Histórico: por primera vez, dos mujeres llegaron a la comisión directiva de CUBA, uno de los clubes más tradicionales de la ciudad
La capitana y la subcapitana del equipo de hockey se convirtieron en las primeras en integrar la cúpula de la centenaria institución; en junio, se aprobó el ingreso de las socias a la sede Viamonte
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Lucía García Fernández y María Mercedes Casás, dirigentes de la capitanía de hockey del Club Universitario de Buenos Aires (CUBA), se convirtieron ayer a la noche en las primeras dos mujeres en integrar su comisión directiva, inaugurando un nuevo capítulo de la modernización de una de las instituciones más tradicionales de la Capital.
Fue el 9 de mayo de 1996 cuando José Osvaldo Casás, padre de Mercedes, hizo la primera presentación al centenario club para la plena inserción de la mujeres. “Soy consciente de que la tarea no es sencilla, se requiere una nueva manera de pensar que valore a la mujer en su dignidad, abandonando la asignación de errores estereotipados para la misma”, planteó el socio vitalicio en la petición dirigida a la comisión directiva del CUBA.
“Solo espero que a las puertas del Tercer Milenio las mujeres universitarias puedan encontrar reconocimiento y justicia como socias activas de nuestro querido club, y que las que conserven la categoría de adherentes puedan sortear las prácticas y usos restrictivos que se intentan remover”, cerró en el escrito de 47 páginas el abogado que, dos años después, fue designado ministro del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la ciudad de Buenos Aires.
La comisión directiva del CUBA consideró entonces que carecían de atribuciones para aceptarlas en el marco del estatuto “que fue concebido y redactado para regular una asociación de universitarios varones”. Después llegaría la apelación de Casás, que declararían improcedente.
Recién 22 años después las mujeres lo consiguieron, en la asamblea histórica del 5 de noviembre de 2018, en la que el 73% de los socios votó a favor de que las mujeres pudieran ser socias plenas, sin importar su estado civil ni filiación. Mercedes, a quien todos en el CUBA conocen como “Mechi”, fue una de las que encabezó ese proceso de cambio con la esperanza de que el club diera ese gran paso.
Y ayer, finalmente, los 53 presentes en otra asamblea ordinaria en la que se renovaron autoridades votaron a favor de la lista única que incluía como uno de los cinco nuevos miembros el nombre de María Mercedes Casás, que será por un año vocal suplente. También ingresó Lucía García Fernández, “Luchi”, como revisora de cuentas suplente por el mismo plazo. Luego, la nueva comisión directiva –que cuenta con un total de 18 miembros– eligió por unanimidad como presidente a Federico Cicardo, que reemplaza a Juan Benedit.
Ambas contaban con cinco años como socias, uno de los requisitos para ser integrante de la comisión directiva. Y hace años integran la dirigencia de hockey. Hoy, García Fernández es capitana y Casás subcapitana. En el club resaltaron que este nuevo paso fue parte de un proceso que se dio de manera “natural”. Actualmente, las mujeres representan el 35% del total de socios. Muchas prefirieron seguir como asociadas, la mayoría por una cuestión de costos, dado que la cuota es más barata. Sin embargo, a partir de la reforma del estatuto en 2018, no puede haber nuevas asociadas y la condición de las mujeres es exactamente la misma que la de los varones.
Otro hito
Este año consiguieron también que el club CUBA diera, quizás, el paso más significativo de sus más de 100 años de historia: que las mujeres puedan hacer uso pleno de las instalaciones de su emblemática sede de la calle Viamonte.
Aunque suene anacrónico, las mujeres solo podían ingresar para participar de actividades “sociales y culturales”, mientras que únicamente los hombres podían acceder a los espacios deportivos. Como se dijo, ellas ya son socias plenas desde 2018, cuando se aprobó su ingreso en todas las sedes. En ese momento, era también Cicardo quien presidía la institución. Pero el acceso a Viamonte había quedado sujeto a la aprobación de un plan de obras para poder convertirse en mixta, según fue plasmado en aquella reforma del estatuto interno.
El estatuto equiparó las condiciones y estableció pasos asertivos, pero no temporales, para que todos los socios independientemente del género pudieran asistir al club en igualdad de condiciones. Solo seis años después y tras varias reuniones informativas, por 768 votos positivos contra 216 negativos, el 12 de agosto pasado finalmente se aprobó la reforma edilicia y los fondos necesarios para concretar el uso común de la sede central. Las obras permitirán que ellas tengan su propio vestuario, requisito para que puedan realizar deportes en Viamonte.
El CUBA proyectó invertir $100 millones para la reforma. El 17 de octubre finalizaron la primera etapa, en la cual se adecuaron los dos baños para mujeres. A partir de ayer, ellas quedarán habilitadas para usar los espacios deportivos para judo, taekwondo, aikido, esgrima, yoga, pelota y squash, además del bar de cadetes y de mayores.
En cambio, deberán esperar para las actividades que requieren el uso de vestuarios. Hasta que no finalicen las obras necesarias, que estiman no será antes de fines de año, no podrán acceder al gimnasio de pesas, el sector para clases de gimnasia, la sala de box y la cancha de parquet.
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