Pampa Roja. Las razones detrás del cierre del mejor restaurante argentino de 2018
La noticia sorprendió a muchísima gente, menos a sus dueños. Pampa Roja, que en 2018 fue elegido por la guía británica Luxury Travel Guide el mejor restaurante de la Argentina, anunció en sus redes sociales que cierra sus puertas.
"Nos vamos a vivir a España. Más precisamente a la Costa del Sol, en Marbella", le cuenta a LA NACION Florencia Borsani, cocinera y copropietaria del lugar junto a su pareja, el sommelier Mariano Braga.
Los dos nacieron hace 34 años. Ella en Carlos Casares, provincia de Buenos Aires. Él, en cambio, es porteño. Se conocieron hace dos décadas, a los 14, y nunca más se separaron. "Toda la vida juntos. Trabajando, proyectando y emprendiendo", resume Florencia.
El destino fue elegido por varias razones, pero la principal es el idioma. Sus hijos Mateo, de ocho años, y Felipe, de dos, esperan con ansiedad la llegada de Lola, programada para el próximo 29 de octubre. Después comenzarán todos los trámites para concretar la mudanza en el primer trimestre del año próximo. Con una ventaja: toda la familia tiene nacionalidad italiana, una llave más que importante para radicarse en algún país de la comunidad europea. "Pensamos en el futuro de ellos y en el nuestro. Veníamos desde hace un par de meses madurando un cambio de vida. Y terminamos de tomar la decisión ahora. Con este proyecto de seguir vinculados a la gastronomía, pero del otro lado del Atlántico."
Inquietos, desde el primer día que abrió Pampa Roja, un 16 de octubre de 2014, sabían que lo cerrarían cuando cumplieran la década, en busca de nuevos desafíos. Ese iba a ser el ciclo. Será algo antes, a los seis. De hecho, dentro de 11 días habrá una gran fiesta de despedida, donde ofrecerán una serie de seis cenas en la que se repasarán los platos emblemáticos de cada año.
El restaurante estuvo completamente cerrado desde el 20 de marzo al 5 de junio. Ese día lo habilitaron con el 50% de su capacidad y con el uso obligatorio de barbijos adentro del local. Pero a finales de agosto La Pampa retrocedió a la fase 1. Tres semanas después pudieron volver a abrir Pampa Roja. Siempre con los nuevos protocolos.
"Esta no es una decisión política. El hecho de pensar en mudarnos a otro país es consecuencia de una serie de factores que no solo tiene que ver con lo político. Sería ingrato llevarlo a ese aspecto porque hay un combo de situaciones por las que nos vamos", deja en claro Florencia. Y agrega: "En La Pampa estamos bien, con una buena calidad de vida. Y estaremos siempre agradecidos a esta provincia, que fue muy generosa con nosotros, que no somos pampeanos. Son decisiones de vida. Cosas que uno busca. Siempre tuvimos la oportunidad, gracias a Dios, de viajar, de conocer. Y eso también te moviliza a moverte. Quizás terminamos de tomar la decisión con todo lo que pasó este año y finalmente le pusimos fecha. Antes se venía hablando, pero sin tanta exactitud. Ahora le terminamos de dar forma."
Lejos de minimizar lo movilizante que es irse del país con tres hijos menores de edad, la cocinera comparte: "No es una decisión tirada de los pelos, ni de un día para otro. Acá tenemos una vida, que trasciende al restaurante. Tenemos familia y amigos. Y todo forma parte de la decisión que uno toma."
Pampa Roja, ubicado en Santa Rosa, en el número 65 de la calle Juan B. Justo, propuso a lo largo de estos años una cocina autóctona basada en materias primas nativas de la Patagonia Norte y trabajó con productores locales para obtener ingredientes, flora autóctona comestible y carnes salvajes. Además ofreció una multipremiada carta de vinos integrada por unas 150 etiquetas que incluyeron terruños pampeanos, como los que cultivan las locales Bodega del Desierto, Fincas de Duval o Finca Constantina, y de todas las regiones vitivinícolas de la Argentina y de países como Francia, Chile, España, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.
La sorpresa llegó hace dos años, cuando fue elegido por la guía británica Luxury Travel Guide como el mejor restaurante de la Argentina. "Claramente ese premio que nos otorgaron en 2018 fue súper importante y sobre todo un lindo reconocimiento a todo el trabajo que se venía haciendo. Es un orgullo gigantesco para nosotros haberlo recibido. Nuestra idea en España es abrir un emprendimiento propio", le cuenta con entusiasmo Florencia a LA NACION. Y amplía: "Allá iremos a hacer nuestro camino, con todo el back y toda la experiencia acumulada que nos servirá para poder aplicarla en otra parte del mundo. Hoy es España, quizás en unos años será en otro lado, porque somos bastante nómades. Nos gusta viajar. De lo que sí estamos seguros es que trabajaremos como lo veníamos haciendo. Poniéndole mucha garra, mucho cariño y mucha responsabilidad a lo que hacemos. Ojalá todo lo que pudimos hacer acá lo podamos replicar en otra parte."