Paro de colectivos y del tren Sarmiento: la desesperación de una madre que no puede volver a su casa desde ayer al mediodía
Amanda vive en Moreno y espera reencontrarse con sus hijos menores de edad, que quedaron al cuidado de su hermano mayor; “No doy más, quiero estar con ellos, acostarme y descansar”, expresó
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“Estoy harto, hermano, siempre nos cagan a nosotros, siempre”, se lamentaba Fabián Rívolo, que se bajó del tren en Constitución y hacía 40 minutos que esperaba un taxi en la puerta de la estación.
Él trabaja en un hotel en Palermo y el empleador le pagará el taxi al llegar, pero su compañero del turno noche lo está esperando y esto lo incomoda. “Pobre pibe, está laburando desde las 23 y está ahí clavado esperándome. Lo peor es que él tampoco sabe cómo va a volver a su casa. ¿A vos te parece que después de laburar toda la noche no sepas cómo volver a casa?”, le dijo Rivolo a LA NACION.
En Constitución se respiraba mal humor y resignación ante una nueva complicación con el transporte público. Esta vez, empresas de colectivos que ofrecen el servicio de corta y media distancia en el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA) impusieron una medida de fuerza a partir de las 16 de ayer y dejaron de operar. Y a este paro masivo de colectivos se le sumó el sorpresivo cese de tareas del ferrocarril Sarmiento, lo que generó caos y un profundo malestar en los alrededores de la estación de Once y tremendas complicaciones para los bonaerenses que necesitan llegar a Capital o moverse desde la zona oeste.
El enorme malestar que generó lo del Sarmiento y que generó miles de usuarios afectados, en las primeras horas de esta mañana se vio traducido en cortes de avenidas, daños a las estaciones del tren y en los numerosos testimonios de los afectados, que en algunos casos llevan casi 24 horas sin poder volver a sus hogares.
La sorpresa del Sarmiento
En la estación Once del tren Sarmiento, Irene González, de 50 años, aguardaba sobre Avenida Pueyrredón con la esperanza de que se levantara el paro del tren y reabriera la estación A su alrededor había, al menos, unas 60 personas en la misma situación. “Dicen que a las 10.30 va a llegar el primer tren, pero qué se yo”, se lamentaba González. Ella cuida a una “abuela” en Ramos Mejía y no tiene otra manera de llagar a su trabajo.
“La señora que cuido no se puede quedar sola, yo tendría que haber llegado a Ramos Mejía a las 7.30. Como eso no fue posible por el paro de colectivos y del Sarmiento, la hija de la señora tuvo que faltar a su trabajo. Y todos nosotros somos personas que no podemos permitirnos faltar. Esto es lamentable”, relataba González.
Más temprano, otra mujer había contado su drama. “Mi nombre es Amanda y soy cocinera. Laburo en Palermo y vivo en Moreno. Estoy afuera de mi casa desde ayer a las 13.30. Estuve toda la noche acá, con frío. Ellos sabían que iba a parar y se hicieron los boludos toda la noche y nos tuvieron acá”, graficó en diálogo con Radio Mitre una mujer que se vio impedida de regresar a su casa frente al paro de colectivos y del Sarmiento, que conecta la Ciudad con la zona oeste del conurbano.
“Ahora estamos cagados de frío, yo no doy más. Estoy con sueño, quiero estar con mis hijos, acostarme y descansar”, continuó Amanda. Y agregó: “Mis hijos tienen 2, 8 y 18 años. El más grande cuida a los más chiquitos. No comparto esto de romper cosas ni nada de esto, pero entiendo la impotencia de la gente. Cada uno tiene su lucha”.
Por último, manifestó su disconformidad con relación a las prestaciones que brinda el ferrocarril Sarmiento. “Siempre es así: se agarran de cualquier cosa para parar y para prestar un mal servicio. El servicio es un desastre”, sentenció.
Recién a las 10.15 las persianas metálicas de la estación de Once se levantaron y la enorme cantidad de personas que aguardaba afuera, en algunos casos hace horas, empezó a ingresar. Dentro de la estación los locales estaban cerrados y los pasajeros ingresaban por una puerta lateral a los andenes, sin pasar por los molinetes. A las 10.25 llegó el primer tren que partió hacia Moreno y de ese modo se restableció, en parte, el servicio.
Filas a la espera de un taxi
En la fila de taxis que se había formado en la puerta de Constitución, que era de, al menos, una cuadra, se encontraba Esmeralda, de 35 años, junto a su madre, Roxana, de 70, quienes prefirieron no dar su apellido. Roxana tenía el ojo derecho vendado y su visión del ojo izquierdo es casi nula, contaba Esmeralda. Ellas hace “40 o 50 minutos” que esperaban un taxi para ir al hospital Oftalmológico Santa Lucía, donde tienen un turno médico al que no podrán llegar a horario. “No sabemos si nos van a atender”, le dijo Esmeralda a LA NACION.
Tomando un café antes de ingresar a la estación se encontraba Fernando Román, de 41 años, quien hace el turno noche en una farmacia que funciona las 24 horas. Su guardia empezó a las 00 y terminó a las 6.30, pero en el trabajo no le pagan el taxi ante la falta de colectivos y tuvo que caminar alrededor de 45 cuadras hasta Constitución, lo que le demandó una hora de caminata luego de trabajar toda la madrugada.
“Yo ahora me voy a Lanús, el tren sale 8.40 recién. O sea que a mi casa voy a llegar a cualquier hora, estoy agotado. En este país todo está mal, todo al revés, y siempre la grapamos nosotros. Yo quiero ver si alguno de los políticos y sindicalistas labura como nosotros y les pasan las cosas que nos pasan a nosotros. Yo acá nunca me crucé un político esperando el bondi, eh”, decía mientras se calentaba las manos con el vaso de café.
Peajes, estacionamiento y bicicletas
Frente a la situación descrita, los peajes de los accesos a la ciudad de Buenos Aires, el estacionamiento medido en las calles del distrito y el sistema de bicicletas Ecobici del distrito serán gratuitos durante toda la jornada, informó el gobierno porteño.
También se indicó que se autoriza el estacionamiento general de vehículos en las avenidas de la Ciudad donde habitualmente se encuentra prohibido estacionar en días hábiles de 7 a 21, aunque se mantiene la restricción para estacionar en rampas, veredas, paradas de transporte público, sectores de carga y descarga, ochavas, reservas de estacionamiento para personas con discapacidad, ingreso a cocheras, pasajes y ciclovías.
Además, se podrá estacionar de manera gratuita en micro y macrocentro, así como en las calles en las que funcione el sistema de estacionamiento medido.
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