Península Valdés: aseguran que se puso en riesgo un yacimiento arqueológico milenario
Lo que comenzó como un revuelo en las redes sociales por la foto de huesos en una playa de la Península Valdés en Chubut , terminó siendo una intrusión a una reserva protegida y Patrimonio de la Humanidad que puso en riesgo un yacimiento arqueológico milenario.
“En el día de ayer se difundieron unas fotografías de esqueletos humanos encontrados en una playa de Península Valdés, más precisamente en Playa Colombo, dentro de la Reserva Natural de la Fundación Vida Silvestre Argentina San Pablo de Valdés. El ‘descubrimiento’ y las fotografías fueron hechas por un vecino de la ciudad de Puerto Madryn que accedió ilegalmente a la Reserva mientras paseaba en cuatriciclo en una zona expresamente vedada para esta clase de actividades: el Plan de Manejo vigente del área Natural Protegida y Patrimonio Natural de la Humanidad Península Valdés prohíbe explícitamente la circulación con cualquier vehículo a motor en playas y en áreas agrestes por el impacto que esta actividad genera en los valores naturales y culturales del área”, explicaron a través de un comunicado la ONG ambientalista que resguarda la zona hace más de 20 años.
Vida Silvestre luego explicó que estos restos humanos son parte de un yacimiento arqueológico que es estudiado desde 1994 por investigadores del Centro Nacional Patagónico (CENPAT) / CONICET. “La Reserva de Vida Silvestre San Pablo de Valdés conserva un fragmento natural de la Patagonia, con indicios de presencia humana de hasta 3000 años de antigüedad. Las bolsas de plástico que cubrían los restos habían sido dispuestas por los investigadores para proteger y marcar los yacimientos”, agrega el texto difundido en las últimas horas.
“El acceso de visitantes a las áreas donde se encuentran los yacimientos está totalmente prohibido pues la presencia humana constituye tal vez el mayor riesgo para su conservación. Estos estudios se hacen con autorización de la Dirección de Cultura y la Dirección de Conservación de la provincia del Chubut, como así también con el conocimiento de representantes de comunidades de pueblos originarios. De hecho, por respeto a las tradiciones es que los restos no se remueven del lugar”, aclararon para responder a las dudas en torno de por qué seguían allí los restos descubiertos.
Consultados por LA NACION, desde dijeron que no es la primera vez que pasa. “La reserva es cercana a Puerto Pirámides, y aunque no está permitido, es posible acceder en cuatriciclos, motos y otros vehículos por la playa. Por lo general estas intrusiones no llegan a las partes altas de la reserva. En 2012 fue saqueado un yacimiento y fueron robados tres cráneos. Eventualmente se dio aviso a las autoridades”, recordó Fernando Miñarro, director de conservación de Vida Silvestre.
Sobre si en esta oportunidad las personas robaron restos, Miñarro dijo: “Aparentemente, en esta ocasión no se extrajeron restos. Sin embargo, el uso de cuatriciclos puede generar daños permanentes en el paisaje y en los yacimientos”.
Cómo se descubrió la fecha de los restos
La ONG contó que hace 6 años solicitó un estudio para establecer una línea de base arqueológica para conocer el estado y la diversidad de los bienes arqueológicos de la reserva. “En dos campañas realizadas en abril y octubre de 2012, fueron detectados 11 sitios arqueológicos en la reserva natural San Pablo de Valdés. Además de los entierros humanos, se encontraron entierros rituales de animales y artefactos como utensilios de piedra y cuencos de cerámica, entre otros hallazgos. Los yacimientos arqueológicos en San Pablo de Valdés permitieron conocer las adaptaciones, modo de vida y costumbres y cultura de los pueblos originarios: en el lugar se llevaron cabo múltiples actividades como talla y producción de instrumentos, caza, pesca y recolección de recursos alimenticios y entierro de los muertos”.
“Las prácticas mortuorias aportan información muy valiosa sobre el mundo simbólico y rituales de los pueblos del pasado. 9 de los 11 yacimientos arqueológicos se encuentran a cielo abierto, en campos de dunas activas. Así, uno de los entierros humanos fue descubierto accidentalmente, luego de que quedara expuesto por erosión eólica”, detalló Vida Silvestre.
Los investigadores resaltan que los yacimientos se encuentran en alto riesgo, y que "el impacto más grave sobre los bienes arqueológicos está dado por la acción antrópica (la intervención del hombre). La cercanía de la Bajada Colombo a puntos de uso turístico y recreativo en Península Valdés propicia su acceso, sea a pie como por embarcaciones o motos y vehículos 4x4, tal como el equipo pudo comprobar durante las dos campañas".
“Además de proteger un patrimonio cultural de notable riqueza, la Reserva de Vida Silvestre San Pablo de Valdés conserva 7.360 hectáreas de paisaje patagónico. Desde su creación como reserva en julio de 2005, es uno de los dos campos de la península donde se retiró la totalidad del ganado ovino y equino, con lo que el ecosistema ha mostrado signos de restauración”, concluyeron en el comunicado.
Ante la consulta de LA NACION de si serían retirados los restos del lugar, Miñarro explicó: “Eso es una decisión de la autoridad de aplicación, en este caso la Secretaria de cultura de la provincia de Chubut. En principio, no se mueven porque debe haber un acuerdo con los representantes de las comunidades de pueblos originarios. Por parte de Vida Silvestre, es importante respetar el lugar elegido por las culturas originarias para honrar a sus muertos, razón por la que no promovemos su relocalización. En cambio, nos interesa que esos sitios se puedan proteger”.
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