“No vamos a adherir”: Mendoza resiste la ley de alcohol cero porque afecta a su industria estrella
El gobernador Rodolfo Suarez volvió a rechazar la norma que el Senado aprobó anoche; fuertes críticas a la nueva legislación por parte del sector vitivinícola
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MENDOZA.- Aunque se preveía el resultado, la decisión del Congreso de convertir en ley la “tolerancia cero” de alcohol al volante en las rutas nacionales cayó como un baldazo de agua fría en la provincia, principalmente en la industria vitivinícola. Por eso, al malestar de las entidades del sector se sumó el gobernador radical, Rodolfo Suarez, que afirmó que la normativa no se aplicará en el distrito. De esta manera, se mantendrá en vigor la ley provincial que permite conducir con hasta 0,5 gramos de alcohol en sangre. Y seguirán sin alteraciones los controles en las calles y accesos a la provincia, aunque surgen dudas sobre lo que pueda ocurrir, si aparece alguna intervención de la Casa Rosada, en las rutas nacionales, como la 7, la 40 y la 188, en el sur mendocino.
“No vamos a adherir desde Mendoza”, expresó el mandatario, sin mediar alternativas. “Los accidentes de tránsito, que van de 0,5 para abajo no son mayoría, son escasos; casi no hay por el alcohol, es por arriba de esa medida. Eso tiene que ver con controles y multas, llegando a 450.000 pesos”, continuó Suarez, que dio más razones de su negativa a acatar la norma. De hecho, durante la sesión de ayer en el Senado, hubo fuertes cruces entre los senadores mendocinos, Alfredo Cornejo y Mariana Juri, que votaron en contra de la ley, y la legisladora kirchnerista Anabel Fernández Sagasti, que avaló la iniciativa. Los primeros reclaman más educación vial, sanciones y controles, mientras que Fernández Sagasti se centró en el cambio cultural de eliminar la ingesta antes de conducir, a tono con lo expuesto por la Agencia Nacional de Seguridad Vial, al mando de Pablo Martínez Carignano, y los familiares de las víctimas de tránsito.
“Defendemos los más de 100.000 puestos de trabajo en la industria vitivinícola. Además, la mejor dieta es la mediterránea: dos copas de vino son buenas para la salud y no afectan en la conducción. También, somos capital internacional del vino y es un boom el turismo en Mendoza. Sería una contradicción absoluta no defender esto. Por eso, apelamos a la razonabilidad, al empleo y al ser capital mundial del vino”, completó Suarez.
Las diversas instituciones consultadas por LA NACIÓN también evidenciaron su rechazo a la ley, en sintonía con la tolerancia cero que ya rige en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Jujuy, Chubut, Entre Ríos, La Rioja, Río Negro, Salta, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Tucumán.
Razones
La norma sancionada, que reduce al máximo el grado de tolerancia a la hora de conducir, modifica el artículo 48 de la ley nacional de tránsito (24.449), al pasar de los actuales 0,5 gramos por litro de alcohol en sangre a cero para conductores particulares de todo tipo de vehículos.
En diálogo con este diario, Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), manifestó la posición del sector, tras estar presente en la discusión que se dio en el recinto. “Nos enfocamos en lo que está pasando a nivel internacional, todas las políticas que apuntan a reducir el riesgo de por consumo de alcohol al volante han sido estudiadas en muchos países. En Estados Unidos, Europa y en todo el mundo anglosajón lo permitido es por debajo de 0,8 gr/l porque la problemática tiene que ver con la nocturnidad. Las víctimas, cuando ves las curvas, son de entre 18 y 35 años, y la mayoría se produce los fines de semana o los días de salidas bailables, donde se hacen previas, luego van a un esquema donde el negocio es el alcohol y luego salen a manejar con gente de su edad y ahí se producen los accidentes. No se observan con personas que van a un restaurante a consumir una copa de vino. España, por ejemplo, lo ha solucionado con más sanciones, controles y educación. Por eso, vemos que en la Argentina no se debatió a fondo y hubo apuro político en sacar la ley, solo con slogans demagógicos, sin solucionar el problema de fondo”, sostuvo el dirigente empresarial.
