Otro argentino viajó a Nigeria con el joven secuestrado, pero se volvió: "Es un mundo aparte"
Agustín es uno de los tres ingenieros agrónomos convocados por una empresa africana para trabajar en Kontagora, donde Santiago López, de 28 años, fue raptado por un grupo de hombres armados
Agustín y Marcelo podrían haber estado en los campos nigerianos donde fue secuestrado su compañero de la facultad de Agronomía de la UBA, Santiago López Menéndez. Pero hace un año, después de viajar a Nigeria para evaluar una propuesta de trabajo, decidieron volver a la Argentina. Santiago, en cambio, quiso quedarse, empujado por la situación laboral que atraviesan los ingenieros agrónomos en el país, y tentado por el desafío de trabajar en un campo –literalmente- tan lejano como distinto.
En febrero del año pasado, una empresa argentina los puso en contacto con la compañía de alimentos Flour Mills que trabaja campos para producción en Nigeria. Les ofrecieron trasladarlos a la localidad de Kontagora para conocer las condiciones de vida y de trabajo que podrían tener si aceptaban trabajar con ellos. Sólo buscaban ocupar un puesto, pero les propusieron viajar a los tres. Santiago fue el mejor predispuesto para quedarse en Nigeria desde un principio. Agustín y Marcelo, en cambio, estaban más reticentes. Permanecieron en África durante diez días.
Lagos es una ciudad infernal llena de gente, pero en el interior es todo pobre. En cinco o seis horas de ruta de asfalto pensás que es como la peor ruta de la Argentina, y eso que las rutas de acá no están bien. Se veían aldeas con casitas de adobe y paja y gente que está mal, desnutrida
La empresa africana evaluó la situación de los tres argentinos y seleccionó a Santiago. Le propuso firmar un contrato por dos años para que los ayudara a mejorar el rendimiento de la producción de maíz, soja y mandioca. El trabajo consistiría en ayudar al manager del campo para aportar conocimientos de agricultura. La expertise de los ingenieros agrónomos argentinos es muy valorada en el exterior.
Agustín quedó impactado por la situación que presenció en Nigeria. "Es un mundo aparte", cuenta desde Buenos Aires. "Santiago se quiso quedar porque irse para allá era un desafío, y como acá el campo está complicado, era una tentación. Además a nivel agronómico es interesante. Pero después es la nada misma. Lagos es una ciudad infernal llena de gente, pero en el interior es todo pobre. En cinco o seis horas de ruta de asfalto pensás que es como la peor ruta de la Argentina, y eso que las rutas de acá no están bien. Se veían aldeas con casitas de adobe y paja y gente que está mal, desnutrida", relató el colega de Santiago en diálogo con LA NACION. Los jóvenes se conocían de la facultad, pero afianzaron su vínculo en el viaje.
Tras la oferta de Flour Mills, Santiago le propuso a su novia, Alejandra Perkins, quedarse a vivir con él en Nigeria. Ella aceptó. Se instalaron. En cambio, Agustín y Marcelo regresaron a la Argentina.
Esto parece que fue un caso aislado de estos grupos nómades islámicos
"La gente del lugar está muy mal. Se nota que no comen proteína. En la cosecha, atrás de las máquinas, ves a 500 personas que barren con una escoba para llenar una sola taza de soja, y esa es su única fuente de proteína. No hay un solo animal", relata Agustín.
El campo donde trabaja Santiago es un lugar "seguro", según su colega. "La gente ahí trabaja hace ocho años y nunca tuvieron un problema. Nos sentíamos seguros. La gente es pacífica, hay desnutrición y falta de educación, pero son tranquilos. La empresa tiene mucho personal contratado. Esto parece que fue un caso aislado de estos grupos nómades islámicos", contó, y se mostró confiado sobre la situación de Santiago. "Ahora la empresa se está ocupando y están confiados en que va a aparecer bien", dijo.