Odisea en Constitución: pernoctes y largas filas a la espera de que aparezca a último momento un lugar para ir a la costa en tren
Los pasajes cuestan hasta cinco veces menos que en ómnibus, pero es casi imposible conseguir uno; cuando una plaza ya vendida no se confirma, se vuelve a ofrecer
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Son las 8 de la mañana. La terminal ferroviaria Plaza Constitución está repleta de gente. Algunos pasajeros llevan maletines; otros, bolsos, y algunos desfilan con sus valijas. En el ala izquierda de la estación hay un sector cerrado donde está la boletería de pasajes de larga distancia, con un banner en la entrada que indica que los pasajes de Buenos Aires a Mar del Plata y a Pinamar para febrero están agotados.
Ana, una señora de 64 años, y Marcela, de 65, están sentadas en unos asientos de plástico. En el piso, junto a ellas, llevan dos bolsos de tamaño mediano. Hace más de doce horas que las jubiladas esperan una oportunidad para poder salir de vacaciones.
“Estamos desde las 20 de ayer esperando a ver si se liberan dos asientos para que podamos viajar. A las 6:22 de la mañana salió un tren directo hacia Mar del Plata, pero supuestamente ningún pasajero había cancelado, así que no pudimos subirnos. Lo mismo pasó con el que salió ayer a las 23.30”, cuenta Ana.
Las dos amigas están intentando sacar pasajes hace un mes, pero –según describen– cada vez que se metían en la página web no lograban su objetivo porque para todas las fechas el sistema indicaba que no había disponibilidad.
“El taxi hasta acá nos costó $3000, más caro que el pasaje hasta la costa. No podemos estar yendo y viendo a cada rato a ver si se desocupa un lugar o no. No puede ser que todos los trenes vayan llenos y que no haya disponibilidad para las próximas semanas”, remarca Marcela, indignada.
La gente especula con poder subir a los trenes porque hay muchos pasajeros que compran el boleto, pero luego no confirman el viaje. Por lo tanto, el sistema vuelve a poner a la venta esos tickets.
Sucede que, a raíz de la alta demanda para viajar en tren de larga distancia durante el verano, la empresa Trenes Argentinos puso en marcha desde diciembre un sistema obligatorio de confirmación de pasajes.
Según informó una empleada de la empresa a LA NACION, las personas que hayan reservado un ticket deberán reconfirmar la compra con un trámite que se podrá hacer entre 24 y 72 horas antes del inicio del recorrido llamando al 0800-222-8736, en boleterías o descargando la aplicación Confirmá tu viaje, que está disponible para Android y IOS.
Si no se realizó el trámite, 24 horas antes de la salida del tren, el boleto queda disponible en la página web y en ventanilla. Cabe remarcar que las personas que perdieron su pasaje pueden pedir un reembolso del 70%.
Nancy Rodríguez y su hija Ludmila, de 20 años, llegaron desde Banfield. Estuvieron 15 días intentando conseguir pasajes. Finalmente lo consiguió Ludmila el domingo pasado, a las 6, mediante la plataforma Trenes Argentinos, después de múltiples intentos. “Solo pasaje de ida, no hay vuelta en esta modalidad, y tiene que ser por computadora y no por celular porque, si encontrás lugar, cuando querés comprarlo se traba en la última instancia y al volver a intentar ya se vendió”, comenta Nancy, quien aguarda a embarcar en el tren de las 17.10.
Un ticket sale entre $1615,50 y $1935, hasta cinco veces menos de lo que cuesta un viaje en ómnibus de larga distancia. Para muchas personas, conseguir un boleto en tren es la única manera de poder veranear o no este año.
“Es una locura que nunca se pueda conseguir un ticket para poder viajar. Nosotros estamos desde noviembre buscando pasajes. Nos metimos en el portal web a la mañana, a la tarde y a la noche para conseguir, y nada”, se queja Romina López, que está haciendo la fila en la boletería junto a su pareja Martín Fernández.
“Un amigo me dijo que me arme la valija y me venga directo a Constitución para ver si acá se liberaba algún asiento. Él hizo eso y logró viajar. Desde las 6 que estamos esperando, hay mucha gente en la misma”, asegura Martín, de Berazategui.
Nelly Di Lorenzo, de 74 años, espera sentada junto a su nieto Federico, de 6. Ella tiene una valija frente a sus piernas y el niño, una pequeña mochila. “Mi hija fue a comprarme un café y algo para que el nene coma, porque llegamos alrededor de las 4.30 para ver si alguna persona no confirmó que va a viajar y nos podemos subir”, explica la señora, que espera desde noviembre para disfrutar de la playa junto a su familia.
“Nosotros no tenemos auto para ir a la costa y el pasaje en bus es muy caro. La única posibilidad de veranear es de esta manera, porque los boletos son muy económicos. El problema es que nunca hay oferta y sí mucha demanda”, dice Nelly, mientras se vuelve a acomodar en su asiento, donde se instaló hace cinco horas.
Hay solo dos ventanillas habilitadas a las que la gente se acerca constantemente a preguntar por tickets. En los vidrios hay carteles que advierten la falta de boletos hasta marzo.
Silvana, de 44 años, espera junto a su pareja, Francisco, y su hija. La menor está recostada sobre dos bolsos de gran tamaño. Compraron los boletos en noviembre, cuando se habilitó la venta de pasajes a larga distancia para la temporada de verano.
“A nosotros nos pasó el año pasado de venir día por medio a ver si nos podíamos subir a un tren. Hasta que lo conseguís puede ser muy cansador. Por eso este año nos anticipamos. Los pasajes vuelan porque son muy accesibles”, dice Francisco.
“Es de no creer que los trenes vayan todos repletos de gente, no pueden estar todos los asientos ocupados. Algo raro hay, tiene que solucionarlo de alguna manera porque los que no tenemos auto o plata para pagar el bus nos perdemos esta oportunidad para viajar y disfrutar de las vacaciones en familia”, denuncia un hombre que hoy pudo sacar un pasaje para el 13 de marzo.
LA NACION consultó en ventanilla cuáles eran las próximas fechas disponibles para viajar y los tickets más cercanos son para el 14 de marzo. La única opción que aconsejaron para viajar en los próximos días es presentarse tres días antes de la fecha en la que uno quiere viajar a las 6 de la mañana o consultar en la página web para ver si se habilitó algún asiento.
Son las 11 de la mañana y algunas personas todavía esperan sentadas o paradas. También están quienes se marchan cansados y sin haber cumplido su objetivo, mientras otros llegan con la esperanza de poder subirse a un tren y ver el mar este verano.
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