario en un año: cómo inscribirse