Ordenaron un peritaje para determinar las causas del accidente del avión que cayó en un pantano del río Paraná
Estuvo desaparecido por 26 días; hubo tres muertos; la jueza Arroyo Salgado encargó un informe para saber si fue una falla humana o mecánica o una combinación de ambas
Error humano, falla mecánica o una combinación de ambos. Para determinar las causas que provocaron el accidente del avión Mitsubishi matrícula LV-MCV, que cayó en un pantano del río Paraná, en la zona del Delta, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado ordenó un peritaje interdisciplinario hecho por especialistas de la Fuerza Aérea, la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y peritos de parte.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales a 4 meses del hallazgo . Además, la semana pasada los dos motores de la aeronave, que había tenido trabajos de mantenimiento en noviembre de 2016, fueron enviados a los Estados Unidos para que sean sometidos a un análisis de los fabricantes.
En la causa judicial, según agregaron los voceros consultados, está acreditado que las tres víctimas, el pilioto Matías Ronzano, el copiloto Emanuel Vega y el pasajero Matías Aristi, murieron en el momento del impacto.
"Las víctimas sufrieron politraumatismos severos graves. No existió sobrevida", explicaron fuentes con acceso al expediente.
En un primer momento, los detectives judiciales a cargo de la pesquisa no descartaron ninguna hipótesis. Pero con el paso de los días y después del hallazgo de los restos del avión la principal línea de investigación es que el avión cayó en el río Paraná como consecuencia de un accidente.
"En el expediente nada surge sobre una vinculación con el narcotráfico u otro móvil con el crimen organizado. También se descartó, como se especuló en un primer momento, la presencia de un cuarto pasajero no declarado. Los patrones genéticos hallados en los restos del avión corresponden a los ADN de Aristi, Vega y Ronzano. No se encontró otro ADN", afirmaron calificadas fuentes judiciales.
El avión, propiedad de la familia Aristi, salió del aeropuerto de San Fernando a las 14.24 del 24 de julio pasado con destino a Las Lomitas, en Formosa. "Cuando cayó en la zona del Delta no había hecho un gran trayecto. Había despegado más tarde de lo previsto por las malas condiciones climáticas. Todo hace suponer que el accidente ocurrió cuando el piloto comenzaba con las maniobras para volver al aeropuerto de San Fernando", agregaron las fuentes consultadas.
La causa, que está caratulada como averiguación de delito, ya tiene más de 25 cuerpos. La jueza Arroyo Salgado y el secretario penal Martín Poderti tomaron intervención a las 21.40 de ese 24 de julio cuando la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) judicializó la desaparición del avión. La búsqueda ya había empezado
Además del peritaje interdisciplinario que solicitó Arroyo Salgado, la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (Jiaac), que depende del Ministerio de Transporte de la Nación, debe presentar su informe hecho por expertos para determinar las causas que provocaron la caída del avión y recomendaciones para evitar accidentes similares.
Los restos de la aeronave fueron hallados el 19 de agosto pasado. Los cuerpos fueron encontrados días después. "Si bien la autopsia determinó que las víctimas murieron en el acto, no se descarta una investigación para determinar si hubo una demora en dar aviso a la Justicia", afirmó una calificada fuente judicial.
Durante los días en que era un misterio qué había pasado con el avión, la jueza Arroyo Salgado se reunió periódicamente con los familiares y sus abogados para entregarle información sobre las tareas de la búsqueda.
Según publicó LA NACION dos semanas antes del hallazgo de los restos de la aeronave, a Ronzano de 30 años, le habían salido una serie de vuelos con la familia Aristi, con la que trabajaba desde abril pasado a través de la empresa Aibal Servicios Agropecuarios, y enseguida invitó a su amigo Vega, de 25. Lo suelen hacer: como pilotos jóvenes, sumar horas de vuelo es una necesidad para progresar.
El primero de esos vuelos fue el domingo 23 de julio pasado a Mendoza, donde los Aristi son propietarios de la bodega Melipal. Ahí lo llevaron a Ignacio Aristi, dueño del avión bimotor turbohélice Mitsubishi que Ronzano piloteaba. Los dos volvieron a Lincoln. Al día siguiente los esperaba un vuelo a San Fernando y luego hacia Las Lomitas, Formosa, donde Matías Aristi, de 37 años, uno de los cinco hijos de Ignacio, administraba campos. Ese mismo domingo, Matías Aristi se subió a la camioneta con su esposa y sus tres hijos -de seis y cuatro años, y ocho meses- y los llevó desde Bragado hasta la casa de sus suegros en Buenos Aires para pasar unos días de vacaciones. Su esposa lo llevó el lunes a San Fernando, donde Aristi se encontró con los dos pilotos. Pocas horas después los tres murieron abruptamente.
En la causa declaró como testigo un piloto que capacitó a Ronzano y sostuvo: "Había respondido bien a las distintas situaciones planteadas en los simulacro".
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