“No mirés para otro lado”: la atípica marcha para reclamar por la liberación de los rehenes argentinos en manos de Hamas
En un camión que cargaba una pantalla, en la que se transmitían imágenes de los secuestrados, un grupo de personas recorrió desde el Teatro Colón hasta el estadio de River; fuertes críticas al Gobierno
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Medio centenar de personas realizaron hoy una manifestación atípica para lo que se acostumbra en las efervescentes protestas porteñas. Fue sin cortes de calle, estruendos, pancartas, bombos, platillos, megáfonos ni grandes concentraciones, gestada en un “boca en boca” para rendir homenaje. Apenas acompañado por una escolta de dos policías motorizados, un camión silencioso, discreto y camuflado en el tráfico recorrió diferentes puntos de la ciudad que llevó en una pantalla los rostros de las personas secuestradas por Hamas.
Bajo la premisa “No mirés para otro lado”, ciudadanos autoconvocados reclamaron la liberación de los rehenes argentinos, a un mes del atentado del grupo terrorista en Israel. La cautela y el miedo a sufrir represalias antisemitas llevó a los organizadores a no revelar la ruta del camión hasta último momento. El vehículo partió desde el Teatro Colón y se detuvo en distintos puntos icónicos porteños: el Obelisco, el Palacio San Martín (sede ceremonial de la Cancillería), la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, el Malba, el Congreso y las plazas de la Shoá y de Israel. La manifestación culminó en el estadio de River Plate con un reclamo al Gobierno y a la ciudadanía a “no ser indiferentes y cómplices” con la masacre.
“Queremos visibilizar y exhortar a los países para que reclamen y sean claros en la postura y el rechazo a la masacre en los kibutz de Israel por Hamas, una organización terrorista. Mataron a 1400 personas de las peores maneras y secuestraron a otras. Entre ellas, 21 rehenes argentinos”, dijo Viviana Romai, organizadora de la marcha, bajo las escalinatas de la Facultad de Derecho.
Sobre por qué no se anticipó la ruta, sostuvo: “Los organizaciones de seguridad, la embajada de Israel y el Departamento de Asistencia Comunitaria (DAC) que depende de la DAIA [Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas] nos recomendaron no anticiparlo para no encontrarnos con sorpresas o represalias como está sucediendo en el mundo. Somos un grupo autoconvocado que inició por iniciativa mía y un grupo de artistas que me acompañaron. Lo comunicamos solo entre familia y amigos y armamos un grupo de WhatsApp cerrado y todo el mundo colaboró con mucha solidaridad para montarlo”.
El recorrido
Arriba del camión, iba Daniel señalándole al conductor el siguiente destino hasta completar la ruta. Con el vehículo en marcha, el reflejo del sol de la mañana hizo que por momentos no se pudieran ver las imágenes que se transmitían en la pantalla con el contenido del mensaje, a excepción de cuando este alcanzaba una de las paradas planificadas en la que esperaban algunos concentrados. Las primeras paradas fueron poco concurridas, pero fue ganando fuerza a mitad del trayecto hasta llegar a unas 50 personas en el punto de mayor concentración.
“Fue todo a pulmón y de nuestro bolsillo, un grupo de amigos organizamos la idea en las últimas dos semanas y contratamos el camión, que fue difícil conseguir porque no hay muchos con pantalla, para difundir lo que está pasando en Israel. Contactamos a familiares de secuestrados pero por el momento prefieren refugiarse en el silencio”, dijo Daniel. Con diferentes aportes de cada uno, el grupo recaudó $1 millón para pagar el alquiler del vehículo y la logística de la manifestación.
La mayor cantidad se encontró en el Malba, casi todos los concurrentes respetaron la consigna de la vestimenta de negro para respetar el luto. Cantaron en hebreo la “Hatikva”, el himno de Israel que entonaron como si fuera un plegaria.
Allí asistió Michelle, de 32 años, junto a su esposo Alejandro. No quiso que se publicara su apellido, dijo, por temor a su seguridad. “Cantamos juntos el himno de Israel que es un canto que significa esperanza, en hebreo, y que nos une en este momento de dolor. Mi amiga fue asesinada en el festival de música electrónica cerca del kibutz y me enteré hace pocos días por las redes sociales cuando fue finalmente reconocida como una de las víctimas del ataque”, dijo Michelle y refirió que conoció en Israel a su amiga hace 13 años en una temporada que fue a trabajar de moza.
A su lado Alejandro agregó “Viajé tres veces a Israel y doy fe que la gente allá vive pacíficamente. El 20% de la población de Israel son musulmanes, gente de la que los terroristas nos quiere separar. No fue solo un atentado contra la comunidad judía, también lo sufrieron los musulmanes israelíes que viven pacíficamente allí”.
