Oyarbide dijo que fue a Spartacus sin saber qué era
Aun cuando se proclamó "plenamente inocente" de todos los cargos en su contra y confesó sentirse "una especie de Río de la Plata" a raíz del escándalo que lo involucra, el cuestionado juez federal Norberto Oyarbide reconoció ayer que concurrió en "contadas ocasiones" al edificio en el que, hasta el viernes último, funcionaba el club Spartacus, aunque aseguró que desconocía que en ese lugar se realizaran ofertas sexuales de tipo homosexual.
Anoche, en el programa "Bajo palabra", que conduce Joaquín Morales Solá en Canal 9, el controvertido magistrado, que hoy deberá comparecer ante la Comisión de Juicio Político, afirmó que conocía a Luciano Garbellano desde hace dos años y que lo visitaba en el tercer piso del edificio de Agüero 1916, a sabiendas de que se trataba del domicilio del joven.
Ante las cámaras de TV, Oyarbide desmintió ser un juez presionado o influido por el Gobierno y acusó en forma velada a la prensa de hostigarlo al presentar su fuerte vínculo con la Policía Federal como una relación que "atenta contra la transparencia en la administración de justicia".
En tren de desmentida
El programa de Morales Solá sirvió anoche como aperitivo de la presentación de Oyarbide ante los integrantes de la Comisión de Juicio Político, instancia que rescató como "legítima y ponderable para ejercer mi derecho de poder y exigir expresarme y decir mi verdad".
Y en una confesión ambigua -durante varios pasajes del programa resaltó que los detalles los dará hoy ante los legisladores- reconoció su relación con Luciano Garbellano:"Lo conocí hace dos años, en un acontecimiento social, en el que dialogamos circunstancialmente. Con una personalidad atractiva, graciosa y que me pareció inteligente, este señor me transmitió ciertas inquietudes del espacio teatral".
Entonces, afirmó que concurrió "en contadas ocasiones" al edificio en el que funcionaba el club Spartacus: "Yo iba sin saber de qué se trataba y las pocas veces que fui no advertí que en ese sitio se desarrollara la actividad que dicen. Yo sólo sabía que en el tercer piso vivía Garbellano y que allí recibía a sus amistades".
Al referirse a las causas en su contra, Oyarbide dijo sentirse "muy inquieto y preocupado" porque desconoce los elementos que sustentan la denuncia por amenazas que en su contra formuló el adicionista argelino del restaurante El Mirasol, Zineddine Rachem: "Sobre mi presunta amenaza a Zinno, aún no logro obtener los elementos que obran en la Cámara del Crimen y en los que se basa el tema sobre el que debo referirme en el Congreso. No pude leer la acusación."
También respondió a las acusaciones de llevar un tren de vida que no se condice con su sueldo judicial:"Quedé alelado, es una infamia total. Vivo con mi madre en un departamento de tres ambientes. Soy soltero y tengo un dinero ahorrado en mis 25 años en la Justicia. Pero no tengo cuentas bancarias, ni cuadros de 200.000 dólares y ni siquiera auto. Sólo sé conducir bicicletas."
Por último, eludió responder si el caso que lo involucra es producto de una operación política:"Aparecen algunos nombres, no sé si es una mera coincidencia. Voy a responder todo eso ante los diputados", respondió, como una letanía.