Pase sanitario: ¿la vacunación contra el Covid será una condición para ir a la escuela?
El ministro de Educación, Jaime Perczyk, anunció el lanzamiento de la campaña “Vacunate para ir a la escuela”, con la expectativa de llegar a fines de febrero con más del 70% de chicos con el esquema completo
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Aunque no fue un requisito excluyente para la matriculación en el próximo ciclo lectivo ni para ninguna otra actividad escolar, hubo muchos colegios que a fin del año pasado comenzaron a pedir el certificado de vacunación contra el Covid-19 como información adicional de los estudiantes. Ahora, a poco menos de dos meses para el inicio de clases, una situación epidemiológica alarmante en plena temporada de verano y un porcentaje de inmunización pediátrica que roza el 45% entre el grupo que va de los 3 a los 11 años con esquema completo, según informó la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), la duda sobre la posible implementación de un pase sanitario escolar comenzó a sobrevolar en las conversaciones.
¿Se podría exigir como condición para la presencialidad? ¿Es una violación al derecho a la educación de los chicos? Consultado sobre el tema, el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, afirmó que desde fines del año pasado se está trabajando para que el próximo ciclo lectivo sea “reparador”. Y para garantizar la presencialidad plena en las aulas, una de las estrategias claves que está en marcha es impulsar la vacunación.
“Antes de que terminaran las clases, el 10 de diciembre pasado, nos reunimos con el Consejo Federal de Educación para plantear que el ciclo 2022 tenía que ser reparador. Los chicos argentinos han sufrido mucho –reconoció Perczyk en una charla con LA NACION en el Palacio Sarmiento–. Este año tiene que ser reparador, y para eso nos estamos preparando”.
En términos sanitarios, Perczyk anunció el lanzamiento de la campaña “Vacunate para ir a la escuela”, con la expectativa de llegar a fines de febrero con más del 70% de los alumnos argentinos con el esquema completo contra el coronavirus. “Tenemos alrededor del 42% de chicos con las dos dosis y casi un 25% que iniciaron el proceso, pero aún no lo completaron. Ahora estamos trabajando para convocar a otro 20% más, con nuevas postas de vacunación en las escuelas y con la participación de todos los actores posibles. La consigna no es que los chicos que no están vacunados no puedan ir a la escuela”, aclaró el ministro.
Según dice Perczyk, si algo se aprendió durante la pandemia es que cuando las políticas de salud llegan a la escuela, el éxito es rotundo. “Las acciones de salud preventiva se tienen que dar en las escuelas. Eso reportará que el avance en la vacunación llegue a los niveles que la Argentina necesita, que es superar el límite del 70% –dice con absoluta confianza–. Tenemos ocho semanas para terminar de vacunar a ese 25% que aún no completó el proceso y para incentivar a muchas más familias a que vacunen a sus hijos”, enfatiza Perczyk.
Con respecto a la posible implementación de un pase sanitario escolar, en representación de la agrupación Padres Organizados (PO) María José Navajas asegura que está totalmente en desacuerdo. “Como ya lo planteamos en otras oportunidades, la vacunación de niños y adolescentes no puede ser una condición para la presencialidad, como no lo fue para los docentes. Mientras las vacunas no tengan aprobación completa, no se puede establecer su obligatoriedad”, señala Navajas.
Ángela Gentile, jefa de epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, defendió siempre fuertemente la presencialidad escolar y señala que cuanto más vulnerable es el contexto de los chicos, más necesaria es su presencia en el aula. Por eso, insiste, hay que incrementar las coberturas de vacunación. “La vacunación es clave para jerarquizar la presencialidad y no solo hablamos de Covid, sino de todas las vacunas del calendario. Los datos del Ministerio de Salud indican que durante 2020 la vacunación infantil cayó hasta en un 50% en algunas provincias y continúa en baja”, dijo Gentile, y advirtió que la falta de vacunación trae el riesgo de brote de enfermedades peligrosas, como la meningitis o el sarampión. “Se necesitan coberturas superiores al 90%, por eso durante el verano hay que acelerar el ritmo de vacunación”, insistió.