También se encontraba Shirley, de 34 años, empleada de Google que hace nueve vive en Israel y que pidió resguardar su apellido. La argentina se encontraba allá al momento del ataque. “Me levantaron las sirenas a la madrugada el 7 de octubre. Vivo sola y mi edificio no tenía búnker. Llegaba mucha información confusa, y era difícil saber bien qué estaba pasando por la cantidad de fake news que circulaban para desorientar. Este domingo vuelvo a Tel Aviv, mi vida está allá y siento que tengo que apoyar a Israel. No puedo ser reservista porque no hice el servicio militar, pero voy a asistir como civil en el ejército, repartiendo donaciones y ayudando en la parte humanitaria a las familias que perdieron todo en el ataque”, dijo y se sumó a los aplausos cuando la pantalla del camión reprodujo la leyenda “Estamos con Israel” y “Mirálos a los ojos”.
Ceremonia
Cintia, de 54 años, vestida de negro llegó con un grupo de amigas. “No queríamos generar ruido y por seguridad, no queríamos que se generara conflicto. Es un homenaje para mostrar que siguen habiendo rehenes a un mes del atentado. Lo armamos desde un grupo de WhatsApp cerrado que se formó para homenajear a víctimas, un grupo muy privado de alrededor de 75 personas, que solo sumó gente por conocidos y allegados. La idea es que fuera un homenaje más allá de la gente que pudiera concurrir y circular en las redes la filmación del recorrido del camión una vez terminado”, dijo
De acuerdo a las cifras expuestas en la marcha por los autoconvocados, Hamas aniquiló a 1400 personas, secuestró a un centenar de personas, entre las que todavía quedan retenidas 240, y dejó a 96 niños huérfanos. De los retenidos, hay 21 argentinos, entre ellos un bebé de 9 meses.
En la Plaza de la Shoá y bajo el puente del tren Mitre, otra comitiva esperó al camión con banderas argentinas y banderines de Israel. Los ciudadanos quedaron frente al vehículo divididos por la ciclovía. Cuando entonaron la “Hatikva”, dos ciclistas veloces se cruzaron en medio del cántico. Un tercero, que captó la solemnidad del acto, frenó en seco, se bajó de la bicicleta y rodeó a pie a los manifestantes para no interrumpir la ceremonia.
Condena
En la anteúltima parada en la plaza de Israel, al lado del lago Regatas, el camión llegó en el momento en que dos trabajadores de la Ciudad se encontraban repintando con extensos rodillos la estrella de David en blanco. Bajo el letrero de la plaza había 10 cintas de luto y dos panfletos con el nombre de argentinos secuestrados. Algunos concurrentes se quejaron de que al pintar, y desconociendo del significado, habían retirado las piedras, velas y una urna que desde la fecha del atentado distintos ciudadanos habían dejado sobre la estrella.
El recorrido finalizó en el estadio de River Plate donde el camión estacionó en perpendicular a la vereda, pero sin impedir el paso del tránsito por la avenida. Junto a una decena de carpas de fanáticos que montan guardia para el próximo concierto de Taylor Swift coincidió el último grupo de convocados. Mariela Sporn, de 38, asistió a la convocatoria con su esposo y su hijo recién nacido. “Lamentablemente estamos viviendo un nivel de antisemitismo enorme, estamos todos con mucho miedo. Tenemos orgullo de ser judíos y representar a la comunidad judía argentina, pero vimos que empezaron a aparecer pintadas de esvásticas en muchos lugares del país y el mundo. El antisemitismo está creciendo en Buenos Aires y otras provincias. En el barrio de Caballito empezaron a marcar casas como fue en la antesala al Holocausto. Como argentinos no podemos hacer otra cosa que no sea condenar esta masacre de Hamas”, dijo Mariela.
Y agregó: “Este encuentro es emotivo, por un lado, por los que acercaron y, por el otro, tenemos un dolor en el alma porque hay personas que siguen en manos de los terroristas de Hamas. Hay 30 menores de 18 años, entre ellos un bebé argentino como mi hijo, que se lo arrancaron a la madre de las manos. Las mujeres que están secuestradas están a merced de los que violaron a cientos de chicas en un festival de música, muchas de ellas que se escondieron entre los cadáveres hasta que fueron tomadas de rehenes. Queremos mostrar sus rostros y recordar que siguen secuestradas por terroristas”.
Los concurrentes entonaron una última vez la “Hatikva” seguida por el himno argentino, mientras los conductores de la avenida les tocaban bocina al pasar. El de Israel lo cantaron en sintonía todos los asistentes, mientras que el de la Argentina algunas personas optaron por el silencio en protesta, dijeron, a la posición oscilante de las autoridades nacionales desde que estalló la guerra.
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