Paro universitario: las facultades públicas nacionales estarán cerradas hoy y mañana
La medida de fuerza del personal docente y no docente empezó hoy y continuará mañana; los gremios denuncian que los aumentos que ofrece el Gobierno resultan insuficientes
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Una vez más, la zona de Recoleta en donde se concentran varias facultades de la UBA (en el radio de las calles Junín, Marcelo T. de Alvear, Paraguay y la avenida Córdoba) se encuentra paralizada. Los pocos estudiantes a la vista son rechazados en las casas de estudio, que hoy solo cuentan con guardias del personal no docente. Esto se debe a que esta mañana empezó el paro nacional de 48 horas anunciado la semana pasada en búsqueda de llegar a un acuerdo salarial que recomponga los ingresos de docentes y no docentes.
Después de la reunión del viernes 9 de este mes, cuando se llevó a cabo un último intento entre los sindicatos de estos sectores y funcionarios del Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, los gremios decidieron frenar las actividades en vistas de la oferta del Gobierno, que ofreció un aumento del 3% para agosto y del 2% para septiembre, y que consideran insuficiente ante la pérdida del poder adquisitivo, hoy un 56% por debajo de lo que pretenden, según detallaron.
En esta ocasión, bajo la misma a premisa, los sindicatos alegaron que por parte de Capital Humano no hay interés en solucionar la situación, ya que no convocaron al diálogo luego del cese de actividades de la semana pasada. Por el momento, Daniel Ricci, secretario general de la Federación de Docentes de las Universidades (Fedun), expresó que esta primera jornada está teniendo un acatamiento “prácticamente total” en las 61 universidades públicas del país, y que lo mismo se espera para mañana miércoles. De hecho, los carteles exigiendo sueldos dignos siguen adornando las fachadas, y ahora, sobre el frente de Economía, una bandera argentina que ocupa varios pisos dice “Defendamos la UBA”.
La medida representa un paso más luego de la suspensión del inicio del segundo cuatrimestre la semana pasada, que estaba previsto para el lunes 12 de agosto, a lo que siguieron dos jornadas de “visibilización del conflicto” el martes 13 y miércoles 14.
Emiliano Cagnacci, secretario general de la Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires (Aduba), sostuvo en diálogo con LA NACION: “El acatamiento de las universidades nacionales es altísimo. En la UBA el acatamiento llega casi al 100% en todas nuestras facultades e institutos. Están funcionando los hospitales universitarios con las guardias mínimas de atención”.
la puerta del Hospital de Clínicas, en la avenida Córdoba al 2400, lo evidencia con un cartel que anuncia la entrada por la calle Paraguay. Al lado, otros carteles exigen paritarias docentes ya, y advierten que “sin salarios dignos la UBA no funciona”.
En las facultades de Medicina, Economía y Sociales, aunque las puertas están abiertas, no hay movimiento. Algunos trabajadores del personal no docente, que prefirieron no dar el nombre (en algunos casos señalando cámaras de seguridad en los establecimientos), aseguraron que a los alumnos no enterados de la medida les avisan en la puerta que no habrá clases, solo hay presencia de no docentes, dijeron, con personal reducido.
Cagnacci continuó: “Lo que esperamos del Frente Sindical es que el Gobierno llame nuevamente al diálogo, pensando seriamente una oferta que recomponga el salario docente, no docente y de investigadores universitarios”.
También anunció que el 30 de agosto se llevará a cabo una reunión del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) junto a todo el Frente Sindical Universitario y la Federación Universitaria Argentina. “Va a ser muy importante esa reunión, donde toda la comunidad universitaria se va a mostrar en pos del reclamo que tiene que ver con el presupuesto, el desfinanciamiento a travesdel ahogamiento de los salarios”, agregó.
Colegios preuniversitarios
Una vez más adhirieron los colegios dependientes de la UBA también. Teo Boruchowicz, presidente del centro de estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires, confirmó esto, así como lo hizo el propio establecimiento a través de su página web. “Todo el día de hoy y mañana. Con motivo de la completa adhesión de los gremios docentes y no docentes al paro, el colegio no va a estar en condiciones para abrir. Los estudiantes estamos junto a los docentes. Vamos a organizar actividades durante la semana, probablemente la semana que viene hagamos un banderazo en la puerta, porque los estudiantes estamos involucrados también”, aseguró.
