Ola de calor: qué son los refugios climáticos y cómo es el estudio de medición de temperatura que permite planificarlos
El proyecto, que se lleva adelante en Córdoba, tiene como objetivo hacer mediciones de forma simultánea en distintos puntos de la provincia
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CÓRDOBA.– En medio de la ola de calor que afecta a buena parte de la Argentina, en Córdoba se realizará la segunda “termometreada”, una iniciativa en el marco del proyecto “Ciencia Ciudadana para formar parte de la Transformación”.
El objetivo es medir la temperatura de forma simultánea en distintos puntos de la provincia para analizar las diferencias entre espacios con distintos grados de urbanización y de presencia (o no) de zonas verdes. Trabajos internacionales muestran que la brecha puede ser de entre 8 y 10 grados. Los datos recogidos y analizados sirven como base para planificar, por ejemplo, “refugios climáticos”.
La Municipalidad de Rosario instrumentó los refugios climáticos para este verano. En CABA, en marzo del 2023 el Jardín Botánico Carlos Thays, del barrio de Palermo, fue seleccionado como el primero porque tanto en su interior como en sus veredas tiene, en promedio, 4,8 grados menos que la de sus alrededores.
En el país existe la Red Argentina de Municipios contra el Cambio Climático (Ramcc), una coalición de 286 ciudades y comunas de la Argentina que buscan mejorar su respuesta frente a la crisis climática a través de medidas de mitigación, adaptación y acceso universal a energía segura.
BRUTALES ANOMALÍAS | A inicios de la otra semana, el centro de Argentina 🇦🇷 espera temperaturas de más de 15 grados por encima de lo normal. Brutal. Cuán por encima de lo normal va a estar el 🌡️ en tu lugar de acá hasta el MIE 7 de febrero. Mirá👇#OlaDeCalor#Verano2024 pic.twitter.com/5wypr6fmBJ
— Alpio Costa (@AlpioCosta) January 28, 2024
La actividad en Córdoba es organizada por la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el Conicet, y cuenta con el apoyo de Cadena 3. Marcelo García, docente de la facultad y coordinador del proyecto, explicó a LA NACION que la iniciativa es “inédita” para la Argentina.
“La primera que realizamos y en la que recibimos 500 datos nos mostró que hay que trabajar mucho para contar con datos de calidad. Sirvió también para que se acerquen equipos de investigación, instituciones”.
En Córdoba, hay unas diez estaciones oficiales de medición de temperatura, pero en temáticas como la temperatura, donde puede haber mucha variabilidad, es “clave” sumar más fuentes de información.
Por ejemplo, en Villa Carlos Paz hace tres años que, también con Ciencia Ciudadana, se trabaja en el proyecto Matteo con eje en las lluvias. “Los relevamientos que hacemos con la participación de la comunidad le sirven a la Municipalidad para enviar a las máquinas a las zonas donde más agua cayó –precisa García–. Lo importante es que la gente perciba que su involucramiento les es útil, que redunda en mejoras para su vida”.
El registro de datos es una “actividad co-creativa del conocimiento”, explica, que es transferido a la gestión para el desarrollo de políticas públicas. García ratifica que la participación de la comunidad cobra importancia en procesos físicos que tienen gran variabilidad espacial y temporal, como es el caso de la temperatura o de las lluvias.
En la primera “termometreada”, en la ciudad de Córdoba hubo diferencia de hasta 4,8 grados; de 3,1 grados en San Francisco; 6,5 grados en Río Cuarto o 5 grados en Alta Gracia. “A partir de la densidad de datos recogidos en ese día, que fue particular porque estaba fresco, se puede mejorar mucho”, detalla García.
Isla de calor
El arquitecto Edgardo Suárez, director del Instituto de Sustentabilidad Edilicia del Colegio de Arquitectos de Córdoba, es autor del trabajo “Microclimas urbanos. Isla de calor en Córdoba” en el que, en función de datos recogidos desde 1990 (fue la primera “isla de calor” medida en América del Sur), logró una serie de conclusiones respecto del comportamiento micro-climático: hay un área de máximo calentamiento –coincidente con el 75% del área central y barrio Alberdi– que aparece asociada a la alta densidad edilicia y baja o nula presencia de verde. Hay una directa, casi lineal correspondencia, entre el aumento de la temperatura y la densidad promedio del sector, señala. La detección de “reservorios de aire frío” es alrededor de lagos urbanos y hasta 15 metros hacia cada lado del río que atraviesa la ciudad.
Con los aportes de los ciudadanos, se logra más densidad y exactitud. La información que se genera con estas acciones es clave, por ejemplo, para la localización de refugios climáticos que proporcionen condiciones de confort térmico, en especial para la población más vulnerable.
García menciona que en los barrios Villa Páez, Alberdi, y Marechal, donde ya vienen trabajando el tema, en los centros de atención de salud ya se le recomienda a la población la búsqueda de lugares que “actúen como refugios climáticos para que el organismo esté mejor”. Advierte que se trata de vecinos de “zonas urbanas, con pocos servicios, con techos de chapas, donde la temperatura puede llegar a casi 50 grados”.
La Municipalidad de Rosario, a través de la Secretaría de Ambiente y Espacio Público, puso en marcha este año estos refugios; son espacios ubicados en dependencias públicas y privadas, que ofrecen asilo temporal a personas, de manera gratuita, ante olas de calor. Se trata de una red de 20 puntos situados en las principales islas de calor urbano.
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