¿En el mejor momento? Qué opinan los expertos sobre las flexibilizaciones en la ciudad pese al Covid
Como los casos de coronavirus vienen descendiendo desde fines de mayo, el gobierno porteño eliminó aforos y amplió la presencialidad
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Desde el 22 de mayo último, los casos de Covid-19 en la ciudad empezaron a descender, y a partir de entonces estuvieron por debajo de los 3000 cada 24 horas hasta llegar a un piso de 156 el 5 de este mes. Otra de las variables sanitarias que los especialistas miran en detalle, la ocupación de camas de terapia intensiva en el sistema público, permanece por debajo del 10%. Por otro lado, hasta el momento la variante delta, que tiene en alerta al mundo, no es la predominante, aunque circula de manera comunitaria en algunos distritos. Frente a este escenario, las autoridades porteñas eliminaron un gran número de restricciones, como el cupo máximo de personas adentro de un bar o restaurante, siempre que se cumplan con los protocolos de higiene y ventilación. Los especialistas consultados por LA NACION señalan que esas medidas son acertadas, aunque eso no quita que haya que seguir atentamente la situación epidemiológica.
Para pasar en limpio, en la Capital los encuentros sociales en el interior de los edificios no tendrán un aforo límite, lo mismo sucede con la actividad comercial, ya sean locales en la calle, en los shoppings o reductos gastronómicos. Las actividades profesionales y la administración pública también podrán volver a la actividad plena. En cuanto a los eventos masivos al aire libre, pasarán de un máximo de 2500 personas a 4000, siempre que el espacio permita respetar el protocolo de una persona cada dos metros cuadrados; respecto de aquellos que se realicen en espacios cerrados, como teatros y cines, la capacidad máxima aumenta a 4000 personas siempre y cuando no se supere la ocupación del 70% del lugar. Los bares y boliches pueden trabajar hasta las 3 de la mañana. En cuanto al uso del transporte público, ya no será para esenciales y todas las estaciones estarán abiertas.
“Es una medida neutra, para este momento de la pandemia creo que es correcta. En la ciudad el número de casos promedio está por debajo de los 400 por día. Con esa cifra y sin tener una circulación importante de la delta, creo que flexibilizar las restricciones está bien. Sin embargo, hay que seguir monitoreando por si aparecen brotes de la delta en forma más frecuente; lo que pasó en la escuela ORT realmente fue una macana, no solo por los casos detectados, sino porque es de esperar que haya muchos asintomáticos”, señala Eduardo López, infectólogo y asesor presidencial durante la pandemia de coronavirus.
El especialista se refiere a los contagios en la sede Belgrano de la Escuela Técnica ORT. En esa institución, según el Ministerio de Salud porteño, hubo 77 casos positivos de coronavirus y todas las muestras fueron analizadas en el Instituto Malbrán para identificar el linaje. De ese total, cinco infectados portaban delta. Hasta el momento, en la Capital se detectaron 24 contagios de la cepa originaria de la India. Mientras que en todo el país, según las cifras oficiales, se detectaron 415 casos de delta y 42 son de transmisión local.
En la provincia de Buenos Aires, sucede algo parecido. Según el Ministerio de Salud bonaerense, hace 16 semanas consecutivas que los contagios están en baja. En ese distrito se detectaron 110 casos de la variante delta, pero solo en cinco no se pudo identificar el nexo epidemiológico.
López cree que hay tres puntos importantes al momento de evaluar por qué, por ahora, el avance de la variante delta es acotado. En primer lugar, cita el avance de la vacunación: el 64% de la población cuenta con al menos una dosis y el 43%, con el esquema completo. En segundo lugar, cree que la variante de Manaos frenó el avance de la delta porque “compiten por el mismo nicho”. Por último, sostiene que las restricciones a los vuelos provenientes del exterior tuvieron “algún” efecto. Sin embargo, dice que no hay que bajar la guardia.
“Estas últimas semanas de septiembre y la primera de octubre van a ser muy importantes para determinar cómo seguimos. Si se vacunan a todas las personas que se tiene pensado vacunar, vamos a llegar más tranquilos a fines de año”, agrega el infectólogo.
“Lo que creo es que esto no se terminó. Seguimos teniendo 150 muertos por día, en promedio. Es cierto que estamos teniendo una merma sostenida de casos, pero que no nos agarre un rebrote con la guardia baja. Hay que estar atentos por una posible tercera ola vinculada a delta, aunque seguramente no tenga el nivel de mortalidad que estamos teniendo ahora. Habrá que prestar especial atención a lo que pase con los chicos, que fueron los últimos en la cola para vacunarse”, opina Elena Obieta, infectóloga y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
El mejor momento
“Estamos en el mejor momento desde que empezó la pandemia, creo que es oportuno tener ciertas libertades. El hecho de que se quiten los aforos no quiere decir que se quiten los protocolos, como la distancia, la ventilación y las reglas de higiene. Aún no sabemos si vamos a tener una nueva escalada en los contagios por las nuevas variantes. Aún no sabemos con certeza por qué todavía no es predominante la variante delta; seguramente acá sea por la gran circulación de la variante Manaos y la andina. A esto se le suman todos los que se contagiaron, más los vacunados que tienen buena protección. El buen clima que está comenzando también ayuda, pero hay que esperar, hay que estar atentos. Pero de ninguna manera estamos pensando en otro pico importante como para tomar medidas restrictivas muy severas; sí se podrían volver a instalar los aforos, por ejemplo”, argumenta Ricardo Teijeiro, infectólogo y miembro de la SADI.
“Yo creo que estas aperturas son acertadas, las terapias ahora están prácticamente vacías. Por ejemplo, en el Hospital Muñiz de seis salas de terapia para pacientes con coronavirus, ahora las redujimos a tres”, describe Lautaro de Vedia, médico infectólogo que trabaja en ese centro de salud porteño y expresidente de la SADI.
El especialista añade que, de todos modos, siempre hay que estar atentos a la situación epidemiológica, aunque en algún momento “había que volver a la vida normal”.
“Es el momento para hacerlo. En la ciudad ya el 55% de la población cuenta con dos dosis de la vacuna y la variante delta evidentemente no pasó a ser la predominante. Entre otros factores, seguramente esto se dio porque nosotros en el país tuvimos variantes de un alto nivel de contagiosidad que, tal vez, hayan generado un nivel mayor de inmunidad en los que se contagiaron”, dice De Vedia.
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