Si bien la vedette de los cambios que está llevando adelante el gobierno de la Ciudad en materia de circulación es el Paseo del Bajo (el nuevo corredor vial que conectará en trinchera las autopistas Illia y Buenos Aires-La Plata), su vecino, el Parque del Bajo, promete cambiar radicalmente la zona detrás de la Casa Rosada.
Se trata de un espacio de diez hectáreas ubicado entre las avenidas Belgrano, Corrientes Paseo Colón y Huergo-Madero, que siempre fue pensado como un espacio verde, pero fue apropiado por edificios del Estado como la Casa Rosada, el Libertador (sede del Ministerio de Defensa) y el CCK (antes Correo Central), para usar como estacionamiento.
Líneas de colectivos también usaban el espacio lindero al edificio del Correo como terminal, lo que sumado a precarias garitas de inspectores y carritos de comida ambulante daba como resultado un espacio público completamente degradado. En 1937, la zona del Parque tenía liberado el 90% de su espacio y ocupado el 10%, mientras que en 2009 llegó a tener ocupado el 70% y liberado el 30%, según cifras del gobierno de la Ciudad.
El Parque del Bajo unirá con un mismo criterio urbanístico la plaza Presidente Perón (delante del edificio de la Aduana), los jardines de la Plaza de las Armas del Ejército Argentino (delante del edificio Libertador), la plazoleta José Razzano, la plaza Nuestra Señora de las Nieves (donde estaba el helipuerto presidencial), la plazoleta Hipólito Bouchard, la plaza del Correo, la plazoleta Dr. Carlos Alberto Erro y la plazoleta del Tango.
El proyecto recupera esas áreas para los peatones, que podrán caminar por la zona seguros y en un ambiente mucho más silencioso y amigable, con amplios senderos rodeados de árboles. Las calles Bouchard, Azopardo y la avenida Rosales se incorporan al parque niveladas y con prioridad peatón. Todo el parque se organizará a través de senderos lineales de punta a punta para poder caminar desde Corrientes hasta Belgrano. El Parque también contará con una bicisenda amplia.
"La gran clave de este nuevo Parque en el Bajo fue pensarlo desde lo público: reemplazamos playas de estacionamiento que solo usaban funcionarios por un gran corredor verde que van a poder disfrutar todos los que trabajan y circulan en la zona", dice Franco Moccia, ministro de Desarrollo Urbano y Transporte.
"Se pasó de tener una vereda de 60 centímetros a 42 metros para peatones entre Madero y De la Rábida. Se generaba una barrera urbana por la cual era difícil transitar", asegura la arquitecta Angeles Goyanes, supervisora de la obra.
El caso de la Plaza de Armas es sintomático. Siempre fue una plaza pública, pero el expresidente Carlos Menem la cerró en los 90 y sus tres hectáreas eran usada por funcionarios del ministerio de Defensa para estacionar alrededor de 500 autos. La plaza estaba enrejada y tenía una veredita de 2 metros. Ahora las rejas serán quitadas y la plaza será pública.
La avenida La Rábida, que pasa por detrás de la Casa Rosada, fue reformulada para mover el helipuerto, que ahora está pegado a la Casa Rosada. Para hacerlo hubo que trasladar varios monumentos, aunque el más complicado fue el de Juana Azurduy, que pasó de estar atrás de la casa de Gobierno al frente del CCK. "Todo fue acordado con la embajada de Bolivia, que había donado el monumento, y con el autor, Andrés Zerneri", explica Gabriel Rosales, director de Infraestructura Urbana porteño.
La base del monumento a Juana va a ser revestida. El monumento fue construido en el lugar, por lo que nadie sabía cuánto pesaba con exactitud. La prueba de fuego fue cuando la trasladaron: pesaba 21 toneladas. Ahora, el conjunto está sostenido por una base poco estética, pero va a ser revestida con granito, el mismo material de la base del CCK. En el sector también hay una estatua de Morse sentado y un monumento al Cartero.
El mástil más alto de Buenos Aires, que sostiene una enorme bandera argentina, fue movido de detrás de la Casa Rosada a Plaza de Mayo. También se dio vuelta el monumento a Garay y se creó allí una plazoleta. Además, se movieron una serie de monumentos menores.
La obra, en la que trabajan 450 personas, se dividió en tres licitaciones. Dos terminan en diciembre de este año, por lo que esas zonas del Parque van a estar habilitadas en enero. La tercera es un monumental estacionamiento subterráneo de dos niveles adonde irán los autos que estacionaban arriba y las líneas de colectivos que usaban la zona como terminal.
La Plaza Presidente Perón, donde está la estatua del ex presidente que fue inaugurada por Mauricio Macri cuando era jefe de Gobierno, es donde las obras están más avanzadas. Allí se pueden ver palmeras que fueron trasplantadas, farolas originales de la época del paisajista Carlos Thays restauradas, mucha vegetación autóctona, canteros y largos asientos para que los vecinos puedan almorzar y distenderse un rato. En la esquina de Paseo Colón y Belgrano se distinguen las figuras de Patoruzito e Isidorito, que forman parte del Paseo de la Historieta que arranca en San Telmo. Pronto, en Belgrano y Azopardo, se les sumará Gaturro.
Los arquitectos del gobierno de la Ciudad destacan que desde el Parque del Bajo se podrá cruzar a Puerto Madero a través de una gran escalera nueva. Como el Paseo del Bajo va a tener un parque lineal encima, se va a poder caminar libremente hasta Puerto Madero. "Va a facilitar mucho la circulación, que hoy está impedida. Hay un desnivel grande porque por abajo pasa un ramal del Tren Sarmiento que sale a Alicia Moreau de Justo", explica Rosales. Como los camiones y micros van a pasar en trinchera por el Paseo del Bajo, los ruidos y la contaminación bajarán notoriamente.