Paul Johnson advirtió sobre un nuevo fundamentalismo
Señaló los peligros que conlleva la ingeniería genética
Paul Johnson advirtió sobre los riesgos que lleva consigo la ingeniería genética y cargó contra el "fundamentalismo darwiniano", que "le hubiera causado horror al propio Darwin".
El historiador, escritor y periodista británico disertó sobre "El mundo del siglo XXI: geopolítica, moral y cultura" en la Universidad Católica Argentina (UCA). La conferencia fue organizada por La Nación y la Fundación Libertad, de Rosario, con el patrocinio de Máxima AFJP y de la Fundación BankBoston.
Unas 250 personas siguieron con interés la vehemente exposición del autor de "Tiempos modernos", que habló de pie, leyendo en forma rápida y acentuando palabras y expresiones. Al terminar, recibió varias preguntas -buena parte de ellas formuladas en inglés- y cosechó abundantes aplausos.
Fue presentado por Horacio Castro Hernández, director de la carrera de Derecho de la UCA, y por Gerardo Bongiovanni, de la Fundación Libertad. Compartió el estrado el decano de Derecho y Ciencias Políticas de la UCA, Eduardo Ventura.
Entre los asistentes se hallaban el ex senador Juan Ramón Aguirre Lanari, el vicepresidente del directorio de la S.A. La Nación , Alberto Jorge Gowland Mitre; el decano de Derecho de la Universidad Austral, Roberto Bosca; el científico Fermín García Marcos, el psiquiatra Carlos Velasco Suárez y muchos profesores universitarios.
Johnson señaló que hasta hace poco los experimentos con humanos estaban asociados al aventurerismo científico de los nazis, pero consideró peligroso que conceptos como el de un bebe "mejorado" genéticamente puedan lograr ahora aceptación popular, sin medir sus posibles consecuencias. El hombre tiene una tendencia irrefrenable a "abrir la caja de Pandora", dijo.
Calificó a Darwin de "científico ejemplar" y opinó que no habría nada más desagradable para él que ser materia prima de una cuasi religión.
Relativismo y totalitarismo
Sostuvo que el relativismo moral llevó en el siglo XX primero a la ingeniería social, pensando que con el hombre se podía hacer cualquier cosa de forma masiva en el orden social, y luego a la ingeniería genética, que busca determinarlo genéticamente antes de que nazca.
H. G. Wells y John Dewey intentaron hacer respetable la primera versión, que concluyó en el totalitarismo fascista, nazi y soviético. "Querer hacer el cielo en la tierra con dioses falsos llevó a Auschwitz y al Gulag", dijo Johnson. Y citó a Chesterton: "Cuando el hombre deje de creer en Dios, cuando no crea en nada, podrá creer en cualquier cosa".
Dijo que Karl Marx fue convertido en un dios, siendo que plagió, no hizo investigación empírica y sostuvo siempre que era científico, pese a que "su determinismo era una simple superstición".
En un sentido parecido, agregó, la ingeniería genética está adquiriendo su propio dios y ha sacado a Darwin del lugar donde reposaba tranquilamente en la abadía de Westminster.
Marx decía que los filósofos habían interpretado el mundo y que el asunto era cambiarlo; hoy el slogan es que los biólogos sólo han explicado la especie humana y lo que urge es cambiarla. Johnson sostuvo que este "fundamentalismo darwinista" es dogmático, intolerante, agresivo; es un sistema cerrado que pretende tener todas las respuestas.
Subrayó el peligro de la ingeniería de las líneas germinales (la transformación genética en células ováricas o testiculares, que puede transmitirse a la descendencia).
Imaginó el "diseño de bebes" y la opción de venderlos y comprarlos en el mercado, para beneficio de las elites, y se explayó sobre posibles consecuencias, sin líneas morales. Y consideró el aborto como una aberración de la historia de la ética humana.
Pero invitó a fijarse no sólo en lo que ocurre en la historia, sino en lo previsto que no ocurrió. A principios de siglo, H. G. Wells y George Bernard Shaw sostuvieron que las creencias religiosas inexorablemente iban a desaparecer en el siglo XX, y Lenin y Hitler actuaron con esa mentalidad. Pero cuando asoma el siglo XXI, "Dios claramente no ha muerto, está vivo, está bien, y vive en el corazón y en la mente de millones de personas".
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