Pablo Ferrara: "Las universidades compiten por los mejores jugadores, como en el fútbol"
A los 35 años es el primer profesor universitario argentino en China
Ciento por ciento producto de la educación pública argentina, Pablo Ferrara se convertirá en las próximas semanas en profesor titular de derecho internacional público en el Instituto del Derecho del Mar de la Universidad Xiamen, número 20 en su país y de nivel equiparable con Cornell University de Estados Unidos.
Egresado del Colegio Nacional de Buenos Aires y graduado con diploma de honor como abogado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Ferrara tiene 35 años de edad y ha realizado una amplia carrera académica y de investigación.
En la Universidad de Berkeley, obtuvo los títulos de doctor en derecho de la energía y derecho público internacional y magister en derecho internacional público con una de las más altas calificaciones: cum laude (sobresaliente). Habla cinco idiomas (inglés, francés, italiano, portugués y español) y ya comenzó a estudiar chino mandarín, que considera más sencillo que el holandés. Se convertirá en el primer argentino contratado de manera permanente en un cargo de profesor titular universitario en China.
Vivirá en Xiamen, a la que califica como una "ciudad intermedia", de 20 millones de habitantes, en el casco urbano frente a Taiwan. La universidad tiene 30.000 alumnos, más de 2000 profesores, una biblioteca de 4,6 millones de volúmenes y acuerdos de cooperación con más de 100 instituciones de educación superior en China y en el exterior.
-¿Cómo llega a ser elegido profesor en una universidad china?
-Me doctoré en la cuarta universidad del mundo y trabajé en Europa. Para ellos, tengo un valor agregado altísimo. No quiero hacer la comparación, pero el Barcelona y el Real Madrid contratan jugadores en función de sus antecedentes y de sus calidades como jugadores. Bueno, las universidades están empezando a hacer lo mismo. Están compitiendo por los mejores jugadores y, en gran medida, funciona casi como un mercado de fichajes.
-Son fichajes individuales, más allá del puesto que ocupe la universidad en la que se estudie.
-Exactamente. Por ejemplo, mi director de tesis David D. Caron (ex profesor en Berkeley y ex presidente de la Sociedad Americana de Derecho Internacional) actualmente es el decano de la Facultad de Derecho del Kings College, de Gran Bretaña. ¿Cómo llegó un miembro de la guardia costera a ser decano de una de las facultades más tradicionales británicas? Porque hubo un señor multimillonario que dejó 40 millones de libras esterlinas al Kings College a condición de que Caron fuera el nuevo decano.
-¿Qué cargo va a desempeñar en la universidad de Xiamen?
-Voy como profesor permanente de derecho internacional público en el ámbito de derecho del mar. Voy a dar clases y hacer investigaciones, fundamentalmente en lo que respecta al Mar de China, que es una zona altamente conflictiva.
-¿Cuánto tiempo se va a China?
-El contrato es permanente y me voy a ir lo que considere adecuado. El tiempo lo dirá. No me voy con una meta prefijada. El lugar es el que se maneja con relación a mí. Por ejemplo: la bahía de San Francisco es un lugar para vivir toda la vida. Y Groningen, en Holanda, (donde trabajó como investigador de la Sociedad Max Planck) está bien para pasar dos semestres.
-Más allá de sus calificaciones profesionales, ¿por qué cree que una universidad china puede estar interesada en contratar un profesor argentino?
-Porque para hacer buenos negocios es importante conocer las idiosincrasias.
-Usted es el único argentino y latinoamericano nombrado como profesor permanente en una universidad china, ¿tendrá colegas de otras nacionalidades en Xiamen?
-En el Instituto de Derecho del Mar hay una colega india que tiene rango de investigadora. Todos los demás profesores son chinos.
-¿Qué proyección profesional tendrá en China?
-Yo se lo pregunté al profesor Kuenchen Fu (con quien trató todo el período de concurso para alcanzar su puesto) y la respuesta fue que quiere que dentro de dos años esté a cargo de las investigaciones de cuestiones de derecho del mar y que sea particularmente un embajador para todas las cuestiones de América latina en la facultad.
-¿Qué le resultó atractivo para querer ser profesor en Xiamen?
-La posibilidad de dedicarme a la tarea de jurista y vivir de ello sin un límite que no sea mi capacidad. La universidad me promete proveerme de todo lo que yo necesite en la medida de mis necesidades. Si necesitamos comprar toda la biblioteca sobre derecho del mar del planeta, va a poner la plata.
-¿Económicamente le resulta atractivo trabajar en China?
-El costo de vida es 10 veces menor que el de Occidente. Una Coca-Cola en Estados Unidos sale un dólar. En China, sale 10 centavos de dólar. Mi sueldo no es exactamente el mismo de una universidad occidental, tampoco es mucho menor. Por mi cargo en el Reino Unido quizá cobraría 5000 libras esterlinas mensuales, pero el alquiler de una vivienda es altísimo y el costo de vida es ridículo. En cambio, me van a dar casa, cobertura médica, dinero alto y costo de vida bajo.
-¿Negocio redondo?
-Digno.
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