Patricia Arquette: "Creo que volvemos a estar en peligro, como cuando las mujeres eran consideradas propiedad de su padre o esposo"
Bio
Profesión: actriz
Edad: 49 años
Nacida en una familia de actores, fue activista antes que artista. Entre otras películas, protagonizó Carretera perdida y Boyhood, por la que ganó un Oscar, que aceptó con un discurso político a favor de la igualdad de derechos para las mujeres.
Patricia Arquette es muy buena para ganar premios, y también para dar fervorosos discursos al recibirlos. Pocos días antes de hablar sobre cerrar la brecha salarial entre hombres y mujeres en la primera edición del Equality Awards de Salesforce, en Washignton D.C., la actriz de 49 años estuvo en Los Angeles para la entrega de los Glaad Media Awards y no perdió la oportunidad de cantarle las cuarenta desde el podio al fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions.
Y nadie puede olvidar su discurso en la edición de los Oscar de 2015, donde la estrella de la película Boyhood: momentos de una vida, les gritó a todas las mujeres que hayan dado a luz a un contribuyente: "Ya es hora de garantizar de una vez y para la siempre la igualdad de salarios y de derechos para todas las mujeres de Estados Unidos".
Queda claro que Patricia Arquette no tiene problemas en manifestarse políticamente. Según la actriz, simplemente así fue como la criaron.
- En enero, usted se presentó ante el Tribunal Superior de Washington para testificar por su amiga Natalie White, quien fuera arrestada por pintar con aerosol ERA NOW ("Reforma Constitucional de Igualdad de Derechos ahora mismo", por su sigla en inglés), en la vereda del edificio del Congreso. ¿Existen maneras buenas y maneras malas de protestar?
-Bueno, para empezar se trataba de pintura lavable, no era pintura en aerosol. En el tribunal intentaban decir que el daño era permanente, y yo les dije que el verdadero daño permanente eran los 240 años que llevamos las mujeres sin estar protegidas por la Constitución.
-Buen punto. ¿Cree que los derechos de las mujeres avanzan dando dos pasos para adelante y tres pasos hacia atrás?
-A fin del mes pasado, en Iowa aprobaron una ley que obliga a las mujeres adultas a tener el consentimiento de sus padres para poder abortar. Eso es volver al modo en que la mujer era considerada en los tiempos en que fue redactada la Constitución, cuando las mujeres eran consideradas propiedad de su padre o de su esposo. Creo que ahora volvemos a estar en peligro.
-En ese juicio, cuando los abogados le preguntaron cuál era su profesión usted se describió primero como activista, y luego como actriz.
-Fui activista mucho antes de ser actriz. Fuimos criados como activistas. Nuestros padres nos llevaban a Diablo Canyon, donde pensaban construir una bomba nuclear cerca de la falla de San Andrés. Nosotros apoyamos causas de justicia social desde siempre.
-¿Y la actuación?
-La actuación me da felicidad y me alegra la vida. Pero ser activista es querer cambiar las cosas del mundo que uno cree injustas. Actuar es una celebración de la condición humana. Son dos aspectos muy diferentes de mi persona.
-¿Y esos dos aspectos se cruzan?
-Se cruzan. En la actuación, una puede interpretar a una villana pero tiene que amar a esa villana. Como activista, puedo luchar con todas mis fuerzas contra alguien, y luego como actriz puedo darme vuelta e interpretar a esa persona. Trato de recordarme a mí misma que todos somos personas, y a todos nos duele, y todos tenemos sentimientos. Es mucho lo que podemos cambiar si logramos despertar esos sentimientos en los demás.
- Suele vérsela mucho en el Congreso. ¿Cómo es el trabajo real del activista después que se apagan las cámaras y terminan las bulliciosas conferencias de prensa?
-Creo que la gente no sabe todo lo que hago aparte de los grupos activistas, como por ejemplo la información que recolecto y que después los demás se ocupan de profundizar. A veces uno sabe cosas que quienes nos representan en el Congreso no saben. Entre otras cosas, estuve luchando para que se pongan en uso los miles de kits de violación que duermen en los estantes desde hace año. Me quedé estupefacta cuando me empecé a dar cuenta de que muchos legisladores no sabían que tenían todo eso en sus propios estados. La verdad que eso me dejó preocupada. No hay que dar por sobreentendido que los que están adentro del Congreso saben más que nosotros del estado al que representan.
-¿Está harta de que le pregunten por el discurso político que dio en la entrega de los Oscar de 2015?
-[Larga pausa]. No sé. No lo pienso en esos términos. Hablamos del tema y listo. Se da así.
-Pero después de darlo usted dijo que probablemente su discurso la haría perder varios trabajos en Hollywood. ¿Fue así?
-Creo que siempre se paga un precio por decir la verdad. Pero vale la pena.
-¿A qué le tiene miedo?
-Me da miedo que la gente no haga lo correcto y que sean nuestros hijos los que paguen las consecuencias. Miro a esas chicas a punto de ingresar en el mercado laboral y me pongo muy triste. Si las cosas siguen como ahora, cuando se jubilen van a tener mucho menos dinero que los hombres. Lo más probable es que cuando sean viejas tengan que vivir en la pobreza. ¿Cuál es la idea? ¿Cuánto tenemos que estar dispuestas a esperar 40 o 100 años más? Eso es totalmente inaceptable.
-La primera dama, Melania Trump, y la hija del presidente, Ivanka Trump, han incluido en sus respectivas plataformas la "problemática de la mujer". ¿Estaría dispuesta a trabajar con la Casa Blanca en esos temas, si la llaman?
-Lo haría. Queda claro que estoy en desacuerdo con Trump en muchos, muchos temas. Pero creo que podemos trabajar juntos en eso. Le sugiero a Ivanka que se reúna con Lisa Maatz, de la Asociación Americana de Mujeres Universitarias, para que vea el cuadro de situación estado por estado, lo que funciona y lo que no funciona, y lo que realmente podría mejorar las cosas.
-¿Es optimista al respecto?
-En este momento hay mucha gente activa y movilizada, y eso me entusiasma. Hay un montón de gente buena trabajando mucho para mejorar las cosas.
Traducción de Jaime Arrambide
Helena Andrews-Dyer
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