“Paz es este momento sin juzgar”: el emotivo homenaje de los veteranos argentinos e ingleses a los caídos en Malvinas
En Mercedes, en un clima de camaradería, ambas delegaciones participaron en un acto a poco de cumplirse 40 años de la guerra
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Los veteranos de Malvinas, argentinos e ingleses, volvieron a rendir homenajes a sus caídos, por segundo día consecutivo, en lo que constituye un encuentro histórico a poco de cumplirse los 40 años del conflicto bélico en el Atlántico Sur, con la visita de una delegación británica a Buenos Aires. El lugar elegido, esta vez, fue el Instituto de Capacitación Especializada de Gendarmería Nacional Cabo Juan Adolfo Romero, en la localidad bonaerense de Mercedes. Fueron recibidos, cerca de las 10, por el director comandante mayor Fabio Gordon, que los invitó a ubicarse en un palco especial frente a las formaciones de gendarmes y del Regimiento de Patricios para dirigirles unas palabras de bienvenida. Inmediatamente después, la banda Tambor de Tacuarí interpretó los himnos de la Argentina e Inglaterra, acompañados por el trío Héroe, integrado por los tenores Alejandro Falcone y Sebastián Russo y el barítono Federico Picone.
El espíritu del encuentro de hoy era homenajear a los caídos de ambos países, en un ámbito estrictamente militar y de camaradería. Los testimonios de los veteranos argentinos Ricardo Spadaro, Luis Puga, Héctor Tessey y Anastacio Vilca Condorí representaron a todas las fuerzas que lucharon en las islas. Spadaro, comandante de Gendarmería, recordó al Regimiento de Infantería 6 que había partido de ese mismo lugar y los 11 caídos en combate. “Vinimos a honrar la vida”, subrayó. Luis Puga, comodoro retirado, resaltó la valentía del teniente Carlos Julio Castillo. “Dio la vida por mí”, dijo emocionado. Seguidamente, el capitán Héctor Tessey detalló la valentía del subteniente Alberto Ramos que cubrió el repliegue de la Batería 7 y dio su vida en la batalla de Monte Longdon. “Alberto dio su vida en combate e hizo honor a lo aprendido, dando la vida como ejemplo”, resaltó.
Anastacio Vilca Condorí recordó a su hermano Mario, que murió en el hundimiento del Crucero General Belgrano y destacó el buen trato que hubo entre ingleses y argentinos cuando se trató de la asistencia humanitaria. “Ellos nos trajeron a 50 argentinos asistidos en el buque hospital Uganda y nosotros les facilitamos donaciones de sangre para sus heridos”, resaltó.
Una de las enfermeras británicas que se desempeñaba en esa embarcación estuvo en el acto, junto a tres veteranos que también compartirían sus memorias para honrar a sus caídos. De elegante vestido negro, que contrastaba con la blancura de su piel y su cabello rubio peinado en un tirante recogido,
se presentó Sue Warner. Tenía 23 años cuando se embarcó en el buque hospital en 1982 y allí trató a más de 700 heridos, entre ellos los 50 argentinos que mencionó Vilca Condorí.
Antes de que ella hablara, lo hicieron el coronel James Pollock y el coronel David Wheen. El primero eligió una historia graciosa con su amigo, el mayor Danny White, que murió una noche antes de finalizar la guerra. Wheen, en tono más épico, recordó la ferocidad de la batalla de Monte Harriet, donde perdió a su amigo, el comandante Lawrence Watts.
Poema
La presencia de Sue Warner frente al micrófono, cambió la tensión y el dramatismo de los relatos. Pidió un momento de silencio en memoria de todos los caídos y oró por los que “aún sufren por las heridas, y las enfermedades físicas y mentales que les dejó la guerra”. La suavidad y austeridad de sus palabras construyeron, rápidamente, un puente muy corto del pasado al presente, para resaltar la importancia de la situación que estaban viviendo. Su narrativa fue esperanzadora y, con el mismo tono de voz con el que comenzó concluyó con el recitado de un extracto del poema “Paz es este momento sin juzgar”, de Dorothy Hunt.
La maestra de ceremonias, Marcela Hernández, coordinadora de la ONG La fe de centurión, que fue una de las impulsoras del encuentro, anunció el momento más conmovedor del acto: el de las ofrendas que llevarían el veterano argentino Sergio Schirmer y Sue Warner a los pies del busto del alférez Guillermo Nassif, primer gendarme caído en las Malvinas. Caminaron lentamente hacia el monumento y dejaron, en su base, un ramo de rosas blancas, como símbolo de la paz. Detrás de ellos, el veterano Alan Ward, aún al servicio de la Royal Navy, acercó una corona de amapolas rojas, tradición británica en homenaje a los caídos.
El acto finalizó con un gesto muy afectuoso del veterano y protagonista de este encuentro, el coronel Geoffrey Cardozo, quien se acercó a las formaciones de gendarmes y patricios, para expresarles su agradecimiento y disculpas por la larga exposición al sol que demandó el acto.
Cardozo fue el gran impulsor de este encuentro, del lado inglés. Este capitán tuvo a cargo el entierro de los soldados argentinos fallecidos que yacían en las islas al finalizar la guerra y se ocupó personalmente de que cada uno tuviera los honores que merecía.
Como siempre, su humanidad sobresalió en todos los espacios en los que se movía y, cuando se terminaron las formalidades, muchos de los invitados al acto hicieron fila para sacarse fotos con él.
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