El paso siguiente será otra marcha, luego de la masividad de aquella organizada el 23 de abril de este año, mediante la cual el Frente Sindical, en conjunto con la Federación Universitaria Argentina (FUA) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), plantean dar visibilización a la problemática del sistema universitario.
Previo al cierre de puertas de las facultades que se vivenció la semana pasada, el último paro de 48 horas se realizó el 4 y 5 de junio pasado. Además de reclamar un incremento presupuestario y mejoras de los sueldos, se exigió el reintegro del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), creado en 1998. Se trataba de transferencias de Nación a las provincias para mejorar los salarios docentes, pero el Gobierno entrante lo eliminó en enero de este año en el contexto de la puja con los gobernadores y el tratamiento de la ley ómnibus. La justificación para no prorrogarlo fue que los docentes no son nacionales, por lo que la plata deberá salir de cada provincia.
A esta medida la había precedido el paro del 23 de mayo, un mes después de la marcha. Y antes, incluso, la UBA se había declarado en emergencia presupuestaria por los recortes de fondos que implicó la asignación del presupuesto 2024, que se había establecido en el mismo monto que el de 2023. Finalmente, en el transcurso de estos meses se asignó un aumento del 270% para asegurar los gastos de mantenimiento, pero como no se tocaron los sueldos, los gremios docentes y no docentes se mantuvieron bajo la emergencia del presupuesto salarial.
Ahora el factor determinante del conflicto es que los aumentos salariales no queden por debajo de la inflación —que esen julio se unbicó en 4%— y que se recupere el poder adquisitivo perdido, especialmente durante los primeros meses del año, luego de un IPC de 25,5% en diciembre de 2023, tras la asunción de Javier Milei.
Capital Humano, que tiene bajo su órbita a la Secretaría de Educación, anunció la semana pasada, a través de un comunicado oficial firmado por Torrendell, tras el primer paro universitario del cuatrimestre: “Los salarios de la gestión de Alberto Fernández distaban mucho de lo correcto y eran sueldos sustentados en base a la emisión monetaria [...]. Hemos garantizado un aumento del 71% de los salarios, de diciembre a julio. En algunos meses, como mayo y julio, se superó incluso el índice de inflación, lo que demuestra la voluntad de ir recomponiendo el salario, en la medida de lo posible, además de haber asegurado los gastos de funcionamiento con un incremento de 270%”. También agregaron que es la intención seguir dialogando con todos los sectores, aunque por el momento sin perspectivas de subas a los sueldos.
Esto llevó también a qué la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) confirmara una nueva marcha en septiembre: la “Gran Marcha Federal Educativa”, en donde otra de las consignas será en contra de la declaración de le educación como un servicio esencial (para regular las huelgas docentes con la obligatoriedad de guardias en todas las instancias educativas obligatorias, que obtuvo media sanción de Diputados el jueves pasado), a la vez que continúa la exigencia por el pago del Fonid por parte del estado nacional.
Sobre Azcuénaga 1135, la Universidad Nacional de las Artes (UNA) ni siquiera presenta guardias de personal no docente. Sus puertas están cerradas con rejas en la entrada. No hay luces, pero sí un cartel negro que, en letras blancas, vuelve a asegurar, como en los otros casos, que sin salarios dignos no hay universidad.
En el Carlos Pellegrini, también sin movimiento docente, no docente o de alumnos, cuelga el mismo cartel. La UTE-Ctera, pegó uno propio en las rejas de la entrada: “Sin salarios dignos no hay educación de calidad”.
El Museo Etnográfico Juan Ambrosetti, en Moreno al 300, tampoco está abierto, ya que depende de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Y a la vuelta, la imagen se repite en el Colegio Nacional de Buenos Aires, preuniversitario, sobre Bolívar al 200, una vez más, cerrado con rejas y candado.
Además, los afiches en el edificio llaman a “asambleas, actos y ruidazos” en facultades o colegios, y anuncian paro para el 20, 21 y 22 de agosto. La Asociación Gremial Docente (AGD-CNBA), otro gremio docente, es la que prolongará la medida hasta el jueves. También pusieron información económica: inflación acumulada diciembre-junio: 125,5%; el aumento salarial del mismo período: 67,8%; la diferencia entre ambos: 57,7%, que representa el porcentaje de atraso salarial.
LA NACION contactó al Ministerio de Capital Humano y a la Secretaría de Educación pero, al momento de publicar esta nota, no obtuvo respuestas.
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