Pinamar: cómo fue el evento más grande de kitesurf del país, que contó con más de 150 velas
Downwind empezó en 2018 y cada vez es más relevante a nivel local y regional
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PINAMAR (De un enviado especial).– “En el agua sabemos quién queremos ser”, dice Ayelén Urrutia, que es fanática del kitesurf y ayer estuvo en Downwind, el evento que –explica Fermín Besteiro, el organizador– es el encuentro más grande del país de esta disciplina. Todo tuvo lugar en la frontera norte de Pinamar, a la altura del parador Kota Beach. Allí se reunieron alrededor de 150 personas para volar entre las olas del Atlántico. La propuesta no era una competencia, sino una comunión de adeptos a este deporte de viento y agua que cada vez es más popular.
“Esto es una terapia, la conexión con la naturaleza es muy fuerte. En primer lugar, uno no puede subirse a la tabla si la naturaleza no lo permite, porque necesitamos de las condiciones climáticas adecuadas. Pero una vez que te subís la verdad que sentís una libertad única”, describe Matías Guerrero, de 34 años, que llegó desde Santa Fe para disfrutar del evento.
Besteiro detalla que Downwind empezó en 2018 y cada vez es más relevante a nivel local y regional. “Vienen personas de todo el mundo y de todas las provincias. La costa argentina es uno de los mejores lugares de América del Sur para la práctica del kitesurf, porque el viento es constante y no hay rocas ni nada que interfiera”, indica Besteiro.
Según contaban los participantes, un equipo de kitesurf ronda los US$3000. Todos los que se encontraban practicando el deporte contaban con un traje de neoprene y llevaban puesto una especie de chaleco en el que se enganchan los 25 metros de cuerda que separan la tabla de la vela.
“Que el Downwind se celebre en una nuestra ciudad y sea organizado por jóvenes pinamarenses es un verdadero orgullo. Contamos con la derivada más grande del país, y este año marcamos un récord absoluto gracias a que hubo más de 150 velas en el evento. Pinamar se ha convertido en el destino ideal para la práctica del kitesurf, como un deporte que atrae tanto atletas locales como de todo el país que nos visitan por este motivo. Esperamos seguir recibiendo más ediciones del Downwind como de otros eventos deportivos. De hecho, esta temporada contamos con una gran oferta deportiva, como la tradicional Maratón del Desierto o la carrera nocturna. Torneos de polo, beach voley, boxeo, motocross, entre tantos otros. Este tipo de iniciativas deportivas suelen organizarse también fuera de temporada entre marzo y diciembre, colaborando así con la desestacionalizacion de nuestro destino”, argumenta Juan Ibarguren, secretario de Turismo y Desarrollo Económico de Pinamar.
Otro de los deportes que se practicaron es el wing foil, que consiste en manejar con las manos un ala mientras que en los pies hay una tabla. Es similar al kitesurf, pero sin la vela.
Sebastián Marichal, de 48 años, es personal trainer y practica wing foil. Asegura que ese deporte es el futuro porque es más seguro que el kitesurf. “Es la evolución del deporte. Es más seguro porque no se enganchan los equipos de una persona con otra. Es como andar en una alfombra mágica, es muy placentero. Les recomiendo a todos hacerlo y dedicarle tiempo al aprendizaje porque al principio es complicado, uno se cae una y otra vez, hay que superar la frustración”, dice Marichal.
En el evento hubo hombres y mujeres de todas las edades. Como Marcos Ferreira, de 60 años, que acababa de bajar la vela cuando conversó con LA NACION. “Empecé hace tres años. Una vez que le enganchás la vuelta, este deporte es espectacular. Cada vez hay más personas practicándolo”, relató.
Mientras que Juan Giménez, de 44 años, llegó desde la capital de Córdoba especialmente para el evento de ayer. “Yo vivo entre Córdoba y Buenos Aires. Voy a San Isidro a practicar y realmente cada vez se suma más gente. Esta vez estaba en Córdoba y me fui especialmente a Buenos Aires a agarrar mi equipo y seguí viaje hasta acá. No me pierdo este evento ni loco, el año pasado no pude venir y lo lamenté”, resaltó.
“Yo soy de Quilmes, en la zona sur de la provincia de Buenos Aires. Allí se empezó a armar un polo interesante para los que practican kite y las clases suelen ser más económicas que en San Isidro. Yo siempre le recomiendo a los que van a arrancar que vengan para zona sur, hay una movida muy copada”, recomendó Ana Irrutia, de 35 años.
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