Ayer, el gobierno porteño instaló un dispositivo para buscar casa por casa a posibles contactos estrechos de un vecino infectado con esta nueva cepa; muchos de los residentes señalaron que no estaban al tanto
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Desconcierto y desinformación. Esas dos sensaciones parecían dominar entre los residentes de los inmuebles ubicados sobre la avenida Belgrano, entre Entre Ríos y 9 de Julio, en el barrio de Monserrat. Sobre esa calle, ayer, el gobierno porteño desplegó un dispositivo de control para contener el avance de la variante delta del coronavirus, luego de que se identificaran dos casos de esa cepa sin nexo epidemiológico. Uno de ellos es un vecino de la zona.
Sin embargo, en el barrio era un sábado más: continuaron los paseos, las compras repentinas de aquello que faltó a último momento para cocinar y la clientela que siguió ocupando los bares y restaurantes de la zona.
En una recorrida de LA NACIÓN, varios vecinos señalaron que se habían enterado del operativo porteño a través de los noticieros de la televisión; y otros que pudieron ver el dispositivo lo confundieron con un control rutinario de detección de casos. “Ayer, estuvo el gobierno de la ciudad hisopando acá mismo, pero me enteré por la televisión. Supuestamente habría posibilidad de que la variante delta esté circulando por el barrio”, señaló Emanuel Mercado, que entraba a la sucursal del Banco Macro (Belgrano 1668), frente al que, ayer, se ubicó el puesto de control.
Gustavo Vicente, encargado del edificio de Belgrano 1683, en el que hay distintas oficinas, estaba trabajando tranquilamente. Indicó que el dispositivo sanitario llegó pasadas las 15 de ayer y se fue cerca de las 18. “Solo vi que llegaba la camioneta, hicieron algún que otro hisopado y se marcharon. Nunca se acercaron a las puertas de los edificios a preguntar”, destacó.
A pesar de la detección del caso de delta en el barrio, Gastón Pereira, empleado del kiosco de diarios y revistas, que está ubicado en la esquina de la misma cuadra, señaló que en el local no reforzaron las medidas sanitarias. “Por ahora no nos dieron información sobre qué está pasando por la variante delta. Ayer hicieron hisopados acá al lado, pero al kiosco no se acercaron”, añadió. Contó que su padre, que estaba trabajando ayer con él, se extrañó al ver la camioneta que realizaba el control sanitario, pero pensó que sería “uno más de los operativos móviles que despliega el gobierno para realizar testeos”.
Frente a la nueva amenaza, Priscila Klein, moza en el bar Klau’s (Belgrano 1612), enfatizó en el uso del barbijo y el alcohol en gel: “Seguimos con las mismas medidas de precaución contra el coronavirus. Por ahora el barrio no se ha alarmado ante la posibilidad de la variante delta. Nos enteramos, porque vimos el dispositivo, pero nada más”. Después salió a servir el café a una pareja que se sentó a una de las mesas ubicadas en el exterior para aprovechar el sol del mediodía del sábado.
En la intersección de la avenida Belgrano y Solís, dos trabajadores alzaban un sillón para colocarlo en el techo de una camioneta. Uno de ellos, Ignacio Guerrero, contó que ayer también estaba trabajando en ese mismo lugar cuando vio el dispositivo. “Me preguntaron si me quería hisopar, pero dije que me realicé uno la semana pasada y dio negativo”, contó.
Una vecina, que esperaba en la puerta de la clínica veterinaria ubicada frente al banco, se asombró al ser consultada por el operativo. “No sabía que hay un caso en el barrio y no me enteré de que estaban haciendo hisopados”, dijo.
En la misma línea, los empleados de la peluquería Adrián Cipolla (Belgrano 1701) afirmaron a LA NACIÓN que vieron el operativo frente al banco: “Creíamos que era un control rutinario, no entendimos qué pasaba”.
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