"Nunca manejé dinero de Menem"
El banquero asegura que hubo una maniobra para perjudicarlo y para culparlo por la caída del Banco Mendoza
"Fui un perseguido por motivos políticos y judiciales", dijo Raúl Moneta, director del grupo de medios CEI y apodado como el banquero del menemismo, durante una entrevista exclusiva con La Nación .
A pesar de que estuvo prófugo de la Justicia durante seis meses -el dice "ausente, porque ejercí mi derecho de defensa"- no se lo ve anímicamente vencido. Sí mucho más delgado, pero seguro y dispuesto a recuperar terreno y a continuar con el CEI en el negocio de los medios.
Luego de que la semana última la Corte Suprema de Justicia le quitó la causa al juez de Mendoza Luis Leiva y se la entregó a su par porteño Gustavo Literas -algo por lo que sus abogados, Alfredo Iribarren y Alejandro Mitchell bregaron durante casi todo el año-, el juez de esta ciudad Carlos Liporaci levantó las órdenes de captura.
Ahora, mientras se tramita un juicio en su contra por supuesta administración fraudulenta en perjuicio del Banco Mendoza y asociación ilícita, Moneta, hombre de negocios aficionado a la tradición gauchesca y criador de caballos criollos -y de toros premiados por la Sociedad Rural mientras estaba prófugo-, permanecerá en libertad.
-¿Fue el banquero de Menem?
-Es una infamia. Nunca manejé dinero de Menem ni le presté a los Yoma ni a su curtiembre. Una sola vez le presté 200.000 dólares, a través del Banco República, a Bodegas Menem, pero en condiciones usuales.
-Pero lo identifican con Menem.
-Yo no quise tener alto perfil, pero un sector de la prensa me lo inventó desde que el CEI adquirió protagonismo en el negocio de los medios. A eso se sumó gente interesada en potenciar ese perfil. Esto sí me perjudicó.
Pero mi patrimonio no es nuevo. Soy un gran contribuyente desde hace veinte años y el República nació como financiera hace treinta y se transformó en banco. Tengo los mismos bienes que tenía antes.
-Excepto el CEI, que es nuevo.
-Lo compré con títulos de la deuda externa argentina y con endeudamiento.
-¿Cuándo conoció a Menem?
-A Menem lo conocí en una reunión de los Bunge y Born, en 1989. La última vez que hablé con él fue en abril, cuando murió mi padre.
-¿Conoce a Fernando de la Rúa?
-Sí, desde hace muchos años y, en abril, cuando todavía era intendente, le presenté a Tom Hicks -presidente del CEIy de un poderoso fondo de inversión norteamericano-, porque quiere hacer inversiones en Buenos Aires.
-¿Creyó que iría preso?
-No. Porque siempre me consideré una persona confiable. Si no, los españoles y los norteamericanos no harían negocios conmigo. Pero la policía hizo treinta allanamientos y me escondí en distintos lugares -se niega a decir si también salió del país-.
-¿Durante ese tiempo habló con Menem u otro funcionario?
-No. No me podían dar ninguna solución a mi problema.
Sí hablé, en cambio, con funcionarios de gobiernos extranjeros -que se negó a identificar-, porque estaban molestos por la inseguridad jurídica que denota la acusación en mi contra y se preocuparon por las inversiones de las empresas de sus países en el CEI. Incluso, muchos abogados extranjeros revisaron la causa en mi contra.
-¿Se siente una víctima?
-Fui sujeto pasivo de una maniobra para perjudicarme. Fui un perseguido político y judicial. El juez cometió muchas irregularidades y se hizo cargo de mi causa cuando ni siquiera era el de turno ni el competente.Le promoveré un juicio político para que lo destituyan.
Y fui un perseguido político, por varios motivos. Por un lado, me usaron para castigar indirectamente a Menem en la interna del justicialismo. Además, en Mendoza también era época de elecciones y se corrió un rumor infundado: que yo quería ser gobernador. Por las dudas, atacaron. Los adversarios de Arturo Lafalla lo culpaban de entregarme el banco. Y otros políticos y un sector de la prensa sacó su propio provecho.
Por otro lado, la provincia de Mendoza administró mal el Banco Mendoza durante años y, cuando yo lo compré, en 1996, me presentaron documentos contables que no reflejaban la realidad. Lafalla me dio un banco destruido, hizo todo lo posible para que el Mendoza cayera y, después, quiso culparme de su caída, para soslayar sus responsabilidades.
-¿Por qué cerró el Mendoza?
-Fui yo quien decidió cerrarlo, por el deplorable estado en que me fue entregado. Y ni siquiera quise usar la línea de redescuentos del BCRA, que podía darme 90 millones de dólares.
Además, la provincia estaba legalmente obligada a usarnos como agente financiero, pero, en cambio, en un año nos retiró 100 millones de dólares de depósitos y nos desangró.
Pero nunca perjudicamos a ningún ahorrista. Todos los ahorristas, depositantes y acreedores cobraron sus depósitos y el Mendoza, que no se reabre, pues está en proceso de liquidación, tiene 25 millones de dólares en caja. Entonces, ¿cuál es el vaciamiento? Eso prueba que no hubo vaciamiento.
-Leiva lo acusó de darse autopréstamos.
-Es falso. El Mendoza no fue usado para financiar al República. El República, que compró al Mendoza -ambos pertenecían a Moneta-, le dio al Mendoza mucho más dinero que el que éste le dio a aquél. Y el República le devolvió al Mendoza todo lo que éste le prestó, mientras que el Mendoza todavía le debe 30 millones de dólares. Todas las operaciones fueron monitoreadas y autorizadas por el BCRA, que no las objetó.
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