Paro docente: cómo impactó la medida de fuerza en la UBA y sus colegios preuniversitarios
Ya está previsto otro paro en las instituciones de nivel superior nacionales para el 10 y el 11 de este mes
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LA NACIONLucila Marin
A nivel universitario, la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu) y Conadu histórica, junto con el gremio docente de la UBA Asociación Gremial Docente (AGD), adhirió al paro docente convocado para este jueves 4 de abril por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera). Pero en la Universidad de Buenos Aires (UBA) la medida no se sintió, porque el sindicato mayoritario, Aduba, no se unió al cese de tareas, sino que acompaña la jornada de protesta con actividades. Según indicaron desde Ctera, el mayor impacto fue en los colegios preuniversitarios, donde se encuentran los docentes más afectados por el recorte del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), el principal foco de la protesta.
“El acatamiento es del 95% en los colegios preuniversitarios de la UBA”, indicó Marcelo Creta, secretario universitario de UTE-Ctera, en referencia al Colegio Nacional de Buenos Aires, la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, la Escuela de Educación Técnico Profesional en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria, la Escuela de Educación Técnica de Villa Lugano, el Instituto Libre de Segunda Enseñanza y el Colegio Preuniversitario Doctor Ramón Cereijo. LA NACION pudo constatar que, efectivamente, el Carlos Pellegrini estaba completamente vacío y cerrado.
“Los principales gremios de la UBA se sumaron a la jornada de protesta y también tuvo impacto en las universidades nacionales de Córdoba, San Juan y Rosario”, indicó Creta.
Con una inflación interanual de 287%, las universidades –al igual que tantas otras áreas del Estado– deben funcionar con el presupuesto 2023 prorrogado, dado que el presupuesto 2024 nunca se aprobó en el Congreso nacional. Con la intención de reducir el efecto del primer paro convocado para el pasado 14 de marzo, el Gobierno anunció un día antes un aumento del 70% que aplicaría a partir de marzo.
De las partidas que reciben cada mes las universidades, cerca de un 90% se destina al pago de salarios que se renegocian a través de paritarias. Mientras que el 10% restante representa los gastos de funcionamiento, que corresponden a todos los esenciales para mantener cuestiones básicas –luz, agua, limpieza, mantenimiento y erogaciones desde comprar una computadora hasta proveer papel higiénico– y permanecen congelados.
De cara al ciclo lectivo 2024, las universidades públicas implementaron diversas medidas para afrontar el recorte de fondos. En algunas, incluso, los alumnos cuentan que circula la versión de que las clases serán solo hasta mayo. Los rectores de las universidades públicas nacionales, y también el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires, ya informaron que no cuentan con los fondos para garantizar el normal funcionamiento de las instituciones. En algunas, incluso, los alumnos cuentan que circula la versión de que las clases serán solo hasta mayo.
El paro docente de hoy es la segunda medida de fuerza convocada por la Ctera desde el comienzo de las clases a finales de febrero, es decir, en menos de 40 días. Coincide con el 17° aniversario del asesinato de Carlos Fuentealba y reclama contra la eliminación del Fonid. “Representa un 10% de los salarios de las y los docentes de todos los niveles y es un reclamo fundamental de la docencia”, indicaron voceros de la Conadu.
“Denunciamos los ataques que estamos recibiendo en particular las universidades públicas del todo el país que nos encontramos en peligro de no poder seguir funcionando”, agregaron.
Hace instantes, empezó un banderazo de docentes y científicos de la UBA frente a la Facultad de Medicina, en Plaza Houssay, como parte de las actividades de protesta para visibilizar el reclamo. Con la misma intención, en la Facultad de Derecho hubo dictado de clases en las escalinatas, según difundieron alumnos en las redes sociales.
El próximo paro nacional universitario será el 10 y 11 de abril: anunciaron que impulsaran actividades también con estudiantes como clases públicas en defensa de las instituciones públicas de ese nivel. Luego convocarán, probablemente en la semana del 21 de abril, a una gran marcha federal educativa.
“Sin presupuesto destruyen la universidad pública y el sistema científico. Sin presupuesto destrozan nuestros salarios y tus becas. Sin presupuesto vienen por el arancelamiento y la privatización o el cierre. Sin presupuesto no hay condiciones para un cuatrimestre académico”, indicaban los carteles de la AGD pegados hoy en las paredes de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA.
Con una inflación acumulada desde diciembre a febrero del 71,33%, la propuesta del Gobierno en las paritarias docentes para febrero fue una actualización del 16%, seis puntos por encima de lo que marcaba la paritaria vigente. Para marzo ofrecieron un 12%, que fue rechazado por el Frente Sindical de Universidades Nacionales.
La semana pasada, la Universidad de Buenos Aires lanzó una campaña, que también copa las paredes de los edificios, bajo el lema “Cuidemos lo que funciona” y convocó a firmar un petitorio (https://forms.office.com/r/KpkJNmvvLt?origin=lprLink) rechazando el ajuste. Ayer, estudiantes realizaron un “Último Primer Día” simbólico denunciando un posible cierre del CBC, convocado por la Federación de la Universidad de Buenos Aires (FUBA).
“Los docentes nos dijeron que se adhieren al reclamo y a la jornada de protesta, pero están dando clases”, dijo a LA NACION Santiago Zabowsky, estudiante de segundo año de Diseño de Imágenes. “Ya nos advirtieron que nos nos asustemos si hay cambios. Es probable que el segundo cuatrimestre sea más virtual”, agregó.
En ese sentido, las instituciones recurren a diferentes estrategias para sobrevivir. La mayoría optó por recortes en limpieza y seguridad. En algunas, incluso, como la Universidad de Hurlingham, limitaron el máximo de materias para inscribirse en primera instancia y también suspendieron becas para apuntes o equipamiento.
Por Lucila Marin
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