Pilar Sordo y la cuarentena por el coronavirus: "Estamos en modo de supervivencia"
La salida de su nuevo libro, Un segundo de coraje (Planeta), encuentra a la psicóloga chilena Pilar Sordo cumpliendo desde hace cuatro meses una estricta cuarentena, sola en su casa de Santiago, a raíz de la pandemia de coronavirus.
Durante la entrevista con LA NACION vía Whatsapp, la autora de Bienvenido dolor (2012), No quiero envejecer (2014) y Oídos sordos (2016) reconoce que pasó por muchos momentos de angustia, pero cree que saldrá fortalecida de la experiencia, con un nuevo libro sobre el tema.
"Llevo cuatro meses sola en mi casa. Me hubiera gustado irme al sur y no he podido por un tema de conexión de internet. He tenido días difíciles, pero el saldo es tremendamente positivo. Quedé cesante y de mí dependen doce familias. No tengo plata ahorrada, por lo que empecé a atender a pacientes online, algo que había dicho que nunca iba a hacer, y hago talleres. Trabajo desde las 6 am hasta la 1 am; estoy muy cansada, pero bien, agradecida", comenta.
-Tu libro analiza ese "segundo de coraje" que debemos tener para tomar una decisión que nos angustia, como separarnos o iniciar una carrera, pero ¿se puede tomar una decisión así cuando estamos encerrados en cuarentena? ¿Estamos paralizados?
-No, porque ese segundo de coraje no solo es la ejecución, sino la toma de la decisión. Hay muchas ejecuciones que no se pueden hacer y no es bueno ejecutarlas hoy, porque estamos en modo de supervivencia. No es bueno ejecutar decisiones en este momento, hay que esperar. Pero sí puedo visualizar lo que quiero para mi vida y eso requiere mucha valentía. Hay que mirarse, hay que aprender a verse y ver qué hay que resolver.
-¿Vas a escribir un libro sobre esta situación?
-Ya lo estoy escribiendo. Como he estudiado más que en la facultad, va a ser una de las investigaciones más robustas. Es un proceso social abierto y luego va a venir el económico.
-¿Viviste momentos de angustia durante la cuarenta?
-Muchos, los más fuertes fueron lo que yo llamo el síndrome premensual, los tres últimos días y los primeros del mes, cuando tengo que pagar. Tiene síntomas claros. Angustia, duermo peor, mucha sensación de miedo, de vértigo, pero hay que tener calma, confiar, no parar la maquinita de trabajo, pese a que el 70% lo hago en forma gratuita.
-¿Te hubiera gustado estar en pareja en esta situación?
-No, no es una necesidad. El año que yo tenía en mi cabeza se me murió. Tengo para estos años objetivos personales súper claros por los que estoy trabajando y esa es mi prioridad número 1. Estoy focalizada en eso.
-¿Qué consultas te hacen hoy tus seguidores?
-Lo mismo de siempre, la pandemia muestra lo mismo de siempre, le sube el volumen a cosas internas, porque lo externo bajó. Hay angustia, hay miedo, situaciones de pareja. Todos los organismos internacionales de psicología definen este proceso como una pausa. Pareciera que quienes van a salir fortalecidos son quienes logran algo nuevo, resolver un problema. En América Latina están pasando muchas cosas que se van a poder observar con mayor transparencia después.
-Hoy se habla mucho de gente tóxica. ¿No es un concepto errado? Porque la gente puede cambiar y el que es tóxico para mí tal vez no lo sea para otra persona.
-A mí no me parece. La toxicidad se genera en los vínculos y tiene que ver con mi carencia y la del otro. Hay estructuras psicológicas que son negativas y tienden a hacer daño, pero es un porcentaje muy pequeño de la población que puede tener personalidades tan rígidas, como un psicópata.
-¿Tu definición de amor no carece de pasión? ¿Es posible amar sin pasión?
-Depende de qué entendamos por pasión. La pasión como energía amorosa puede no acabarse nunca. Lo que sí, la efervescencia tipo Disney o Univisión es una deformación que genera frustración y muchos errores de elección. Nuestra concepción occidental del amor está basada en el apego, en el control. Tenemos una definición muy poco sana y que no va a resultar bien.
-¿Qué le pasa a un jefe que debe humillar para mostrar su poder?
-Tiene una profunda inseguridad y una falta de amor propio que tiene que tapar con la prepotencia. Cuando el miedo se niega, que lo vemos en la gente que no respeta la cuarentena, genera omnipotencia, que es un forma muy brutal de generar inseguridad. Si confío en mí, no necesito poner el pie a nadie.
-¿Las redes sociales generan malestar psicológico?
-Depende la red, no todas. En general, desde su creación han sido una forma de vaciar mundos internos empobrecidos. Cuando yo destruyo a alguien, habla mucho más de mí que de la persona que estoy intentando destruir.
-¿Cómo ves la situación del coronavirus en Chile? ¿Tenés miedo?
-Miedo no tengo, creo que en Chile hemos hecho dos cosas bien: hicimos muchos exámenes, tenemos mucho testeo, y nos preocupamos con antelación por los ventiladores mecánicos. Se puso todo el sistema sanitario, privado y público, en función de la pandemia. Lo que hicimos mal fue que no pudimos aislar los contagios, perdimos la trazabilidad, pero se ha ido retomando el camino. En algún momento también hubo poca disciplina ciudadana. Va a ser un proceso, un entrar y salir permanente, que no tiene fecha de término. La calma, la flexibilidad, son elementos fundamentales a nivel mental para salir adelante.
-¿Podrías recomendar un libro y una película para este momento?
- No he tenido tiempo de ver cine, pero creo que Comer, rezar, amar es una película para ver y a lo mejor también leer el libro. También puedo recomendar La rueda de la vida, de Elisabeth Kübler-Ross.
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