La generación que se crio con los dedos en un teclado ya es adulta y tiene una dieta informativa más variada que la de sus progenitores, en la que incluye representantes de los medios tradicionales
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El evento mediático del año vino del canal de YouTube Law&Crime que en mayo de 2022 superó los 580 millones de vistas con la transmisión del juicio de Johnny Depp. Cinco veces más que el último Super Bowl. Según datos de Nielsen, en EE.UU. los videos en línea (34,8%) equipararon en audiencias al cable (34,4%) y superaron a la televisión abierta (21,6%). Sin datos tan precisos, por estas latitudes se advierte una tendencia similar. Por caso, el canal del Poder Judicial Argentino convocó 1,9 millones de espectadores durante el mes de agosto.
En la Argentina, doscientos canales de YouTube superan el millón de suscriptores, según la filial local de Google. Entre los más vistos están música, fútbol y gaming, por lo que no extraña que las entrevistas récord de FiloNews (1,7 millones) vengan de esos rubros: L-Gante (superó los 6 MM), Dross Rotzank (4,1 MM), Coscu (3 MM), TheDonato (2,9 MM) y Bizarrap (2,9 MM). Julio Leiva, director editorial y conductor de la serie Caja Negra, entrevistó también al presidente de la Nación. Las 790 mil personas que la vieron parecen poco al lado de las estrellas de internet, pero es mucho si se comparan con entrevistas similares en canales noticiosos (35 mil vistas la de C5N el 22 de junio y 121 mil la de TN del 24 de agosto).
La generación que se crio con los dedos en un teclado ya es adulta y tiene una dieta informativa más variada que la de sus progenitores. Incluso consumen más medios impresos y radio que los mayores de 60 años, según datos del Global Web Index. Pero son los videos en línea la principal fuente de información de los menores de 30 años, que en América latina son, ni más ni menos, la mitad de la población.
Si la atención no depende de la jerarquía del entrevistado ni de la marca editorial, ¿qué es lo que atrae hoy a las audiencias? Hablamos con creadores digitales que saben convocarlas desde distintas plataformas. Los monólogos políticos de un minuto de la estudiante Luciana Ofman saltaron de TikTok a Radio Rivadavia y a las redes de Todo Noticias. El caso de Ariel Tarico es el contrario: son las audiencias las que distribuyen sus intervenciones en esos canales en redes sociales. Las largas tertulias del periodista Tomás Rebord convocan la misma audiencia que los editoriales precisos y animados del youtuber Tipito Enojado.
Reinvenciones
Pero no solo en YouTube se reinventa la información política. La intensa conversación de Twitter puede estimular lecturas de artículos de opinión, como los del portal Seul. O colar en la agenda nacional a El Sol de Mendoza, que cada domingo se hace tendencia en Twitter desde la columna de Osvaldo Bazán. De todo hay en la viña digital.
En el mundo digital hay unipersonales y hay equipos. Luli empezó creando microvideos en pandemia, igual que los mil millones que están en TikTok. En la entrevista que dio para este reportaje cuenta que ella escribe sus monólogos, los ensaya por la noche para grabarlos por la mañana. Aprovechando luz natural de una ventana, acomoda su Samsung A20 en una cajita de mate cocido y graba directo en la aplicación: “A veces pasa que lo estoy diciendo y se me corta el besito [su saludo final], entonces, otra vez a grabar todo”. Tiene 100 mil seguidores en Instagram y 160 mil en Tik Tok, donde juntó más de 3 millones de Me gusta. Los videos de Todo Noticias agregan recursos técnicos, sin que los Me gusta que genera varíen entre la versión profesional y la artesanal.
Tipito Enojado también graba desde su casa en Gálvez, Santa Fe, pero con una Sony A6400 y teleprompter, ese dispositivo que permite leer mirando a cámara. En la entrevista rememora la primera réflex usada que compró en Mercado Libre y los guiones impresos en hojas A4. Se ocupa él mismo de los múltiples canales, en los que contesta todos los comentarios.
