Nueva campaña en Egipto de una misión arqueológica argentina
Otra vez: los científicos que el pasado octubre descubrieron una fortaleza del siglo VI antes de Cristo volverán en marzo para continuar su trabajo; temen que las zona de la excavación sea afectada por el trazado de canales.
En marzo comenzará su tercera campaña en Egipto la misión arqueológica argentina que en octubre último descubrió una fortaleza y 180 cerámicas, cuentas de collar y otros objetos del siglo VI antes de Cristo al norte de la península de Sinaí.
El hallazgo alcanzó repercusión internacional. La misión científica argentina,que encabeza la investigadora Perla Fuscaldo, volverá sin demora al lugar de las excavaciones, porque el terreno puede ser afectado al haberse modificado el trazado de unos canales en la zona.
El trabajo de los investigadores argentinos se realiza en un terreno por demás pintoresco: en minutos se puede pasar de Asia a Africa y en medio de un territorio desértico pueden verse asomar los transatlánticos que pasan por el canal de Suez.
La fortificación de un poblado en Tell el-Ghaba quedó evidenciada al encontrar una torre de 500 m2 construida con adobes. El descubrimiento sugiere que Tell el-Ghaba era uno de los centros estratégicos que apuntalaban el camino de Horus, la senda real que conectaba el valle del Nilo con las civilizaciones de Asia.
Los únicos latinoamericanos
La Argentina es el único país latinoamericano que participa del proyecto de salvataje del rico patrimonio arqueológico que puede ser alterado por la obra de los conductos vinculados al canal Salam(de la Paz), que se contruye paralelo al Mediterráneo.
El Consejo Superior de Antigüedades de Egipto coordina ese proyecto, en el que participan misiones científicas de Francia, Austria, Canadá, Suiza, Inglaterra y los Estados Unidos.
La misión arqueológica argentina es subvencionada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.
Aportes, jarras y pefumeros
La última investigación en Egipto recibió un generoso aporte de la doctora Elsa Rosenvasser Feher, -en recuerdo de su padre, que dirigió la misión argentina en campañas arqueológicas de la Unesco en Sudán). También financiaron la expedición la licenciada Claudia Cohen, la Fundación Fiorellini, la empresa Invap y otros voluntarios.
En su segunda campaña, entre septiembre y noviembre últimos, la misión argentina estuvo formada por 16 personas, que contaron con cinco supervisores y diez obreros egipcios para el trabajo de campo.
Los investigadores argentinos registraron unas 120 piezas de cerámica. La mayor parte de ellas son de fabricación egipcia, pero otras -entre las cuales hay jarras y perfumeros pintados de buena calidad- son importadas de Fenicia, Chipre y otros lugares. Ello indica la existencia de una red comercial de intercambio.
¿Qué comían hace 26 siglos?
Otro punto interesante es el estudio de la dieta de los habitantes de Tell-el Ghaba. ¿Recibían raciones del gobierno egipcio o debían procurarse su alimento por ellos mismos? Hay gran cantidad de restos de pescados de agua dulce -como el llamado pez-gato -, que podían cobrarse fácilmente en las inmediaciones del sitio. Ello sugiere que en la mayor parte de los casos, el alimento diario era cuestión personal y doméstica más que un asunto de Estado. En todo el delta del Nilo era la base de la alimentación.
Pero, además, se comían cereales. Lo corrobora el hecho de que los argentinos encontraron piedras de moler. Hallaron también restos de aves, de ganado lanar y, en menor medida, vacuno.
La investigación permitió certificar que cuencos, jarras y platos de arcilla del Nilo eran casi siempre hechas en torno; muy pocas a mano.
Había una estatuilla de arcilla cocida que representaba a un hombre andando a caballo.
Un afilador de cuchillos hecho de piedra pómez, muchas cuentas de collar de faience y un pendiente de hueso hallado dentro de una vasija siriopaletinentes son otros objetos registrados.
El trabajo arqueológico
Los argentinos limpiaban, anotaban y describían las piezas en una casa de dos pisos ubicada en el poblado de El Quantara Sharq, a unos 15 kilómetros de la excavación; dibujaban y fotografiaban los objetos.
Pero ninguno de ellos puede salir de Egipto; casi treinta han sido expuestos por el gobierno de ese país en Abu Seifa.
El trabajo de análisis continúa en Buenos Aires, con la documentación que se incorpora a una base de datos.
Pero los expedicionarios están ansiosos por volver a Tell el-Ghaba, para ver hasta dónde se extendía la fortificación. Y quieren ahondar en una investigación vertical para encontrar sus cimientos.