Además, desde la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) dejaron en claro su postura en contra de la ley. “Sostenemos la visión que venimos transmitiendo desde el inicio del debate: frente a una problemática compleja se necesita un abordaje integral, profundo, y no parcial, como plantea esta ley que solo propone modificar un artículo”, indicaron desde la entidad. Y completaron: “Estamos convencidos de que este no es el camino, sino que, por el contrario, es una medida comprobadamente ineficiente e inviable que, además de no ofrecer una solución a la problemática de la siniestralidad vial, afectará fuertemente a las libertades individuales y dañará al sector gastronómico argentino, al enoturismo y a la industria vitivinícola, una actividad económica generadora de empleo de calidad que está presente en 18 provincias argentinas”. Asimismo, aseguraron que seguirán trabajando en el diseño e implementación de iniciativas que apunten sobre todo a la prevención, a la educación de los conductores y al consumo de vino responsable en todos los ámbitos.
Los argumentos de la industria vitivinícola:
- “Desde Coviar sostenemos la necesidad de una política pública integral, que esté acompañada de acciones que incluyan controles policiales viales eficientes y constantes; involucramiento del Estado en la formación de los conductores; campañas integrales y constantes de prevención y concientización; generación de leyes que apunten a la prevención; y acciones especialmente dirigidas a los jóvenes, que son quienes están involucrados en el mayor porcentaje de accidentes de tránsito”.
- “Distintos estudios enfocados en prevención y consumo de alcohol al volante, demuestran que para prevenir accidentes viales no hay una solución única, sino que se requieren medidas integradas, en las que se incluyen campañas de formación, controles de tránsito y seguridad vial”.
- “Según la Organización Mundial de la Salud, solo el 23,8% de los siniestros viales en los países de la región son provocados por presencia de alcohol en conductores. Además, en los lugares en donde rige el alcohol cero, estas cifras no han disminuido. Por ejemplo, en el caso de la Argentina y de provincias con alcohol cero como Córdoba, se registraron 335 muertes en siniestros de tránsito en 2012 (año en el que comenzó a aplicarse la medida), cifra que fue aumentando hasta llegar a 564 en 2018, según datos oficiales”.
- “Reducir el límite actual de 0,5 g/l a 0 puede implicar una pérdida de eficiencia, además de tener un ‘cumplimiento imposible’ ya que, las medidas se determinan –legalmente– a través de una ‘unidad de medida’ y un ‘margen de tolerancia’. En este sentido, según el Observatorio Vial Latinoamericano, los instrumentos usados para medir el alcohol en sangre tienen su propio margen de error, y pueden descalibrarse o dar falsos positivos en personas con ciertos problemas de salud, como la diabetes, o que apliquen ayunos prolongados. Es por eso que siempre debe establecerse un margen de tolerancia, por pequeño que este sea, y en función de los errores a la que pueda estar expuesta la medición”.
- “En el mundo de los cinco países con mejores índices de seguridad vial en función de la menor siniestralidad, en ninguno de ellos hay tolerancia cero. En Dinamarca, Suiza y Países Bajos su límite de alcohol es de 0,5 gramos por litro de sangre; en Reino Unido, la tolerancia es de 0,8 gramos y en Suecia –el país más avanzado del mundo en materia de seguridad vial– se determinó una tolerancia de 0,2 gr para todo tipo de conductor, incluyendo a principiantes y profesionales, porque el margen de error de la medición no depende de la calidad del conductor, sino de las inevitables imperfecciones del sistema”.
- “Hay otros países, también con muy buenos índices de seguridad vial y con límites de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre, como lo son Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Portugal y España. En Estados Unidos y Canadá, la tolerancia es de 0,8 gramos de alcohol por litro de sangre y si bien en América Latina algunos países han incorporado a sus legislaciones una restricción plena, otros recién consideran como sanción a partir del 0,2; 0,3 o 0,5, gramos por litro de sangre como por ejemplo Colombia, Chile, Ecuador y Perú”.