Peter Posner: “Los jóvenes de hoy están muy volcados hacia la gratificación inmediata y las amistades virtuales”
El presidente de la Alianza YMCA, visitó la Argentina y conversó con LA NACION sobre el aumento de la desigualdad y la situación de los jóvenes en el mundo
¿Qué tienen en común Carlos Gardel, Juan Domingo Perón, Martin Luther King y John Lennon? La respuesta tiene banda de sonido de los Village People incluida: los cuatro formaron parte en diferentes momentos de sus vidas de YMCA (Young Men’s Christian Association), una organización cristiana humanitaria fundada en 1844, en Londres, ganadora del Nobel de la Paz en 1946 y presente actualmente en 120 países.
"A veces me pregunto si somos una especie de ambulancia que recoge a aquellos que cayeron en el abismo o una red de contención que evita que caigan en él. Me gusta pensar que somos las dos cosas", explica Peter Posner, el presidente de la alianza mundial de YMCA, en su visita a la Argentina.
Posner participa en YMCA desde 1981. "En esa época empezaba a trabajar en el que sería mi primer y único trabajo. Era como junior en una gran oficina de un banco muy importante. Un gerente me invitó a YMCA. No sabía ni lo que era. Había escuchado el nombre y la canción de Village People, nada más. Me informé y la idea me pareció interesante. Me ofrecí como voluntario y hoy, 35 años después, sigo siéndolo", cuenta.
–¿Cómo le explicarías a ese yo tuyo de 1981 que no conocía YMCA lo que es la asociación?
–Es difícil definirla. Sería como dar un discurso en un viaje de 30 segundos en ascensor. Es una organización con presencia en 120 países. Cada YMCA se enfoca en las necesidades de cada una de esas comunidades locales priorizando a los jóvenes. Y la forma de abordar esas necesidades también es diferente aunque todas parten de una visión holística del ser humano.
–¿Qué contraste harías entre esa idea inicial sobre el trabajo de YMCA y tu visión actual?
–En Inglaterra uno de los principales programas de YMCA consiste en darles asilo a jóvenes sin hogar. Entonces sabía eso pero no sabía lo completo que es el cuidado que se les da a los jóvenes. Con el tiempo entendí que no era suficiente darles asilo por una noche. Había que darles una formación académica y ayudarlos a reinsertarse y contribuir a la sociedad.
–¿Qué experiencia te conmovió más?
–Muchas. En cada lugar al que voy hay algo nuevo e increíble que hace que me enorgullezca de ser parte de este movimiento. Hace un año estaba en Delhi, India. Les enseñábamos a mujeres jóvenes en un asentamiento de emergencia de una comunidad musulmana a usar máquinas para coser con la idea de que pudieran generar ingresos para su familia y tener un futuro mejor. También puedo contarte la historia de Phil, un joven que vive en Inglaterra. Él tenía problemas con su mamá y su padre adoptivo. Cuando tenía 16 años, discutió con ellos y lo echaron. Se empezó a juntar con la gente equivocada y terminó consumiendo drogas. No podía pagar las drogas que había consumido y pasó por diferentes situaciones de violencia, entre ellas abusaron físicamente de él. Terminó preso. Lo ayudamos a salir de prisión con la condición de que se quedase con nosotros. Actualmente, estudia cocina y tiene su propio departamento. Hoy visité una clase en La Matanza, Buenos Aires, de chicos de 11 años. Hablamos, me hacían preguntas y nos divertimos mucho. YMCA de Argentina trabaja con ellos para darles un entorno seguro y evitar que sean víctimas como Phil.
–Hace 35 años que participás en YMCA. ¿Por qué pensás que este tipo de ayuda sigue siendo o es cada vez más necesaria?
–Hay una mezcla heterogénea en la sociedad a lo largo de la historia. Hay gente que tiene dinero, relaciones y afectos; y otros que no tienen nada de eso. Esa brecha entre los dos grupos se agranda cada vez más. Nuestra misión es ser un puente entre ellos.
–La YMCA trabaja con jóvenes en más de 120 países y vos estuviste personalmente en más de 40. ¿Qué reflexión tenés sobre la juventud actual?
–En base a mi experiencia, los jóvenes de hoy están muy volcados hacia la gratificación inmediata y las amistades virtuales, en redes sociales, por ejemplo. Habría que hacer énfasis en las amistades verdaderas donde haya un contacto real. Ir a un lugar de encuentro con los otros, con personas reales; e interactuar, mezclarse, conocerlos. YMCA es un lugar para hacerlo.