Persiste la resistencia al ingreso de mujeres en el Monserrat
Docentes y alumnos desconocen la resolución de la Universidad de Córdoba
CORDOBA.- El enfrentamiento suscitado en Córdoba por la aprobación del ingreso de mujeres en el Colegio Nacional Montserrat se agudizó anoche cuando estudiantes, padres y docentes del establecimiento sentenciaron que, con la sanción de la ley federal de educación, la Universidad de Córdoba "ha perdido competencia" para regir sus destinos.
Esa declaración, sostenida por el presidente de la asociación que agrupa a los profesores, Jorge Gustavo Gabetta, se sumó a una segunda ocupación de las instalaciones del trisecular instituto educativo ocurrida ayer a las 18. La primera toma se produjo anteayer, inmediatamente despues de que el Consejo Superior de la universidad aprobó por unanimidad la ordenanza que formalmente abre las puertas del colegio al sexo femenino.
La jornada en el colegio
Ayer a la madrugada, el edificio fue desalojado por los ocupantes. Los alumnos concurrieron a sus turnos en los horarios habituales.
Las actividades se desenvolvieron como todos los días, pero al salir los alumnos de la tarde y retirarse masivamente como de costumbre, grupos de estudiantes -unos 200 , en su mayoría de los cursos superiores- cerraron con cadenas y candados las puertas del antiguo edificio de Obispo Trejo y Duarte Quirós y permanecieron en el interior.
Así se realizó una reunión de padres, de la que participaban alrededor de medio centenar de personas.
Cerca de las 20, el señor Milton Pereyra, de la Asociación de Padres, comunicó que "la comunidad educativa apoya al estudiantado en esta vigilia", plegándose de hecho a la medida. Anoche, al cierre de esta edición, se esperaba la realización de una asamblea de todos los sectores de la que saldrían nuevas decisiones.
El clima era de bastante confusión. Durante un largo tiempo respresentantes de los estudiantes discutieron si hablaban con los periodistas y qué les informaban. Finalmente, dijeron a La Nación que no habían resuelto la ocupación del colegio, sino que habían dispuesto el "estado de asamblea permanente" por tiempo indeterminado.
Ante el conflicto, las autoridades universitarias se mantienen expectantes. El rector de la universidad, Alberto Staricco, en diálogo con este diario, rechazó anoche tajantemente la argumentación de que la ley de educación le haya sustraído jurisdicción sobre el Colegio de Montserrat."Decir eso es un abuso verbal y significa estar echándole leña al fuego" , dijo.
También se disgustó porque estudiantes y docentes hubieran sostenido ayer que el problema no es el ingreso de mujeres sino su rechazo a una intención de cambiar los planes de estudio del establecimiento. "Me parece de muy mala fe que se afirme ese tipo de cosas", manifestó.
A todo esto, los abogados que patrocinan a quiénes resisten la ordenanza que dispone la inscripción de mujeres a partir de 1998, hicieron nuevas presentaciones anten la Justicia y pidieron la nulidad de la resolución. Acusaron a la universidads de "desobediencia judicial" .
La inteligencia que queremos
En la Universidad de Córdoba, en abril, se reeligió por unanimidad a una mujer, Hebe Roitter, para dirigir la Facultad de Ciencias Económicas. Esta casa de estudios, una de las más numerosas del país, genera la formación de economistas y contadores de la provincia y dio cuenta en esta acto eleccionario del reconocimiento de una comunidad académica a la inteligencia y capacidad de gestión.
Pero esta elección de ayer nos obliga a preguntarnos hoy qué pasa en otros sectores de esta misma comunidad, que se resisten al ingreso de las jóvenes en el colegio de la universidad, aduciendo que se nivelaría para abajo.
En los debates respecto de la inteligencia, los psicólogos a través de las décadas se han preguntado cuánto tiene de adquirida y cuánto contiene en tanto bagaje genético.