Los canales de entrevistas graban en estudio. Caja Negra usa dos cámaras réflex, con iluminación, escenografía y edición televisiva. El Método Rebord se graba en una ambientación montada en el Club Cultural Monstera con tres cámaras y sonido profesional (micrófonos Rode PodMic y consolas Atem mini Pro y Zoom Pod Trak P8). La edición cuida los planos de conductor y entrevistado. Su productora ejecutiva, Agustina ‘Sugus’ Leunda, que compartió esta información, es parte de un equipo de cuatro personas, de las cuales una se ocupa de las redes.
Ariel Tarico imita a políticos en vivo, recreando “una especie de juego de psicodrama donde, por ahí, el periodista cree que tiene en frente al personaje de verdad y entonces le puede decir las cosas que no le puede decir al personaje”. Con el repentismo como marca, empezó en 2016 a hacer vivos en Instagram desde radio El mundo, como los que hace hoy en Radio Rivadavia. Publica poco en sus redes desde que descubrió que cuando “algún televidente u oyente corta una partecita de la radio o de la tele, se viraliza mucho más que cuando los publico yo”. En charla con LA NACION, comenta que sí las usa como fuente de ideas que le llegan tanto de gente desconocida como de amigos como David Rottemberg o el dibujante Bernardo Erlich. Detrás de las máscaras animadas que usa en TN está Mariano Mena, que hace la animación de las caricaturas de José Serrudo.
Tres personas también son las que en Seul editan a los columnistas externos y coordinan las ilustraciones con viñetistas invitados. Coinciden estos creadores digitales en que las redes no son solo un auditorio, sino inspiración, orientación y hasta colaboración oficiosa. El impacto de las entrevistas de Caja Negra se debe mucho a la simbiosis con el mundo digital. Julio Leiva comenta que “entrevistar personajes relevantes tanto del mundo tradicional como del digital e ir alternando edades y públicos” les permite encontrar los referentes de este tiempo para alcanzar la ambición de “dejar testimonio de una época”.
La comunicación en red también da vitalidad a los medios digitales. El ideador de Seul, Hernán Iglesias Illa, comenta: “Twitter es nuestra fuente principal de tráfico y una parte importante de nuestros ethos, nuestro espíritu, nuestro semillero de autores nuevos”. La inclusión de Luli Ofman y Tarico en un medio como Radio Rivadavia contribuye a bajar el promedio de edad de los oyentes, asegura Fernando Subirats, director de la emisora.
Expansión geográfica logró el diario El Sol al incorporar a Osvaldo Bazán, con 274 mil seguidores en Twitter. La etiqueta #lacolumnadeosvaldo es Trending Topic todos los domingos. Consultado por este dato, su director Jorge Hirschbrand reconoce que sumarlo “como columnista nos dio una visibilidad nacional que no habíamos tenido y nos sirvió para colar los contenidos que queríamos mostrar como un medio de la provincia de Mendoza con proyección nacional”.
El “método Rebord” consiste en “alcanzar la máxima verdad en el intercambio ameno, sin cortes ni rumbo, de dos individuos”, según se presenta el canal. Hasta ahí, podría inscribirse en la tradición de Hugo Guerrero Marthineitz o Jorge Lanata. Consultada por su experiencia al ser entrevistada por Rebord, la periodista María O’Donnell describe: “Logra cautivar audiencias jóvenes con escuchas largas que se han perdido en otros formatos. Y funciona con las audiencias que se suponen no escuchan formatos largos.” La expansión, en este caso, parece ser hacia a quienes pueden pasar ocho horas en una partida de LOL. Y para que el periodismo político descubra que YouTube contiene cualquier mezcla de formatos.
El profesor José Luis Fernández (UBA, Untref) llama post-broadcasting a “esos programas que tienen aspectos de entrevista televisiva pero con la posibilidad, que usan poco, de interactuar en vivo con los espectadores. Cuando no la usan, son más televisivos”. Más propio de las plataformas es el género transmedia que cultiva Tipito Enojado, como se llama al contenido generado a partir de otros de internet, como videos o publicidad oficial, que incluye como parte de su refutación argumental. Dice Francisco Albarelo, doctor en Comunicación Social por la Universidad Austral, que “hay una apropiación de esos relatos con una producción casi profesional. Los hacen circular en red y cada vez influyen más en las conversaciones”. Es esa influencia la que durante mucho tiempo tuvo el periodismo en exclusividad.