Un aula aislada a partir de cinco contagios
El inicio de clases fue uno de los temas dominantes de la agenda política y los medios de noticias en el hemisferio norte durante la última semana. La ministra de Educación de España, por ejemplo, anunció que los chicos regresarán a las aulas mañana de manera presencial, en todos los niveles. Con más de 242.000 casos por día y un esquema de vacunación más alto que el de la Argentina en el segmento que va de 12 a 19 años, pero muy inferior en el grupo de 5 a 11, las autoridades educativas españolas aseguraron a las familias el regreso de sus hijos a la escuela luego de las vacaciones de Navidad. “Prudencia sí, pero alarmismo, ninguno”, dijo al diario El País la ministra Pilar Alegría, y adelantó que, a partir de ahora, los colegios solo deberán poner en cuarentena un aula a partir de cinco contagios.
Con respecto a la posible modificación de los protocolos actuales que rigen en las aulas argentinas, Perczyk no dio más precisiones. Por el momento, las instrucciones son las mismas con las que los estudiantes terminaron las clases: ventilación cruzada, uso correcto de barbijo y aislamiento del curso a partir de un caso confirmado (y no de un caso sospechoso), uno de los últimos cambios de los lineamientos sanitarios escolares, que inició la Ciudad y al que luego se sumaron otras jurisdicciones.
En la Capital, los maestros deberán volver a sus trabajos el 7 de febrero próximo y el comienzo de clases anticipado para este año tiene fecha de inicio el 21 del mismo mes; es decir, en apenas 40 días. “La evidencia indica que la escuela no es un foco de contagio y que con los protocolos adecuados funciona como un lugar de detección. Como venimos haciendo hace dos años, vamos a trabajar en conjunto con Salud monitoreando la situación sanitaria –anticipan desde el ministerio que comanda Soledad Acuña–. Si hubiera que tomar restricciones, tenemos el compromiso asumido de que la escuela será lo último en cerrar y lo primero en abrir”.
El presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), Rodolfo Pablo Moreno, está convencido de que el aislamiento dejó demasiadas consecuencias negativas en la salud emocional, física y psíquica de niños y adolescentes, con secuelas que aún son moneda corriente en los consultorios y que resultan difíciles de revertir. “En octubre de 2020 publicamos un documento con toda la evidencia del daño que el encierro estaba provocando en los chicos. La presencialidad en la escuela es irrenunciable, y sobre todo en los contextos sociales de mayor vulnerabilidad”, coincide Moreno, que también confiesa estar intranquilo por el ritmo de vacunación actual.
“La cobertura quedó estabilizada desde hace unos días, y nos preocupa”, alerta el médico, que mañana se reunirá con las autoridades del Ministerio de Salud de la Nación para delinear estrategias que fomenten la inoculación de los chicos durante el verano. También reconoce que hay colegas que aún no recomiendan la vacunación contra el coronavirus a las familias, pero dice que son cada vez menos. “Es un número escaso. La mayoría de los socios de la SAP, que integran unos 18.000 pediatras, recomiendan la vacunación; como sociedad ya hemos emitido dos documentos acerca del tema”, refuerza el experto.
Omar Tabacco, pediatra y expresidente de la SAP, sugiere no hacer demasiadas predicciones sobre el escenario epidemiológico para marzo próximo, aunque no descarta que enero y febrero transcurran con cifras elevadas en los contagios. “Es muy oportuno ponerse a trabajar para generar las mejores condiciones que aseguren una presencialidad plena. La vacunación pediátrica por parte de las sociedades científicas tiene un apoyo enorme, y esto hay que transmitirlo a los colegas y a las familias. También avanzar rápidamente con la tercera dosis en los docentes y el personal no docente. Sin abandonar los protocolos como la ventilación cruzada en las aulas y el uso correcto de barbijo, la escuela es un lugar seguro. En la provincia de Santa Fe, en el rango de 12 a 18 años, el porcentaje de vacunados alcanzó el 85%; entre los chicos de 3 a 11 años, ya está alrededor del 65%. El ritmo es dispar según las jurisdicciones, y por eso hay que reforzar la campaña de vacunación ahora. Las clases tienen que empezar con los chicos en el aula”, concluye Tabacco.
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