Los debates, que hoy prosiguen, se instalaron desde diferentes posiciones en las relaciones entre lo genético y lo adquirido. Se estudió la inteligencia como si fuera posible una medición única que estableciera un promedio para todas las capacidades humanas.
Se reconoce, sin embargo, que la inteligencia se expresa diferenciadamente. Se puede ser inteligente en las matemáticas, en el desarrollo lingüístico, en la expresión musical y tantas otras.
Un submundo artificial
El Colegio Montserrat fue generador de inteligencia a lo largo de décadas, pero creando un submundo artificial: el de los varones. Hoy, al intentar abrir sus puertas, un grupo de la comunidad cordobesa sostiene que se nivelaría para abajo con la presencia de mujeres.
Nos preguntamos, frente a esta argumentación, cuál es la idea de inteligencia que se defiende. El sexo constituiría para estos padres y alumnos un condicionante de la inteligencia.
Pero podrían haber sido los bajitos, los rubios o los morochos, los gordos o los flacos, los judíos o los protestantes. Porque, frente a la inteligencia, el debate reconoce el valor de las capacidades inherentes a la condición humana, esto es, la capacidad de pensar. Y en esto no nos diferenciamos hombres y mujeres, gordos y flacos, rubios y morochos.
En cualquiera de sus formas, podríamos haber sostenido que los bajitos roban, que los flacos mienten, los judíos son haraganes y tantas otras formas de discriminación. ¿Es posible que estos padres quieran una escuela para sus hijos varones más generadora de inteligencia que la escuela de sus hijas mujeres?
Pero el desarrollo de la inteligencia no puede ser la única propuesta de una escuela. La escuela nos tiene que enseñar a convivir en el respeto por el otro, hombre, mujer, bajito, judío o morocho. La escuela nos tiene que enseñar desde la convivencia a querer una sociedad más justa y más solidaria.
Para ello, nos tenemos que encontrar en la escuela todos los miembros de la sociedad. Se es inteligente y se enseña la inteligencia, enseñando bien matemáticas, pero también enseñando a ser solidario en la clase de matemáticas. En un espacio escolar, en el que, en la medida de los posible, nos encuentre a todos. Este es el desafío de la escuela pública, en todos los niveles.
Hebe Roitter, hoy decana, no pudo estudiar en el Colegio Montserrat.
Las chicas que ya tienen el colegio
CORDOBA.- El Monserrat, en realidad, ya tiene chicas en sus aulas. Son las que asisten a los cursos de nivel terciario mixto que se dictan dentro de la estructura del mismo establecimiento.
Anoche, estuvieron impedidas de tomar sus clases por la ocupación que hicieron sus condíscipulos varones del nivel medio.
"Me enferma esta actitud de estos chicos" , le confesó a La Nación María Ines, una veinteañera de la carrera de dibujo publicitario. "Están totalmente desubicados en esta discriminación que pretenden de las mujeres" , apoyó, a su lado, Maria Gracia, de 24.
Una tercera, en cambio, discrepó con ambas: Silvia, de 18, opinó que "si la tradición del Colegio es que fuera de varones, es injusto que ahora les cambien ese perfil" .
Gabriela, de 21, replicó de inmediato con una certera definición: "La tradición se hace, de acá a treinta años va a ser una tradición que el Monserrat seas de chicos y chicas". Además, "a la Universidad todos la bancamos con nuestros impuestos, sin distinción de sexos" .
Las normas que regían hasta ahora al Monserrat no vedaban explícitamente el ingreso de mujeres. Pero fueron muy pocas las que pudieron -y se atrevieron- a intentar el desafío.
Entre ellas, estuvo Margarita Zatzkin. Era una "rusita" venida de Odessa, cuando sus padres escaparon a las redadas antisemitas de los progroms. Estuvo en el Monserrat entre 1897 y 1902. Unos pocos años despues, fue la primera mujer en alcanzar el doctorado en Medicina y Cirugía de la Facultad de Ciencias Médicas de Córdoba.
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