Otra denuncia contra el sanatorio de Berazategui: le sacaron la vesícula en lugar de desobstruirle el píloro y murió
Hace una semana, allí le amputaron la pierna equivocada a una mujer que sufría necrosis a causa de la diabetes, en el Nuevo Sanatorio de Berazategui. Hoy se conoció una nueva denuncia contra la misma clínica: los familiares de Teresa Angilletta, de 71 años, denuncian que la mujer falleció luego de ser operada de un órgano sano. Entró al quirófano con una orden de operación del píloro y, en lugar de desobstruirle ese conducto que comunica el estómago con el duodeno, le sacaron la vesícula.
La denuncia fue presentada por la familia, junto con su abogada Paola Stekloff, ante la Fiscalía descentralizada de Berazategui N°7, que es la misma que interviene en el caso de la amputación de la pierna equivocada. Según afirmó la letrada, se espera que mañana se realicen distintas medidas de prueba, como el secuestro de la historia clínica, entre otras cosas. La familia denunció por homicidio culposo en ejercicio de la profesión al médico que la operó, Fernando Javier Palladino, cirujano del sanatorio y a todo su equipo quirúrgico. Según la abogada, está investigando otras ocho denuncias por mala praxis contra el mismo médico que se conocieron a partir del caso de la amputación de Magdalena Leguizamón, aunque todavía estas no llegaron a instancia judicial.
LA NACION intentó comunicarse con la administración de la clínica denunciada para que hicieran su descargo, pero los responsables del sanatorio no respondieron las llamadas. En las redes sociales circulan páginas en las que pacientes y vecinos reclaman el cierre de la clínica y de otros establecimientos de la misma administración. A raíz de la difusión que tuvo el caso esta última semana, otras familias habrían decidido impulsar sus denuncias en la justicia.
Según surge del relato de los familiares de Teresa Angilletta presentes en la sala de espera del quirófano, el 30 de abril último la paciente ingresó al quirógrafo para ser operada de una obstrucción en el píloro que le generaba malestar desde enero. Después de consultar a distintos médicos de PAMI, se llegó al diagnóstico de la obstrucción del conducto y el 20 de abril la mujer se entrevistó con el cirujano para coordinar la operación. Fue acompañada por su hija y allí Palladino, según relata la familia, le indicó que debía conseguir que PAMI le proveyera suturas mecánicas para la cirugía.
Diez días después, ingresó al quirófano y fue operada. Al concluir la intervención, siempre según los familiares, Palladino salió a la sala de espera y habría preguntado quiénes eran los familiares de la paciente operada de vesícula. Las hijas de Angilletta no respondían, a pesar de que eran los únicos en la sala de espera, hasta que una de ellas le dijo que su madre estaba siendo operada del píloro. "El médico puso cara de confundido, les pidió que esperaran allí y volvió al quirófano. Teresa ya había despertado, porque la sedación había sido suave, ya que la operaron por laparoscopía. Entonces, sin consultar a la familia ni realizar más estudios, el médico Palladino decidió volver a anestesiarla y operarla del píloro", apunta Stekloff, la abogada de la familia.
Tres horas después, reapareció en la sala de espera y anunció que la operación había salido bien. En los días siguientes (se suponía que iba a estar internada unos 20 días), la paciente no tuvo la evolución esperada. Según relata la familia, Palladino decidió realizar una tercera cirugía exploratoria en el píloro, que no es una operación por laparoscopía sino a estómago abierto. Según les habría explicado a los familiares, por carecer de los clips que se utilizan para la sutura mecánica, cuando la operó habría tenido que realizar una sutura manual. Y temía que algún punto se hubiera abierto.
Pero, al explorar a la paciente, mediante una endoscopía y una ecografía, encontró que el píloro estaba desobstruido y en buenas condiciones. Sin embargo, Teresa no volvió a recuperar la conciencia después de esa intervención y dos días después, el 22 de mayo último, falleció como consecuencia de una septicemia generalizada. Una de las suturas hechas en el conducto biliar en la operación de vesícula se habría abierto y eso hizo que se derramara bilis dentro del cuerpo, lo que le habría causado la muerte.