La nitidez del mensaje permite una identificación en comunidades dispuestas al financiamiento directo. No solo porque YouTube paga a los creadores por las vistas del video, sino porque ya ofrece alternativas como membresías y pagos para dejar mensajes. Los canales audiovisuales supieron convertir en negocio aquello que habían descubierto los reality shows: la gente está dispuesta a pagar por participar, mandar un emoji o agradecer al creador con una contribución.
Plataformas y discursos
De todos, Tipito Enojado es el que tiene la financiación más diversificada y transparente. En Patreon cuenta con 167 mecenas que representan más de mil dólares mensuales, a lo que suma las vistas en YouTube y objetos de diseño, como su antifaz. Luli está en Cafecito, otra plataforma de micromecenazgo, pero no tiene volumen aún como para cobrar en las plataformas, aunque sí le facilitaron su presencia en medios.
Caja Negra cuenta con auspicios publicitarios clásicos y muchas vistas en YouTube. El Método Rebord cuenta “con financiamiento base de Corta, con el que cubrimos los sueldos del equipo y el alquiler del espacio. Esto se complementa a su vez con la plata de las reproducciones de YouTube” que destinan a mejoras técnicas, comparte la productora ejecutiva. Leunda y Rebord también trabajan juntos en la FM de Radio Nacional, donde Tomás hace M.A.G.A., que se puede ver en Twitch y en YouTube, aunque con menos impacto. Seul cuenta con más de 700 suscriptores a los que “les pedimos un apoyo para poder seguir haciendo lo que hacemos”, explica Iglesias Illa. Y agrega que les retribuyen con un boletín semanal y algunos encuentros presenciales.
Cada proyecto es fuerte en una plataforma. Rebord se hizo conocido por las entrevistas del Método más que por sus participaciones en El Destape. A Luli Ofman el minuto de TikTok la reconoce más que YouTube. A Tarico le va mejor con los fragmentos que la gente comparte que con los videos de sus canales “La agente comenta” o “Tarico TV”. A Seul Twitter le funciona mejor que Instagram, y están preparándose para YouTube. Que es lo que prefiere Tipito porque “es la que más te permite armar tu argumento”. Bien dice Tarico que “no todos los que son buenos en redes son buenos en los medios tradicionales, ni todos lo que son buenos y profesionales en los medios tradicionales son buenos haciendo cosas para redes”.
Las tecnologías multiplican la oferta de mensajes, noticias, videos, pero la atención humana sigue siendo secuencial. Por eso la atención es el objetivo a conquistar y lo que registran las plataformas en vistas, aprobaciones, comentarios y contribuciones que se vuelven el parámetro de valoración pública del canal.
Tipito confiesa que “hay mucho esfuerzo para hacer nuestro mensaje entretenido, divertido, eficaz. Y honestamente creo que un camino muy efectivo es quitarse todas las responsabilidades que vos creés tener hacia la comunicación”. En esa motivación de hacer los videos que él quería está la necesidad de expresarse más allá de lo que el público pueda esperar. Algo en línea con lo que Rebord dijo en su primer “Cónclave”: “El método no da lo que quieren sino lo que necesitan”. En el caso de Tarico, las dos cosas coinciden: “lo que a mí me divierte es romper el clima de solemnidad y está bueno porque es un juego de contrastes: eso es el humor”. En todos está presente el desafío a la corrección política que pesa tanto más en los medios que en las redes.
Pero es esa desfachatez lo que explica que estos contenidos circulen espontáneamente por la red. Ahí es cuando funciona a pleno. Cuando, como dice Henry Jenkins, los contenidos se diseminan solos. No porque se contagian como virus (después de la pandemia, lo “viral” ya no será lo mismo), sino porque se comparten y circulan sin esfuerzo entre quien los quiere y quien los necesita. Como dice Tipito, “no se trata de ser bueno o malo. Se trata de que la otra persona se pueda identificar con vos”. A esta altura, no se trata de pensar los medios como algo distinto a las plataformas. Como explica Tarico: “No es que muere la televisión y muere la radio y, de golpe estamos todos con un celular. No. Creo que vamos hacia un híbrido, una mezcla de cosas”. Donde, como vimos, no hay recetas fijas, salvo la creatividad puesta a construir un vínculo imprescindible con las audiencias.
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