“Paros encubiertos”: no hubo acuerdo entre los gremios y Aerolíneas para destrabar un conflicto que tiene en vilo a los pasajeros

Luego de que los gremios de aeronavegantes realizaron cinco asambleas sindicales durante el mes pasado en diferentes aeropuertos del país (el Aeroparque Jorge Newbery, Ezeiza y los de Córdoba y Mendoza), que paralizaron salidas y entradas de los vuelos de Aerolíneas Argentinas (AA), hoy se llevó a cabo, a las 11, una reunión entre los trabajadores y la compañía de bandera para negociar las paritarias. Pero, según confirmaron los sindicalistas, al final de la jornada no se llegó a un acuerdo, por lo que continuarán con las mesas de negociaciones.

Juan Pablo Brey, secretario general de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), señaló: “La oferta sigue siendo insuficiente, muy por debajo de lo que ha sido el impacto de la inflación en nuestros salarios. Pero por ahora estamos mostrando la mejor predisposición, y seguimos con mesas de negociaciones. En este momento, con mesas técnicas”.

Esa “predisposición” implica, según aclaró, que por ahora los trabajadores aeronavegantes y sus gremios están “apostando a destrabar el conflicto”, por lo que, pese a que la propuesta de la compañía no fue la que esperaban, no prevén más medidas de fuerza. Y, si bien no se agendó una fecha para el próximo encuentro , agregó: “Vamos a apostar a esas mesas. Si fracasan, seguro que tendremos que seguir con las asambleas”.

Voceros de Aerolíneas, ante la consulta de LA NACIÓN, señalaron que las reuniones con los gremios continuarán.

La puja entre los sindicatos y la empresa se da por un atraso salarial: “Estamos un 72% abajo comparando los salarios con la inflación, desde noviembre hasta hoy. Para junio nos ofrecieron 0%, en julio, 3,5%. Y para agosto, el 3%”, detalló. Estas fueron las catalogadas “propuestas mediocres” a principios de agosto, por las cuales comenzaron las medidas de fuerzas que tomaron protagonismo en las últimas dos semanas.

Aerolíneas confirmó que las autoridades del Gobierno no participaron de la charla, ya que, como también explicaron fuentes de la Secretaría de Transporte, las negociaciones paritarias se llevan adelante entre los propios actores, con mediación de la Secretaría de Trabajo.

Ya el viernes pasado, luego de que terminara la última asamblea en Aeroparque, desde las redes sociales de Aeronavegantes confirmaron el llamado de Aerolíneas a reunirse, y afirmaron, a través de un comunicado: “Tal como hemos hecho durante todo el desarrollo de este conflicto salarial, asistiremos con toda la predisposición y apertura al diálogo necesarias para resolver la situación”.

La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), a cargo de Pablo Biró; la Asociación de Personal Aeronáutico (APA), con Edgardo Llano a la cabeza, y la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPLA), bajo la secretaría de Rubén Fernández, también formaron parte del encuentro para discutir los salarios, según confirmaron estos últimos dos dirigentes a este medio.

Por su parte, tanto el Gobierno como Aerolíneas Argentinas sostuvieron, a través de sus redes y de comunicados, luego de que los gremios adelantaran el horario de la asamblea del miércoles 28 en Ezeiza, que estas se tratan de “paros encubiertos”. “Desde el gobierno nacional no vamos a permitir el ejercicio abusivo del derecho a realizar asambleas”, habían sostenido.

Tras la última medida del viernes, el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció en conferencia de prensa que se descontarán desde $50.000 hasta $150.000 del sueldo de los trabajadores de Aerolíneas que pararon durante las últimas semanas: “Se van a aplicar acciones disciplinarias con multas y sanciones contra todos los que realizaron estas medidas abusivas, como ya se hizo con más de 200 empleados”. Según los datos que se compartieron sobre cada asamblea de las últimas semanas, en total hubo cerca de 11.000 pasajeros perjudicados por las reprogramaciones y cancelaciones de los vuelos.

Por su lado, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, le pidió a la Secretaría de Trabajo que se declare la aviación un servicio esencial, mediante lo cual se regularían las huelgas, y advirtió a los trabajadores de la compañía estatal que, de no ordenarse, “se privatiza en cualquier momento”. Aunque, cabe destacar, la posible privatización de la línea de bandera ya había sido planteada durante las discusiones de la Ley Bases, pero luego se retiró a la empresa de las “negociaciones” para conseguir los votos necesarios.

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